Los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, han tenido un efecto limitado hasta ahora, señala Mish Shedlock, de MishTalk.com, en una entrevista con Max Keiser. "Está claro que han beneficiado a los fabricantes de acero, y supongo que también a los de aluminio, pero ya está", afirma. Al mismo tiempo, subraya que estas medidas han perjudicado a los consumidores y a los productores que importan acero.
De hecho, Shedlock opina que los aranceles serán una de las razones por las que Trump perderá las elecciones de mitad de legislatura, además de por otros motivos políticos.
Por otra parte, el experto advierte que "lo que más puede temer EE.UU. es cómo se vengará China esta vez". "El gigante asiático ya ha proferido una amenaza velada que ha pasado desapercibida para muchos, al decir: 'Nosotros producimos una serie de bienes que EE.UU. tiene difícil conseguir'", afirma Shedlock.
En su opinión, se refieren a las tierras raras, "elementos que se emplean en los sistemas armamentísticos, en los imanes más potentes, en los teléfonos con pantalla táctil, en cristales especializados, en componentes de aeronaves". Estos elementos solo los produce China, ya que durante el proceso de su fabricación "se generan muchos lodos tóxicos y residuos similares", indica. Shedlock admite que es posible que aparezca otro país dispuesto a fabricar estos elementos, "pero al menos habría que esperar tres años, por lo que nos quedaríamos sin suministro durante un tiempo".
"El superávit que tiene China respecto a EE.UU. es tan grande que su respuesta solo puede ser una tercera parte de lo que puede hacerle el Gobierno de Trump", admite el experto. Aunque la nación asiática puede "seguir restringiendo el acceso a su territorio a las empresas estadounidenses y aumentar más sus aranceles de lo que lo ha hecho EE.UU.", la "verdadera amenaza está en el cierre del suministro de tierras raras". "Esa es la gran amenaza con la que puede vengarse China de EE.UU.", concluye Shedlock.
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