Pues no, EE.UU. no puede fabricar un misil hipersónico que sí funcione y no se autodestruya
Así es, el país norteamericano es incapaz de fabricar misil hipersónico alguno, pues todos sus intentos, y vaya que ya han sido muchos, han terminado en rotundo fracaso y con la destrucción de los artefactos.
Esta tecnología no es fácil de dominar, y ahí tenemos a los estadounidenses fracasando por enésima vez al tratar de intentarlo; y lo chistoso del asunto es que países con mucho menos tradición científica y tecnológica, como la India, ya lo han logrado desde hace años.
El país asiático ya tiene varios años con su misil hipersónico Brahmos, misil que puede montar en los cazas de origen ruso, los Su-30MKI; sin embargo, los norteamericanos son incapaces de alcanzar ese hito a pesar de que ya lo han procurado por décadas.
Su último intento sucedió el día de ayer tratando de disparar de manera exitosa su prototipo de misil hipersónico, el AGM 183A; no obstante, el prototipo falló y se estrelló contra el suelo.
El país líder en este tipo de tecnología, como ustedes lo sabrán muy bien, es Rusia; nación que ya tiene desplegados dentro de sus fuerzas armadas varios tipos de misiles hipersónicos, destacando el Sarmat y su ojiva hipersónica Avangard, conjunto que puede alcanzar la asombrosa velocidad de mach 22 y recorrer una distancia de hasta 18 mil kilómetros; distancia y velocidad suficientes para golpear el territorio estadounidense en tan solo 15 minutos; y lo más sorprendente es que este misil puede portar hasta 5 vehículos hipersónicos Avangard con ojivas nucleares de hasta 2 megatones de potencia cada una. Esta capacidad de fuego destruiría 5 grandes ciudades simultáneamente y, además, no habría defensa posible contra este misil y su vehículo hipersónico Avangard. Asimismo, el misil Sarmat se puede equipar hasta con 15 ojivas nucleares de vuelo independiente, pudiendo realizar maniobras evasivas cada una para así evadir las defensas antiaéreas del enemigo. Con este poder de fuego un solo misil Sarmat puede destruir un territorio tan grande como el estado norteamericano de Texas, o un país tan extenso como Francia.
Si EE.UU. quisiera detener un misil de estos tendría que disponer de misiles interceptores que alcancen como mínimo la velocidad de mach 25 (25 veces la velocidad del sonido), pero resulta que son incapaces de desarrollar un misil que tan solo alcanza la velocidad de mach 6. Entonces, ¿Cómo impedirá que un misil Sarmat arrase con todo su territorio en caso de una guerra contra Rusia? Pues, simplemente, no podrán.
Pero, así como Rusia dispone del Misil intercontinental nuclear Sarmat, también dispone de misiles de crucero hipersónicos, tales como el misil antibuque Kinzhal (también conocido como Dagger, o daga, en español). Este es un misil de velocidad mach 10 y de 2000 kilómetros de alcance. Un solo misil de estos equipado con una ojiva convencional puede hundir un portaviones, pero si este mismo misil está dotado con una ojiva nuclear táctica (es decir, de baja potencia), puede hundir toda una flota de ataque comandada por un portaviones. De ahí el terror que le tienen los marines estadounidenses. Este misil puede ser lanzado ya sea desde aviones, como el MiG-31, buques de guerra, o submarinos. Vuela hasta 33 mil km/h y cambia su rumbo y altitud de forma imprevisible, lo que hace casi imposible interceptarlo.
Asimismo, Rusia dispone de otros misiles hipersónicos, tales como el Zircón. Este es un misil que puede alcanzar una velocidad de hasta mach 9 y una distancia de hasta 1000 kilómetros. Este misil equipará a las fragatas de la marina rusa, y más tarde a sus submarinos nucleares. Es un misil dirigido a la destrucción de buques enemigos, así como de objetivos en tierra firme. Puede portar tanto ojivas nucleares, como ojivas convencionales.
Según el analista independiente Alexander Golts, estas armas pretenden “intimidar a Occidente”. Vladimir Putin ha dicho en repetidas ocasiones que su desarrollo era una respuesta al escudo antimisiles estadounidense.
En Washington y en la OTAN, la prueba del misil Zircón por parte de la Armada rusa no pasó desapercibida.
“Los nuevos misiles hipersónicos de Rusia son potencialmente desestabilizadores y plantean riesgos significativos” porque pueden llevar ojivas nucleares, dijo el lunes el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Un funcionario de la OTAN declaró que los misiles “crean un mayor riesgo de escalada y error de cálculo” y afirmó que la Alianza Atlántica “no repetirá lo que está haciendo Rusia”.
Avance tecnológico
Cuando se trata de armas hipersónicas, la ventaja tecnológica rusa es innegable. “Nadie más que Rusia las tiene, pero todo el mundo las quiere”, dijo Golts.
China presentó su primer misil hipersónico en octubre del 2019 y Washington ha reactivado varios programas inactivos. Francia también ha entrado en la carrera.
“Los rusos son muy conscientes de que su ventaja es temporal”, dijo Igor Delanoë, director adjunto del Observatorio Franco-Ruso y especialista en temas de defensa.
“Los estadounidenses recuperarán su retraso en unos meses, un año y medio o dos años como máximo”, afirmó, sin embargo, no sabe lo que dice y hoy lo volvemos a corroborar con el fracaso de la reciente prueba del prototipo de misil hipersónico por parte del gobierno de los EEUU.
Más que por su velocidad, que en última instancia es un poco menor que la velocidad de reentrada a la atmósfera de un misil balístico intercontinental, las armas hipersónicas son temibles por su capacidad de cambiar de dirección y no seguir una trayectoria predecible, lo que deja obsoletas las defensas antimisiles.
En los últimos años, varios funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación por el peligro que suponen estas armas para los portaaviones, muy vulnerables.
Sin embargo, varios analistas creen que los misiles hipersónicos no ofrecen nada verdaderamente revolucionario.
“El Avangard es un logro científico notable, pero desde el punto de vista militar no hay absolutamente ninguna diferencia con una cabeza nuclear ordinaria”, dice Alexander Golts.
En su opinión, Moscú ya dispone de un arma invencible: “Su arsenal nuclear, casi la mitad de la capacidad mundial.
Negociaciones
Entonces, ¿por qué gastar miles de millones en esos misiles?
“La idea no es necesariamente utilizar estas armas sino mostrar que cualquier arma que alguien desarrolle, la obtendrás primero. Así siempre estarás en primera línea”, dijo Cameron Tracy, del Centro de Seguridad y Cooperación Internacional de la Universidad de Stanford (Estados Unidos).
Rusia podría aprovechar su ventaja para hacer que Estados Unidos vuelva a la mesa de negociaciones del control de armamento.
“Es una estrategia habitual desarrollar nuevos sistemas de armas no con la idea de desplegarlos, sino como medio de negociación”, señala Cameron Tracy.
A mediados de junio, el encuentro entre Vladimir Putin y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se saldó con un breve texto sobre el establecimiento de un “diálogo de estabilidad estratégica”, una ruptura tras los años de Trump marcados por el abandono del tratado INF ruso-estadounidense sobre misiles de alcance intermedio.
A la espera de que este diálogo fructifique, o no, “estamos asistiendo ciertamente a la fase de apertura de una carrera armamentística”, afirma Hans Kristensen, experto en armas nucleares de la Federation of American Scientists.
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