Una viñeta del diario británico «The Guardian», como un cartel nazi de los años 1940, representa a Rusia como una araña sangrienta, con la cabeza de Putin, que se apodera del mundo. |
«Putin utilizará la Copa Mundial de Futbol como Hitler utilizó los Juegos Olímpicos de 1936, para disimular el régimen brutal, corrupto, cuyo responsable es él.» Esta declaración oficial del ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, muestra a qué nivel ha llegado la campaña de propaganda contra Rusia [1].
Se acusa a Rusia de haber envenenado en Inglaterra a uno de sus ex oficiales de inteligencia, arrestado por espionaje hace 12 años y liberado hace 8 años, o sea un hombre que ya no dispone de ningún tipo de información sensible. Pero Rusia no sólo lo envenena, junto con su hija, sino que además lo hace utilizando un agente neurotóxico llamado «Novichok» de procedencia soviética. ¿Por qué? ¡Porque Moscú quiere dejar voluntariamente su huella en la escena del crimen!
Anteriormente, ya se acusaba a Rusia de penetrar –con excepcional habilidad… dejando “huellas”– las elecciones presidenciales estadounidenses, algo que el nuevo consejero presidencial para la Seguridad Nacional, John Bolton, ha definido como un «acto de guerra».
Y ahora, el Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security) y el FBI estadounidenses están acusando a Rusia de prepararse para sabotear con sus hackers las centrales eléctricas –incluso las nucleares–, las instalaciones vinculadas a las redes de distribución de agua y los aeropuertos en Estados Unidos y Europa para paralizar países enteros.
Con esas acusaciones se fabrica la imagen de un enemigo cada vez más agresivo, ante el cual tenemos que defendernos.
En una conferencia de prensa junto a Johnson, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, acusa a Rusia de haber perpetrado la «primera utilización de un agente neurotóxico en territorio de la alianza», o sea un verdadero acto de guerra. También la acusa de «socavar nuestras instituciones democráticas», o sea de dedicarse a un accionar subversivo en el seno de las democracias occidentales; y de «violar la integridad territorial de Ucrania», lo cual equivale a haber iniciado la invasión de Europa. Ante el «comportamiento irresponsable de Rusia», anuncia Stoltenberg, «la OTAN está respondiendo» [2].
Así se acondiciona la opinión pública con vista a un fortalecimiento de maquinaria de guerra de la alianza atlántica bajo las órdenes de Estados Unidos, lo cual incluye el despliegue en Europa de las nuevas bombas atómicas [estadounidenses] del tipo B61-12 y probablemente también la instalación de nuevos misiles nucleares estadounidenses en suelo europeo.
Según anuncia el Pentágono, un objetivo prioritario de la Estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos es «mejorar la rapidez y el carácter letal de las fuerzas estadounidenses en Europa». A ese fin se han asignado 6 500 millones de dólares para el año fiscal 2019, lo cual eleva a 16 500 millones el total asignado al quinquenio 2015-2019.
Esta asignación es sólo una parte del total destinado a la operación Atlantic Resolve, iniciada en 2014 para «mostrar el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de los aliados europeos». Compromiso demostrado con el continuo trasiego de fuerzas terrestres, aéreas y navales de Estados Unidos hacia el este de Europa, donde se mueven en compañía de las fuerzas de sus más importantes aliados europeos, incluyendo a Italia.
Al mismo tiempo, la OTAN se refuerza con un nuevo Mando Conjunto para el Atlántico, inventando historias de submarinos rusos listos para hundir los barcos mercantes que transitan por las rutas transatlánticas, y con un nuevo Mando Logístico, inventando la historia de una OTAN que se ve obligada a desplazar rápidamente sus fuerzas hacia el este para enfrentar una agresión rusa.
Se trata así de justificar la escalada de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, subestimando la capacidad de reacción de Rusia cuando se ve contra las cuerdas. Cuando compara a Putin con Hitler, Boris Johnson debería recordar cómo acabaron los ejércitos de Hitler cuando invadieron Rusia.
Manlio Dinucci
Fuente
Il Manifesto (Italia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario