2020 no será un buen año para la economía. El mundo se topará de nuevo con tal inestabilidad en los bancos de inversión estadounidenses que no tardaremos en entrar de lleno en otra crisis, según advierte JPMorgan Chase. ¿En qué se están basando los peores temores y cuáles son las posibilidades de que finalmente se materialicen?
Una década después del colapso de Lehman Brothers que provocó aquella estrepitosa caída en los mercados financieros y toda una serie de medidas de emergencia que todavía se hacen sentir, los estrategas de JPMorgan Chase se han basado en un modelo con el que han pretendido calcular el momento y el nivel de gravedad de la próxima crisis financiera. El 2020 es el año elegido.
Los datos los han calculado en función de lo que ha durado la expansión económica, de lo que durará la próxima recesión, del grado de apalancamiento, de los precios de los activos financieros y del nivel de desregulación y de innovación financieras anteriores a la última crisis.
Cree que la del 2020 llegará, pero que no será tan devastadora como la de 2008 porque el precio de los activos de los países en desarrollo es ahora inferior a los de entonces.
Como explica uno de los estrategas de JPMorgan Chase, Marko Kolanovic, el mercado bursátil colapsará debido a la abundancia de fondos indexados, de fondos cotizados en bolsa y de fondos de inversión pasivos. Debido a que no habrá suficientes inversores activos que compren fondos pasivos, incluso si estos son baratos no tendrán comprador.
La empresa de servicios financieros también señala que la liquidez en el mercado bursátil estadounidense es dos tercios inferior a la de la crisis. En los mercados a renta fija, esa liquidez se ha deteriorado porque los bancos han pasado a desempeñar un papel menos relevante en el mercado.
"Lo ocurrido en el mercado en 2008 llevó a una grave violación de la liquidez, lo que puede ser una característica clave de la próxima crisis", creen en JPMorgan Chase.
En el mercado bursátil, la liquidez es la facilidad con la que un activo o bien puede convertirse en dinero en efectivo, al que se le llama también dinero líquido. Que disminuya la liquidez del mercado y que aumente la inversión pasiva reduce las posibilidades de que el mercado sea capaz de evitar grandes caídas en caso de que aumente la volatilidad, añaden los autores del informe, citados por Bloomberg.
Los datos coinciden con los vertidos en New York Post por Murray Gunn, jefe de investigación global de Elliot Wave International. La deuda de las familias estadounidenses alcanza actualmente los 13,3 billones de dólares, una cifra superior a la de la crisis de 2008. Los universitarios no dejan de pedir créditos y ahora ya deben 1,5 billones de dólares, mucho más que los 611.000 millones que debían hace una década. Los créditos para comprar un auto también se han disparado y superan los de 2008.
¿Cuánto falta para el principio del fin? En una entrevista con la cadena CNBC, Kolanovic señala que la probabilidad de que la crisis llegue durante la segunda mitad de 2019 no es demasiado baja. En parte dependerá de la prisa que se dé la Reserva Federal (FED) del país norteamericano en subir las tasas de interés.
¿Cuánto falta para el principio del fin? En una entrevista con la cadena CNBC, Kolanovic señala que la probabilidad de que la crisis llegue durante la segunda mitad de 2019 no es demasiado baja. En parte dependerá de la prisa que se dé la Reserva Federal (FED) del país norteamericano en subir las tasas de interés.
ya el Bank of America Merrill Lynch había avisado de que esas tasas de interés serían capaces de despertar una nueva crisis financiera. Y es que durante todo 2018 los inversores han ido vendiendo valores a los mercados emergentes precisamente porque temen un aumento de tasas de interés de la FED.
El Bank of America señala que la marcada política proteccionista de Donald Trump es también una amenaza para la estabilidad económica mundial. Sufrirán por ella, sobre todo, los mercados mundiales de alimentos, según subraya el Instituto de Investigación Internacional de Políticas Alimentarias (IFPRI) en su informe de 2018:
"El posible resurgir del proteccionismo comercial ralentiza que se alcancen los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un mayor desarrollo económico y que crezca y mejore la seguridad alimentaria y la nutrición".
Los analistas coinciden en que, si los bancos centrales logran evitar una fuerte caída en el valor de los activos financieros, es posible que la situación no acabe siendo tan terrible. De lo contrario, nos esperan cambios mucho más destructivos.
El Bank of America señala que la marcada política proteccionista de Donald Trump es también una amenaza para la estabilidad económica mundial. Sufrirán por ella, sobre todo, los mercados mundiales de alimentos, según subraya el Instituto de Investigación Internacional de Políticas Alimentarias (IFPRI) en su informe de 2018:
"El posible resurgir del proteccionismo comercial ralentiza que se alcancen los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un mayor desarrollo económico y que crezca y mejore la seguridad alimentaria y la nutrición".
Los analistas coinciden en que, si los bancos centrales logran evitar una fuerte caída en el valor de los activos financieros, es posible que la situación no acabe siendo tan terrible. De lo contrario, nos esperan cambios mucho más destructivos.
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