El Estado Islámico ha perdido el control de sus últimos territorios sirios fronterizos con Turquía y, con ello, gran parte de su capacidad para recibir a combatientes de otras partes del mundo, informa 'The Independent'.
El portavoz del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdulrahmán, ha asegurado a este diario británico que la operación del Ejército Sirio Libre respaldada por tierra por Turquía ha provocado que los yihadistas hayan cedido el control de sus dos últimos pueblos en la frontera turca y se hayan retirado siete u ocho kilómetros hacia el sur: "Todo ha terminado. No hay más Estado Islámico en la frontera", ha confirmado Abdulrahmán.
A su vez, la agencia de noticias estatal turca Anadolu ha confirmado que se ha eliminado "el contacto físico de la organización terrorista Daesh [EI] con la frontera turca en el norte de Siria".
En cuestión de horas
Tras dominar una parte de la frontera turcosiria durante tres años, el Estado Islámico cedió los últimos pueblos en muy poco tiempo, señala 'The Independent'. Así, tres horas antes de que la ofensiva se completara, el grupo terrorista todavía controlaba cuatro aldeas fronterizas, mientras que 60 minutos después solo estaba en "dos pueblos y una granja", según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que anunció que "en pocas horas" el EI "se desconectaría del resto del mundo".
Sin apenas resistencia
Respecto a cómo la ofensiva turca ha sido capaz de liberar un tramo de 55 kilómetros en solo dos días, Abdulrahmán ha explicado que el Estado Islámico "ha dejado de luchar" y que, al perder Manbij, los terroristas comenzaron a ser derrotados "en todas partes"; de hecho, "cuando las fuerzas turcas entraron en Yarablus, realmente no hubo batalla, no murió nadie de ningún lado".
"El EI está perdiendo en la frontera porque tenían operaciones contra el Ejército Libre de Siria, contra los kurdos, y contra el régimen", ha detallado Rami Abdulrahmán, quien sugiere que el grupo terrorista redistribuirá sus combatientes en otro lugar.
Dos pájaros de un tiro
Turquía lanzó su operación en Siria con el doble propósito de expulsar al Estado Islámico de la frontera y detener el avance de las milicias de las Unidades de Protección Kurdas (YPG), apoyadas por Estados Unidos.
A principios de este mes, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insistió en que tanto el Estado Islámico como el YPG representan una amenaza a la seguridad de Turquía y recordó que "nadie puede esperar que nosotros permitamos un corredor de terror en nuestra frontera sur".
A su vez, este 4 de septiembre el primer ministro turco, Binali Yildirim, declaró que Ankara "nunca permitirá la creación de un estado artificial en el norte de Siria", en referencia de la intención de los kurdos de obtener una autonomía en la región.
Dos pájaros de un tiro
Turquía lanzó su operación en Siria con el doble propósito de expulsar al Estado Islámico de la frontera y detener el avance de las milicias de las Unidades de Protección Kurdas (YPG), apoyadas por Estados Unidos.
A principios de este mes, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insistió en que tanto el Estado Islámico como el YPG representan una amenaza a la seguridad de Turquía y recordó que "nadie puede esperar que nosotros permitamos un corredor de terror en nuestra frontera sur".
A su vez, este 4 de septiembre el primer ministro turco, Binali Yildirim, declaró que Ankara "nunca permitirá la creación de un estado artificial en el norte de Siria", en referencia de la intención de los kurdos de obtener una autonomía en la región.
Turquía, apoyada por la coalición internacional que combate al Estado Islámico y está liderada por EE.UU.,comenzó el 24 de agosto una operación terrestre y aérea en territorio sirio.
El Ministerio de Exteriores de Siria tachó esta incursión de "violación de su soberanía" y pidió la mediación de la ONU.
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