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lunes, 26 de agosto de 2019

Metedura de pata nuclear de la OTAN

Es un secreto a voces. Pero es también una de las más evidentes denegaciones de la ‎verdad en las que incurre la OTAN. Alemania, Bélgica, Italia, los Países Bajos y Turquía ‎albergan armamento nuclear estadounidense, con lo cual violan el Derecho ‎Internacional. ¡Todo el mundo lo sabe! Pero un miembro de la Asamblea ‎Parlamentaria de la OTAN lo escribió por error en un informe oficial, que fue retirado ‎de inmediato. ‎

El hecho que Estados Unidos tiene armamento nuclear desplegado en 5 países miembros de ‎la OTAN –Italia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Turquía– es algo comprobado desde hace ‎mucho tiempo –en particular por la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS, según sus ‎siglas en inglés) [1]. La OTAN nunca lo ha admitido oficialmente, pero algo acaba de ‎fallar en el sistema de negación de la verdad. ‎

En el documento A new era for nuclear deterrence? Modernisation, arms control and Alien nuclear ‎forces (“¿Una nueva era para la disuasión nuclear? Modernización, control de armas y fuerzas ‎nucleares extranjeras”), publicado por el senador canadiense Joseph Day por cuenta del Comité ‎de Defensa y Seguridad de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, el “secreto” salió a la luz. ‎Utilizando el sistema de “corta y pega”, el senador incluyó por descuido en su documento el ‎siguiente párrafo (número 5), proveniente de un informe confidencial de la OTAN: ‎

«En el marco de la OTAN, Estados Unidos ha desplegado en posiciones avanzadas ‎en Europa alrededor de 150 armas nucleares, específicamente las bombas de gravedad ‎‎B61. Esas bombas están almacenadas en 6 bases estadounidenses y europeas –Kleine ‎Brogel, en Bélgica; Buchel, en Alemania; Aviano y Ghedi Torre, en Italia; Voikel, en ‎Países Bajos; e Incirlik, en Turquía. Ante un escenario hipotético en el cual fueran ‎necesarias, las bombas B61 podrían ser transportadas por aviones estadounidenses o ‎europeos de doble capacidad» (Ver imagen al principio de este artículo). ‎

Acusando a Rusia de mantener en su propio arsenal numerosas armas nucleares tácticas, ‎el documento afirma que el armamento nuclear que Estados Unidos ha desplegado en posiciones ‎avanzadas en Europa y en Anatolia –o sea, cerca del territorio ruso– sirve para ‎

«garantizar la amplia implicación de los aliados en la misión nuclear de la OTAN y la ‎confirmación concreta del compromiso nuclear estadounidense con la seguridad de los ‎aliados europeos de la Alianza».

‎ En cuanto el documento del senador canadiense Joseph Day fue publicado en internet, la OTAN ‎intervino, borrándolo y publicando después una versión corregida. Demasiado tarde. Varios ‎medios de prensa –principalmente el diario belga De Morgen– ya habían visto la versión ‎original completa [2]. ‎

Ya ante tal situación, el imprudente autor trató de reparar su desliz afirmando en el ‎‎Washington Post que se trataba sólo de un esbozo para la redacción de un informe a la ‎Asamblea Parlamentaria de la OTAN, que será publicado en noviembre [3]. Pero no pudo negar lo que había escrito en el párrafo donde cita el informe ‎confidencial de la OTAN. ‎

Esto confirma lo que hemos venido documentando desde hace años [4]:

en la base Aviano (provincia de Pordenone, Italia), ‎aviones de combate estadounidenses F-16C/D están listos para iniciar el ataque nuclear con ‎‎50 bombas estadounidenses B61 (cantidad estimada por la Federación de Científicos ‎Estadounidenses).

en Ghedi Torre (provincia de Brescia, Italia), aviones de combate italianos ‎‎Tornado PA-200 están listos para participar en el ataque nuclear bajo las órdenes de ‎Estados Unidos con 20 bombas atómicas estadounidenses B61. ‎

A partir del año 2020, esas bombas nucleares estadounidenses B61 serán reemplazadas por las ‎nuevas bombas nucleares estadounidenses B61-12, destinadas principalmente a los nuevos ‎aviones de combate F-35. ‎

Todo eso viola el Tratado de No Proliferación nuclear, ratificado tanto por Estados Unidos como ‎por Italia. ‎

Mientras tanto, en el parlamento italiano los partidos se desgañitan discutiendo acaloradamente ‎sobre el TAV (el tren italiano de alta velocidad), pero reina el más profundo silencio sobre el ‎armamento atómico de Estados Unidos desplegado en Italia, tácitamente aprobado por las ‎formaciones políticas italianas. ‎


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