La catástrofe del avión de reconocimiento ruso Il-20 en Siria fue atribuida a 'las acciones provocadoras' de Israel, condenadas por la Defensa de Rusia y comentadas de una manera bastante escueta por el presidente ruso. Esta y otras discrepancias aparentes las pretende explicar una teoría ofrecida por analistas extranjeros.
En la física teórica, la llamada 'teoría del todo' es una hipotética explicación de todos los fenómenos físicos a la vez, una que conecte todas las interacciones fundamentales de la naturaleza en un solo modelo carente de vacíos.
A pesar de todos los obstáculos, docenas de científicos de renombre están buscando este Santo Grial de la ciencia y están creando en este proceso conceptos tan peculiares como la famosa teoría de cuerdas.
Este deseo de explicarlo todo se manifiesta muy a menudo en otros ámbitos. En la política y geopolítica, las ideas más inusuales suelen considerarse como 'teorías de conspiración'. Pero a veces surgen explicaciones capaces de llenar todos los vacíos de manera coherente y, como mínimo, ofrecer una explicación para una mente ansiosa de respuestas.
Hay una teoría surgida en los círculos de análisis independientes sobre las razones reales de la caída del avión de reconocimiento ruso Il-20 que es:una explicación un poco descabellada, lo suficiente creíble desde el punto de vista de la coyuntura actual, y capaz de explicar ciertas cosas que hasta la fecha parecen ilógicas.
¿De qué teoría se trata?
El 'complot' franco-israelí
Tom Luongo y Joachin Flores argumentan que el Il-20 fue derribado por Francia con el fin de provocar un ataque de respuesta ruso contra la fragata Auvergne. Los aviones israelíes estaban presentes en la zona para dar legitimidad a la versión del 'fuego amigo' de la defensa antiaérea siria y así presentar a Rusia como la 'agresora' de un miembro de la OTAN.
La teoría tiene también una versión 'suavizada', que reconoce el Il-20 como víctima involuntaria de las maniobras de los cazas israelíes, pero que considera culpable a Auvergne por lanzar sus misiles mar-tierra contra la base rusa con el fin de provocar la respuesta militar de Moscú.
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Con el objetivo de lograr un mayor dramatismo, partimos de los puntos iniciales.
Es descabellada porque se parece mucho a una teoría de conspiración. Sin embargo, no lo es del todo porque las escenificaciones y ataques de 'falsa bandera' hace tiempo que forman parte de las contiendas geopolíticas. No son una novedad.
Es creíble ya que una provocación bélica no es algo fuera de lo normal en las zonas de conflicto. De las maniobras a gran escala a los disparos de advertencia y hasta los ataques directos con víctimas mortales —todos estos ejemplos ya tuvieron lugar en Siria—, un choque militar es posible. No obstante, es poco creíble porque esta teoría sugiere que muchas personas en los altos niveles de poder perdieron el sentido común (algo tampoco imposible en el mundo de hoy).
Es capaz de explicar varios factores 'fuera de lo normal' que rodearon la caída del avión Il-20. Pero al mismo tiempo, choca con el concepto de la 'navaja de Ockham', que entre las explicaciones de un mismo suceso llama a favorecer la más probable y más sencilla. Y esta teoría no tiene nada de sencilla.
Sin importar si es verdad o fantasía, la teoría de Luongo y Flores es un drama geopolítico digno de una novela de ficción. Les invito a conocer las conclusiones de los dos autores, mezcladas libremente con mis propias adiciones.
'Puntos blancos' en el derribo del Il-20
Luongo y Flores, en artículos separados, llaman la atención a ciertas irregularidades en la cobertura mediática y las reacciones de los altos cargos rusos al derribo del avión Il-20.
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Aspectos mediáticos:
Primero, recuerdan que los primeros mensajes sobre la desaparición de la aeronave mencionaron "el lanzamiento de misiles por la fragata francesa Auvergne" justo antes de la desaparición, sin precisar el tipo de misiles lanzados. Cabe señalar que el Il-20 es capaz de recoger y enviar datos de inteligencia en tiempo real.
Segundo, en los primeros momentos tras la desaparición del avión ruso, Francia se apresuró a negar su implicación en la posible catástrofe, sin que nadie la acusara de esto.
Tercero, antes de cualquier comunicado de la Defensa rusa, las fuentes estadounidenses comentaron a los medios norteamericanos que la versión principal de EEUU era la del 'fuego amigo' de la defensa antiaérea siria contra la aeronave rusa. Antes de que alguien en Rusia ofreciera una versión propia.
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Cuarto, la Defensa rusa culpó a Israel en términos contundentes, mientras que el comentario del presidente ruso resultó moderado y hasta evitó culpar a Tel Aviv por la pérdida del avión. En el caso de Turquía, el derribo del Su-24 ruso causó un prolongado conflicto político y económico. Mientras, la fragata francesa fue olvidada por los altos cargos rusos.
Quinto, el presidente sirio, Bashar Asad, tardó dos días en dar sus condolencias sobre el derribo, a pesar de que la parte rusa había declarado ya a los militares sirios como responsables involuntarios de la catástrofe. Para comparar, los altos cargos de los países de la coalición estadounidense —formalmente rivales en el tema sirio— mandaron sus condolencias al día siguiente. Además, la parte siria ni siquiera comentó el suceso antes de que la Defensa rusa expusiera su versión.
Aspectos tecnológicos
Los expertos destacan que la teoría de un derribo involuntario, causado por un misil del sistema S-200 que optó por un blanco más 'visible' entre el Il-20 ruso y uno de los F-16 israelíes, aunque posible, provoca dudas.
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Luongo y Flores argumentan que como los sistemas de defensa antiaérea de Siria y de Rusia están interconectados, sería poco probable que los sirios 'se confundieran' o arriesgaran a impactar contra el Il-20 en su deseo de atacar un F-16.
En este sentido, se puede agregar que los S-200 son misiles antiaéreos de largo alcance destinados a derribar bombarderos enemigos y no atacar misiles de crucero ni cazas tácticos: para esto, se usan los sistemas más modernos, como los S-300 y S-400, o los de mediano y corto alcance. Y en caso de riesgo de 'fuego amigo', los sirios, capacitados por los rusos, deberían haber limitado sus medidas con sistemas de defensa antiaérea de menor alcance.
¿Cómo la 'teoría del todo' explica las discrepancias?
Los argumentos de los autores se resumen en lo siguiente:
Los aviones israelíes están realizando un ataque contra los objetos del Ejército sirio en Latakia, la provincia con mayor presencia de fuerzas rusas en el país, sin prevenir a Moscú de antemano del ataque. Ambas cosas inusuales para Israel, dado el cumplimiento riguroso del acuerdo sobre la prevención de incidentes con Moscú en el pasado y el historial impecable de esta cooperación.
La fragata Auvergne lanza sus misiles antiaéreos contra el Il-20 ruso. La tripulación detecta el lanzamiento en tiempo real e informa de este hecho al mando ruso en Siria, que, por el momento, cree que se trata de los misiles de crucero mar-tierra. El avión es derribado y desaparece de los radares. Según la versión 'suavizada', los misiles de Auvergne se dirigen contra la base rusa, y en el caos del fuego antiaéreo el Il-20 cae derribado por el 'fuego amigo'.
Rusia, argumentan los analistas, enseguida entiende todo y se enfrenta con una decisión: lanzar un ataque de respuesta contra Auvergne o evitar caer en esta trampa. En el primer caso, cualquier esperanza de tener buenas relaciones con Francia y Europa sería destruida por décadas, con el riesgo de desatar una guerra a gran escala con la OTAN. En el segundo caso, Moscú sacrificaría su imagen internacional y tendría problemas a lo interno del país por no responder a Israel, lo que sería perjudicial para los gobernantes y dañaría personalmente la imagen de Vladímir Putin.
Un ataque contra la fragata no se hubiera podido justificar. Israel y Francia, así como EEUU, ya pusieron en marcha el guion de 'fuego amigo' (con el 'oportuno' ataque aéreo israelí, las declaraciones de París y de las fuentes militares estadounidenses). El peso de las palabras de Moscú, ya demonizada y presentada como agresora durante años, no hubieran valido para nada contra la postura conjunta de 'la comunidad internacional', como se autodenomina Occidente. Las relaciones con Francia hubieran resultado destrozadas y Moscú se hubiera enfrentado con una crisis diplomática a una escala sin precedentes (además de una inminente guerra sin cuartel en Siria).
Moscú opta por analizar la situación con mente fría. Por eso la población no tuvo acceso inmediato a la información oficial: ni la Defensa ni el Kremlin publicaron comunicados oficiales durante varias horas. En casos anteriores, la información sobre las bajas militares se publicó más rápidamente.
Al ver las señales del guion occidental —el del 'fuego amigo' sirio—, Rusia decide aceptar la narrativa ofrecida y 'confirma' que fue un S-200 el que causó la catástrofe, sostienen los autores. Los sirios, inicialmente, no están al tanto de la situación y no comentan lo sucedido. Por eso, el presidente Bashar Asad guarda silencio durante dos días y solo el representante sirio en la ONU comenta la caída del avión. Al fin y al cabo, el mandatario sirio envía sus condolencias a Putin y casi repite por palabra la postura de Moscú.
La versión oficial se consolida: el 'fuego amigo' de un S-200 sirio impacta contra un Il-20 después de fallar en alcanzar un F-16 israelí, un avión más rápido y de menor tamaño. Fue una cadena de "coincidencias trágicas", según lo declarado por Vladímir Putin.
Mientras, la fragata francesa deja de ser mencionada por los altos cargos. Israel, que proporcionó la cobertura necesaria para la versión del 'fuego amigo', resulta formalmente condenado de acciones provocativas sin lanzar una acusación directa (la Defensa rusa lo hizo, pero el presidente Putin suavizó la retórica). La crisis militar, política y diplomática, destinada a destruir todos los logros de Moscú y Damasco en la lucha contra los terroristas y posiblemente causar una escalada bélica entre Rusia y la OTAN, ha sido prevenida.
Motivación de las partes
Un crimen debe tener una triada de factores: el motivo, la oportunidad y la herramienta.
EEUU no quiere reconocer su derrota en Siria
Para Francia e Israel, y posiblemente para EEUU, el motivo era causar una escalada bélica con Rusia y revertir todos los logros de la guerra en Siria a su favor; la oportunidad se la sirvió en bandeja de plata la presencia de un avión de reconocimiento ruso en el radio de alcance de los S-200 sirio (su trayectoria de vuelo seguramente habría sido comunicada con anticipación a las partes interesadas); y las herramientas, el grupo de cazas israelíes y la fragata Auvergne.
Luongo y Flores destacan que Israel no tiene motivos creíbles para recurrir a esta artimaña. Moscú aceptó ataques aéreos israelíes contra las fuerzas iraníes en Siria a cambio de la retirada del apoyo israelí a los terroristas, algo que Tel Aviv aprovechó al máximo con sus más de 200 ofensivas aéreas impunes.
Además, todos los acuerdos sobre la prevención de incidentes se cumplían con rigor, los Ejércitos ruso e israelí estaban en constante contacto y jamás los ataques aéreos de Tel Aviv causaron víctimas en el contingente ruso. La cooperación era sólida y funcionó bien. ¿Para qué romperla de una manera tan descarada?
La 'posverdad' que lleva a la guerra no es nueva en Washington
Tras las declaraciones de Emanuel Macron sobre la posibilidad de bombardear Siria en caso de un hipotético 'ataque químico', junto con su lealtad indiscutible hacia EEUU y una tasa de aprobación en declive, no se puede descartar que el líder galo pudiera haber aceptado participar en una aventura militar multinacional, 'seducido' por la victoria en Siria, un excolonia francesa.
Tampoco se debe olvidar que fue Francia, y no EEUU, la líder de las fuerzas de la OTAN en la destrucción de Libia, un país que durante décadas se opuso a la expansión francesa en el Norte de África, al igual que Siria resiste la vuelta de Francia en el Levante. Así que el papel de punta de lanza de la Alianza Atlántica no es ajeno para París.
Mientras que el papel de Washington en la situación puede parecer muy limitado. Los analistas difieren sobre por qué esto es así.
Luongo cree que el presidente de EEUU, Donald Trump, y el secretario de Defensa, James Mattis, rechazaron participar en la provocación, que va en contra de sus intereses de sacar las tropas de Siria en algún momento oportuno.
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A su vez, Flores sugiere que desde el inicio todo fue un plan de Washington, destinado a romper las relaciones de Moscú con París, una de las capitales más importantes de Europa. Como ejemplo tenemos que el 19 de septiembre un grupo aeronaval estadounidense llegó al Mediterráneo, lo que lleva a preguntar: ¿son unas maniobras planeadas o una fuerza de combate en caso de una escalada bélica inminente?
Para darle crédito a este argumento, Luongo recuerda que EEUU desató más de una vez guerras basadas en hechos que pudieran haber sido prevenidos por las autoridades, como pasó con el golfo de Tonkín (Vietnam) y Pearl Harbor (Japón). Se puede agregar a esta lista la tragedia del 11S, que llevó a casi dos décadas de conflictos y la destrucción de varios países.
Según apunta el analista, "las manipulaciones mediáticas son una herramienta de EEUU para mantener el sentimiento de 'una guerra justa' en su población", sobre todo cuando se trata de respuestas a las tragedias lejanas.
La reacción de Putin
Si, de hecho, la teoría presentada es veraz (y reitero una vez más que es solo una opinión expresada por dos autores, sin ninguna confirmación independiente en absoluto), los dos expertos coinciden en que la jugada de Rusia en esta crisis resultó totalmente inesperada para los atacantes.
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Con la moderación no solo a la hora de responder militarmente al ataque del Auvergne o de los F-16 israelíes, sino también a la hora de denunciar al culpable —con Francia, que ya no se menciona, e Israel, condenado por el comportamiento hostil y no por el derribo—, Rusia arrebató la iniciativa a la coalición estadounidense y previno una escalada ya 'programada' y puesta en marcha en los medios occidentales.
Todas las partes salvo, irónicamente, EEUU, viven un momento de confusión desde la caída del avión ruso.
Israel, inicialmente, rechazó comentar su ataque aéreo contra Siria y su posible implicación en el derribo del avión. Luego, el Ejército israelí publicó un mensaje en el que culpa a los sirios, a Irán y a Hizbulá, y expresa sus condolencias por la tragedia. La representante diplomática israelí citada al Ministerio de Exteriores ruso guarda silencio. Benjamin Netanyahu, al ser reprochado por Vladímir Putin por las irresponsables acciones, sostiene que los aviones israelíes habían abandonado la zona de la tragedia mucho antes de que los sirios dispararan su S-200, tratando así de persuadir al Kremlin de que no fue su culpa. Netanyahu envió al jefe de las Fuerzas Aéreas de Israel a Moscú para presentar los datos de los radares y así 'salvar' los acuerdos vigentes sobre la impunidad de los ataques israelíes en Siria.
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Francia rechazó rotundamente su implicación en la caída del Il-20 incluso antes de que Rusia confirmara la catástrofe, mientras que en ningún momento los altos cargos rusos acusaron a París del ataque, ni tampoco los políticos de otros niveles sugirieron alguna implicación de Francia en el asunto. París sigue defendiéndose de las acusaciones del derribo… que nunca tuvieron lugar, según un colaborador de Sputnik Francia. Francia expresó sus condolencias y ofreció asistencias en la misión de búsqueda.
Rusia tampoco evitó sorpresas en su cobertura mediática. Mientras informaciones controversiales o no corroboradas son una parte innata de los 'breaking news' (noticias urgentes, en desarrollo), las catástrofes de esta envergadura —la segunda de este tipo en Siria tras la caída del avión An-26 que se cobró 39 vidas en marzo pasado— suelen recibir una atención total y completa tanto por parte de la Defensa como por los medios del país y la información suele llegar de manera bastante rápida. Algo que, subjetivamente, no fue el caso con el Il-20.
Siria resultó ser el actor… raro. La agencia estatal SANA comunicó sobre la desaparición del avión, pero luego se concentró en la defensa contra los misiles de crucero y las destrucciones causadas por el ataque israelí. Luego la agencia publicó las declaraciones de la Defensa rusa sobre la responsabilidad de Israel y del presidente Putin sobre la ilegalidad de los ataques israelíes en Siria.
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En ningún artículo se da una explicación detallada de las causas del derribo, el misil S-200 sirio—, y en la mayoría de los casos no se menciona que los militares sirios fueron involuntariamente responsables. Se puede tratar esta peculiaridad como acto propagandista para 'esconder' la culpa de los sirios, pero en el marco de la teoría de Luongo y Flores, también puede ser una forma de no estar de acuerdo con la necesidad de aceptar una responsabilidad no merecida.
Los dos días que tardó Bashar Asad en comentar la tragedia también son algo sospechosos, dado que la Defensa rusa declaró un S-200 sirio como culpable del derribo al día siguiente después de la catástrofe.
EEUU sale de este situación con la postura más coherente, quizá porque el país no participó activamente en la discusión. En los primeros momentos tras el derribo, las fuentes estadounidenses comentaron a sus medios que se trataba del 'fuego amigo' y no del ataque de los cazas israelíes contra el Il-20. La única, aunque importante peculiaridad de su reacción, es que nadie habló del 'derribo' en aquel momento: se habló de la desaparición de los radares en medio de un ataque de los F-16 y, posiblemente, de los lanzamientos de misiles por la fragata francesa. También, los altos cargos del país expresaron su pésame.
Conclusión
El primer artículo de Tom Luongo, en el que parte de la idea de que de Francia e Israel buscaban atacar las posiciones rusas y sirias con misiles mar-tierra y aire-tierra con el objetivo de provocar una respuesta bélica y que el Il-20 resultó ser una víctima no planeada, está disponible en inglés en el portal Strategic Culture.
Luongo señala también que Rusia usará el pretexto de la culpa de Israel para cerrar los cielos sirios para los aviones israelíes, o suministrar a Damasco sistemas más modernos para sustituir los S-200 obsoletos y, ahora, 'peligrosos'.
El artículo de Joachin Flores, en el que investiga minuciosamente el desarrollo de la cobertura mediática y de las reacciones de las partes involucradas en la catástrofe, está disponible en el portal Fort-Russ.
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Finalmente, el segundo artículo de Tom Luongo, en el que se comparte las conclusiones de Flores y analiza en detalle la reacción del presidente ruso, está publicado en su página web personal.
Para concluir, quisiera reiterar una vez más que se trata de una teoría no corroborada, basada en opiniones personales de dos autores extranjeros, sin ninguna confirmación oficial por ninguna de las partes involucradas.
Si no está confirmada, ¿qué hace aquí? Pues está en mi blog como una especie de 'thriller' geopolítico, que, por poco probable que parezca, es teóricamente posible. En el pasado, provocaciones menores sellaron destinos de países enteros y tardaron años para que la verdad saliera a la superficie. Sea un caso parecido o no, es normal para el ser humano buscar explicaciones, incluso si rayan en la fantasía.
https://mundo.sputniknews.com/blogs/201809211082147964-sobre-derribo-avion-ruso-en-siria/
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