El viernes, se produjeron nuevos enfrentamientos fronterizos, de los que esporádicamente se dan entre las fuerzas de Armenia y Azerbaiyán en una zona situada al oeste de la disputada región de Nagorno Karabaj.
Estas escaramuzas se saldaron con la muerte de un soldado azerbaiyano, mientras tres soldados armenios resultaron heridos. Las partes se acusan mutuamente de abrir el fuego.
Por su parte, el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Said Jatibzade, ha expresado este sábado su pesar por el choque entre ambos vecinos del Cáucaso y ha instado a ambas partes a que actúen “con moderación”.
Jatibzade ha subrayado la necesidad de encontrar una solución pacífica entre los dos países y “lograr una paz duradera en el Cáucaso Meridional lo antes posible” y por este motivo, ha hecho hincapié en la disposición de la República Islámica de Irán para ayudar a las partes.
Nagorno Karabaj ha sido la manzana de la discordia entre los dos países en las últimas tres décadas. Armenia y Azerbaiyán viven enemistadas desde el inicio del conflicto Nagorno Karabaj en 1988, cuando este enclave, con apoyo del Gobierno de Armenia, decidió independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
En 1994, un alto el fuego puso fin al conflicto bélico entre estos países —con un saldo de 30 mil muertos—, pero esto no resolvió el problema y, desde entonces, se han venido sucediendo escaramuzas en la zona fronteriza.
El pasado 27 de septiembre, ambas partes reanudaron sus enfrentamientos en esa región, acusándose mutuamente de haber desatado una nueva espiral bélica y de obstaculizar una solución pacífica al conflicto. Finalmente, el 9 de noviembre de 2020, los dos países alcanzaron un acuerdo de “alto el fuego total”.
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