Estados Unidos envía dos bombarderos B-52H a Asia Occidental, ante la escalada de tensiones en la región por el asesinato del científico iraní Fajrizade.
Las Fuerzas Armadas de EE.UU. anunciaron el jueves que dos aviones de combate B-52H despegaron de su base en el estado de Luisiana (sureste) y sobrevolaron Asia Occidental, según comunicó el Comando Central de EE.UU. (Centcom, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con la nota, los bombarderos sobrevolaron Arabia Saudí, Baréin y Catar, pero se mantuvieron a una distancia segura del espacio aéreo de Irán.
Kenneth McKenzie, jefe del Centcom, comando considerado terrorista por Irán, dijo que la medida constituye una advertencia a los “adversarios potenciales” de EE.UU.
“No buscamos el conflicto, pero debemos mantener la postura y el compromiso de responder a cualquier contingencia o [...] agresión”, señaló McKenzie.
Un oficial militar estadounidense dijo a la cadena local CNN que el despliegue estaba destinado a proporcionar “apoyo de combate y cobertura aérea” para las tropas estadounidenses que se retiran de Irak y Afganistán, por orden del presidente norteamericano, Donald Trump.
Por su parte, la cadena local NBC News reportó, citando a una fuente militar estadounidense, que el citado envío de los bombarderos tuvo lugar, mientras Washington se preocupa por posibles acciones de parte de Irán, en medio de la escalada de tensiones.
De hecho, el sobrevuelo en cuestión de los B-52H se produjo tras el asesinato del prominente científico nuclear iraní Mohsen Fajrizadeh, en el que los indicios apuntan a la implicación de EEUU y el régimen de Israel.
Asimismo, el próximo 3 de enero, se cumplirá el primer aniversario del asesinato, ordenado por Trump, del teniente general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, en Irak.
A modo de represalia, Irán lanzó duros ataques contra dos bases estadounidenses en Irak en venganza por el asesinato de Soleimani.
Uno de los ataques, lanzado contra la base de Ain Al-Asad en la provincia iraquí de Al-Anbar, se saldó con más de 100 heridos entre las tropas de EEUU, conforme admitieron funcionarios del Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono); no obstante, Washington nunca reveló oficialmente el número exacto de fallecidos, ni tampoco el de heridos.
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