Las fuerzas de operaciones espaciales de Rusia y Serbia iniciaron el jueves unos ejercicios en el suelo serbio, que se prolongarán hasta el 25 de mayo, dieron a conocer los ministerios de Defensa de los dos países.
Los entrenamientos, precisa la información, incluirán “la destrucción de una formación militar ilegal”, disparos con munición real y acciones “antiterroristas”.
De manera paralela, el Ejército de Estados Unidos está dirigiendo simulacros a gran escala, denominados DEFENDER-Europe 2021, en toda Europa, incluso en la mayoría de las naciones vecinas a Serbia.
Esos simulacros, en los que participan 28 mil tropas multinacionales, están “diseñados para desarrollar la preparación y la interoperabilidad entre EEUU, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y los ejércitos asociados”, comunicó el Ejército estadounidense.
De acuerdo con la información, dichas maniobras, que incluyen ejercicios de defensa aérea y antimisiles, demuestran la capacidad de Washington “para servir como socio estratégico de seguridad en las regiones de los Balcanes occidentales y el mar Negro”, así como en “el norte de Europa, el Cáucaso, Ucrania y África”.
En los últimos años, ha crecido el interés de EE.UU. en los Balcanes, en medio de la creciente influencia de Rusia en esta región. De hecho, la península balcánica se ha convertido en un nuevo terreno del juego de poder en el mundo.
EE.UU. busca mantener su dominio en esa región. Washington mantiene contingentes militares desde hace mucho tiempo en Kosovo, Albania, Bosnia y Macedonia, mientras ve la creciente presencia de Rusia en la península balcánica como una amenaza a su dominio.
Todo esto mientras Rusia y el Occidente no han superado las tensiones que surgieron después de la crisis de Ucrania y la anexión de Crimea a Rusia en 2014, desde cuando la situación entre ambas partes se ha agudizado con la militarización de Europa por parte de la OTAN y Estados Unidos.
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