Un terremoto mortal de magnitud 8,2 golpeó la costa sur de México el 7 de septiembre, se cobró la vida de 96 personas e hirió al menos a 200.
El temblor fue el más fuerte registrado desde hace un siglo y provocó evacuaciones masivas a lo largo de la costa del Pacífico del país.
La región donde ocurrió el terremoto es una de las zonas sísmicas más activas del país, ya que allí, la placa de Cocos limita en el noreste con la placa Norteamericana.
"Los terremotos de este tamaño son frecuentes en los límites de la zona de subducción", señala Jascha Polet, una sismóloga de la Universidad Politécnica del Estado de California en Pomona, a la revista Nature.
Pero este terremoto fue diferente, la causa que lo provocó es que ocurrió dentro de la placa de Cocos que se deformó o se dobló, no en el límite con la placa Norteamericana, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Según Polet, esto es un caso único, las fallas que se producen dentro de la placa no suelen producir sismos de esta magnitud, por eso, el último temblor inspirará muchas investigaciones en el futuro.
"Ha habido otros de tipo y ubicación similar en los últimos 50 años, pero ninguno se aproxima al tamaño de este", destacó la investigadora.
"Los terremotos de este tamaño son frecuentes en los límites de la zona de subducción", señala Jascha Polet, una sismóloga de la Universidad Politécnica del Estado de California en Pomona, a la revista Nature.
Pero este terremoto fue diferente, la causa que lo provocó es que ocurrió dentro de la placa de Cocos que se deformó o se dobló, no en el límite con la placa Norteamericana, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Según Polet, esto es un caso único, las fallas que se producen dentro de la placa no suelen producir sismos de esta magnitud, por eso, el último temblor inspirará muchas investigaciones en el futuro.
"Ha habido otros de tipo y ubicación similar en los últimos 50 años, pero ninguno se aproxima al tamaño de este", destacó la investigadora.
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