Rusia promete dar una respuesta recíproca a los posibles planes de EE.UU. para desplegar misiles en Asia, especialmente, tras su salida del Tratado INF.
“Si los misiles estadounidenses empiezan a ser desplegados, específicamente en Asia, tomaremos medidas correspondientes para equilibrar estas acciones y detener las amenazas. Lo mismo va para el continente europeo”, ha precisado este lunes el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov.
El sábado, el secretario del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), Mark Esper, anunció que su país tiene planeado desplegar nuevas armas convencionales de alcance intermedio en Asia con el objetivo de contrarrestar el ascenso de China en la región, en particular, tras la salida de Estados Unidos del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés).
Riabkov ha advertido que Washington pretende desmontar el actual sistema de control de armamento en el mundo después de abandonar el INF, firmado en 1987 entre EE.UU. y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
“La destrucción del INF, que por la magnitud de sus consecuencias es equiparable a la salida de Estados Unidos en 2002 del tratado de defensa antimisiles, significa que continúa y se acelera el desmantelamiento del sistema de control sobre misiles y armamento nuclear por parte de Washington”, ha sostenido.
Si los misiles estadounidenses empiezan a ser desplegados, específicamente en Asia, tomaremos medidas correspondientes para equilibrar estas acciones y detener las amenazas. Lo mismo va para el continente europeo”, ha precisado el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov.
Al considerar a EE.UU. como el único responsable de la muerte del Tratado INF, el diplomático ruso ha alertado de las “inevitables consecuencias negativas” para toda la arquitectura de seguridad internacional y el peligro que se cierne de una potencial carrera armamentista en el mundo.
Riabkov, no obstante, ha resaltado que Rusia aún “sigue abierta a un diálogo igualitario y constructivo” con Estados Unidos sobre la eliminación de misiles de corto y medio alcance y otros temas de estabilidad estratégica.
Moscú anunció el pasado viernes el fin de su compromiso con el INF, que prohibía a las dos potencias mundiales poseer, producir o probar misiles de crucero de un alcance comprendido entre 500 y 5500 kilómetros, en la misma jornada en que Washington oficializó su retirada del convenio, bajo el pretexto de que Rusia no lo cumplía.
Rusia ha criticado enérgicamente a Washington por “ignorar” todas las propuestas “constructivas” de Moscú para salvar el INF. Se teme que EE.UU. decida desplegar misiles con capacidad nuclear en Europa para hacer frente a Rusia, tras su decisión de abandonar el pacto. El Kremlin había avisado que, si EE.UU. abandonaba el tratado, los países que albergan misiles estadounidenses se convertirían en potencial blanco de ataques rusos.
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