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lunes, 24 de septiembre de 2018

Qué se oculta tras el combate aéreo secreto que hubo entre un F-35 y un F-16



En enero de 2015 las Fuerzas Aéreas de EEUU llevaron a cabo unos combates aéreos de entrenamiento entre un F-35A y un F-16D Block 40 con el objetivo de determinar las capacidades del caza de quinta generación en un combate aéreo a cortas distancias.

Este hecho habría pasado desapercibido si no fuera por el reportero militar David Axe, que reveló el informe emitido por el piloto de aquel F-35A, quien dijo que el novedoso caza no logró estar a la altura del F-16.

Así, en un 'combate de perros' en todo el rango de altitudes (de tres a nueve kilómetros), el F-35 no logró esquivar al caza más anticuado que no dejó de estar detrás del Lightning y tenerlo a tiro, se dice en el informe.

Lo que es más, el columnista del portal militar ruso TopWar, Evgueni Damántsev, destaca el hecho de que aquel F-35 en particular no estaba provisto de los materiales necesarios para absorber las señales de radar que pesan unos 200 kilos, ni tampoco estaba equipado con los misiles AIM-120 y AIM-9 en sus compartimentos interiores.

"Solo puede haber una conclusión: el F-35 se dirigió al combate contra el Falcon demasiado 'ligero' con un peso aproximado de 17 toneladas, lo cual debió darle al caza una notable relación empuje-peso de 1,15 kg/kp y, por lo tanto, unas excelentes características de vuelo", explica el columnista.

Pero ello no salvó al Lightning de la derrota ante el F-16 que en unas condiciones similares tenía una relación empuje-peso de 1,27 kg/kp. No obstante, Damántsev señala que lo más importante fue la diferencia en la carga alar de las dos aeronaves. Este factor determina la capacidad que tiene el avión de maniobrar, entre otros aspectos del vuelo.

El F-35A era 1,66 veces más pesado que el F-16D, pero su carga alar era tan solo un 8,75% mayor, lo cual significa que el Falcon tiene la capacidad de despegar con un mayor peso y maniobrar más efectivamente.

Esto destaca otra desventaja del caza de quinta generación estadounidense, cuenta el columnista: la ausencia de extensiones del borde de ataque que tienen la mayoría de los cazas modernos.

Dichos bordes sirven para mantener la efectividad del ala en condiciones extremas durante un combate aéreo y la realización de maniobras. Debido a esta falta el F-35 no es competencia en maniobrabilidad para tales cazas como el MiG 29S, Mirage 2000-5/9, F-16C/D, Eurofighters, F-22 y menos aún para el Su-30SM que además dispone de empuje vectorial, opina Damántsev.

Por lo cual, añade que incluso para los MiG-29 'normales' el F-35 lo tendría difícil y lo único que ayudaría serían sus misiles AIM-9X con la posibilidad de apuntarlos con el visor del casco. No obstante, los MiG-29 también disponen de esta tecnología.

Vistos estos hechos, el autor llega a la conclusión de que las declaraciones de los altos mandos estadounidenses que destacan las capacidades de combate del F-35 no son más que "disparates" que se cuentan para vender más de estos aviones.

Debido a la baja relación empuje-peso que sería de unos 0,8 kps/kg con un F-35 completamente armado, el caza estadounidense "no tendría" ninguna oportunidad frente al Su-35 que tiene una relación de 1 kps/kg y tiene muchas características que contribuyen a su maniobrabilidad.

Con ello, Damántsev cuenta que los medios occidentales afirman que la principal ventaja de los F-35 es su 'invisibilidad'. Sin embargo, hubo casos que pusieron en duda la veracidad de estas afirmaciones.

Así, el columnista puso como ejemplo el uso de los F-35 israelíes en Beirut, donde se demostró que estas aeronaves podían ser detectadas a una distancia de 160-250 kilómetros por los radares rusos, lo cual contradice a las afirmaciones sobre su invisibilidad.

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