“China podría necesitar transportar hasta dos millones de tropas a través de las duras 100 millas (más de 160 kilómetros) del Estrecho de Taiwán y desembarcarlas bajo fuego en las 14 posibles playas de la isla o en los 10 principales puertos”, señaló el portal estadounidense Forbes en un reporte publicado el martes.
Conforme a la nota, para transportar dicha cantidad de tropas Pekín debe poner en servicio naval miles de barcos civiles que sumarían a los 11 nuevos buques anfibios que pertenece a la Armada del Ejército Popular de Liberación de China.
En este sentido, prosigue el texto, el Gobierno chino ha creado un marco legal para hacerse con el control de la navegación comercial. “Mientras tanto, los ingenieros navales han comenzado a modificar las principales embarcaciones para convertirlas en mejores barcos de combate” para formar la gran flotilla de China, subraya el texto.
Al referirse a un reciente informe publicado por el analista del Proyecto 2049 Institute de Virginia, Ian Easton, la nota recalca que, en caso de que las fuerzas del Ejército Popular de Liberación de China fueran un millón de hombres o más, podría esperar que la Armada china utilice “miles o incluso decenas de miles de barcos para transportarlos”.
Según el reporte, los ocho modernos muelles de desembarco Tipo 071 del PLAN y los tres buques de asalto de gran cubierta Tipo 075 pueden transportar juntos unos 25 mil soldados. Para transportar el resto de las fuerzas, la Armada china puede emplear unos 2000 grandes buques comerciales tripulados por unos 650 mil marineros.
La nota subraya también que dichas medidas están destinadas a apoyar futuras operaciones militares. “En caso de conflicto, se les exigiría que entraran en servicio en tiempos de guerra”, agrega.
China y Taiwán viven una escalada de tensiones por distintos asuntos, entre ellos, los esfuerzos separatistas de las autoridades taiwanesas —especialmente de la presidenta, Tsai Ing-wen, que se opone al principio de ‘una sola China’— y el apoyo militar y político que recibe la isla de Estados Unidos.
Ante tal coyuntura, el gigante asiático ha aumentado en los últimos meses sus actividades militares cerca de Taiwán, primero, para sacar pecho contra las políticas separatistas de la cúpula gobernante en Taipéi y, luego, para lanzar una advertencia a EEUU, que ha incrementado tanto los contactos diplomáticos como el apoyo militar a la isla.
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