El caza estadounidense F-35A LightningII presentó un nuevo problema, un mal funcionamiento en el sistema de generación de gas inerte a bordo (OBIGGS) que ha obligado a cancelar los vuelos de estas avanzadas aeronaves furtivas en ciertas condiciones meteorológicas, informa la revista Air Force.
Ahora los Lightning F-35A de la Fuerza Aérea, cuyo nombre irónicamente se traduce como 'relámpago', están sujetos a una restricción que, hasta que no se repare el mencionado sistema, les impide volar a menos de 40 kilómetros de tormentas o rayos eléctricos, señaló un portavoz de Lockheed Martin el 24 de junio.
El OBIGGS protege al F-35 presurizando los tanques de combustible y manteniendo bajos sus niveles de oxígeno, para evitar explosiones en caso de que un relámpago provoque daños en un depósito. Durante una verificación en el marco de unas labores de mantenimiento rutinarias en la base de la Fuerza Aérea de Hill, en el estado de Utah, se descubrió que un tubo OBIGGS que bombea el gas inerte había sufrido desperfectos.
Las entregas de este modelo de aeronave se suspendieron el 2 de junio para garantizar que el sistema se instalara correctamente, pero se reanudaron el 23 de junio, cuando se determinó que el problema ocurría "en el terreno después de la entrega de la aeronave", dijo un portavoz de la compañía.
El problema aparentemente no ha afectado a las versiones F-35B y F-35C (del Cuerpo de Marines y de la Armada) de estos cazabombarderos.
Esta no es la primera vez que se dicta la suspensión de vuelos cerca de tormentas para estos aviones sigilosos. Los OBIGGS originales del avión también eran propensos a problemas, lo que motivó que hace ya cerca de una década se elaborara una directiva para evitar las tormentas eléctricas. Un sistema rediseñado se instaló en 2014.
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