Los semiconductores o chips presentes en teléfonos, televisores o tarjetas de crédito, acrecientan la disputa entre las dos principales economías. La clave del enfrentamiento reside en la nación insular china de Taiwán, territorio que EEUU comenzó a desconocer como parte del gigante asiático desde 2018.
El mundo entero, pero en especial los intereses de las dos mayores potencias globales residen en la pequeña nación insular china de Taiwán. El territorio de 36.000 kilómetros cuadrados mantiene una relación tensa con China continental a la vez que, desde 2018, durante la presidencia de Donald Trump, afianza sus lazos con EEUU.El doctor Carlos Aquino, especialista en economía asiática, explicó a Sputnik que Taiwán produce el 60% de los semiconductores del mundo, por lo que ambas naciones compiten por apropiarse de la mayor parte de ellos. Si bien China tendría ventaja por tratarse de un territorio de su jurisdicción, las crecientes ideas independistas y la ansiada autonomía taiwanesa atentan contra su objetivo.
En tanto, el país norteamericano es el mayor proveedor de tecnología para la creación de chips a esta nación. Pero los productos finales de grandes empresas como Apple o Microsoft están supeditadas a las políticas productivas de Taipei. Por esto, recientemente tanto Pekín como Washington decidieron ampliar sus inversiones en este campo puesto que la posibilidad de control unilateral de una de las partes podría hundir los negocios de la otra.
"Imagina que China tome Taiwán. EEUU quedaría totalmente dependiente de China. Por eso invertirá 50.000 millones de dólares para subsidiar la producción de la compañía estadounidense Intel, que los produce pero no en la cantidad necesaria (...) [Joe] Biden incluso le dijo a las empresas taiwanesas que produzcan chips en su país", señaló el catedrático de la Universidad Nacional de San Marcos.
Sin embargo, China también ha hecho lo propio. "Vemos que está invirtiendo decenas de miles de millones de dólares para no depender más de esta tecnología", agregó.
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