El Tíbet se encuentra en una zona remota de la República Popular China. Esta región comparte la frontera con la India, Nepal y Bután. La meseta tibetana es una zona de gran interés porque las montañas alcanzan los 5.000 metros sobre el nivel del mar y el aire a estas alturas es enrarecido.
Esta región es de muy difícil acceso, así que está muy escasamente poblada. En la región autónoma del Tíbet, en un área total de 1,2 millones de kilómetros cuadrados, viven solo 3,5 millones de personas. Esto hace que la densidad en esta región china sea de solo tres personas por kilómetro cuadrado.
Además, dada la escasa población, hay pocos aeropuertos capaces de recibir aviones de pasajeros. El aire enrarecido en esta zona es un gran problema. Por ejemplo, el ferrocarril que conecta Pekín con el Tíbet pasa a una altura de entre cuatro y cinco kilómetros. Por este motivo, los trenes tienen sistemas de abastecimiento de aire destinados a proveer a los pasajeros la cantidad necesaria de oxígeno.
¿Por qué los aviones evitan el Tíbet?
Hay varias razones por las que la mayoría de los aviones no sobrevuela la meseta tibetana. La principal tiene que ver con la amenaza de despresurización de la aeronave. En ese escenario, los aviones liberan las mascarillas de oxígeno. Entretanto, los pilotos empiezan el descenso hasta 2.400 metros sobre el nivel del mar.
Aquí radica el gran problema de la meseta tibetana: las alturas en la zona alcanzan 5.000 metros. En caso de una emergencia, para una aeronave no será posible descender hasta la altura segura. Si trata de hacerlo, simplemente se estrellará.
Otro obstáculo importante para los vuelos sobre la meseta tibetana son las montañas. Cualquier emergencia que requiera un aterrizaje rápido puede tener graves consecuencias en esa zona porque hay una alta posibilidad que el avión en peligro se estrelle contra un terreno elevado. Los campos llanos no son comunes en dicha meseta y esto obstaculiza la situación.
La falta de aeropuertos en la región también contribuye a la poca popularidad de las rutas que sobrevuelan el Tíbet. En la zona hay cinco grandes aeropuertos principales. El aeropuerto de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, es el más importante y cumple con todos los requisitos para recibir diferentes tipos de aeronaves.
En caso de una emergencia durante el vuelo, algunos aviones tendrían que volar decenas de minutos adicionales para llegar a un aeropuerto capaz de recibirlo. En este tipo de situaciones el tiempo es oro y por eso los aviones evitan la meseta tibetana.
Para solucionar el problema y, además, mejorar la accesibilidad de la región, las autoridades chinas tienen previsto construir otros tres aeropuertos en la zona.
Incluso si un avión logra aterrizar en esta zona vasta, pero tan escasamente poblada, la ayuda tardaría mucho en llegar. En el peor de los casos, los sobrevivientes podrían acabar solos en condiciones climáticas adversas en medio de las inmensidades de dicha meseta.
El carácter montañoso del terreno no es el único problema: los aviones que sobrevuelan la meseta pueden tener que someterse a fuertes turbulencias. Esto causa preocupaciones en los pasajeros, así que diferentes aerolíneas prefieren evitar los vuelos sobre la zona para que sus clientes se sientan cómodos y tengan un vuelo más agradable.
Las condiciones adversas en numerosas ocasiones resultaron en incidentes aéreos en la zona. El pico tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial. Más de 1.500 personas fallecieron y casi 600 aviones fueron perdidos en aquel período. En comparación con las desapariciones supuestamente misteriosas en el Triángulo de las Bermudas, los incidentes en la meseta tibetana resultan ser mucho más mortíferos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario