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jueves, 27 de septiembre de 2018

TRUMP Y AMLO, ALIADOS Y SOCIOS

Trump y AMLO logran lo que ningún político mexicano logró antes, es decir, lograron que los mexicanos obtengamos una mejor remuneración por nuestro trabajo.


Así es, Trump consiguió que las empresas automotrices que operan en México paguen mejores salarios a sus empleados.

Pero ¿por qué Trump insistió en esta cláusula para aprobar el nuevo tratado de libre comercio entre los dos países? Pues simple y sencillamente para impedir que nuevas plantas de empresas automotrices estadounidenses se trasladen a territorio mexicano para aprovechar los bajos salarios que aquí se pagan.

De esta manera Trump logra uno de sus principales objetivos y promesas de campaña, pues al impedir que nuevas empresas estadounidenses se instalen en México logra que estas permanezcan en territorio norteamericano y, por consiguiente, impide que más estadounidenses se queden sin empleo.

Es así como Trump logró lo que todos los políticos mexicanos prometen, pero no cumplen.

Este logro de Trump se consiguió pese a la feroz resistencia de la clase política y empresarial mexicana. Pero un factor que hizo posible este triunfo de Trump fue la colaboración de Andrés Manuel López obrador, hoy presidente electo de México.

Así, gracias al arribo del tabasqueño a la presidencia de la República, se logró destrabar las negociaciones que mantenían ambos gobiernos para alcanzar un nuevo acuerdo comercial que sustituya al actual, es decir, al TLC.

Claro que, como ya mencioné, este nuevo acuerdo, a iniciativa de Donald Trump, se impulsó para impedir la emigración de más empresas estadounidenses a México y, como consecuencia, la pérdida de más empleos estadounidenses.

¿Pero, esto es bueno o malo?

Aquí se puede abordar la cuestión desde varios ángulos.

En primer lugar, Trump consigue cumplir una de sus promesas de campaña, y si bien a corto plazo logra un beneficio para su país, a largo plazo conseguirá un gran daño para su economía.

Así es; si las empresas estadounidenses ya no tienen una ventaja competitiva como lo es pagar bajos salarios perderán competitividad frente a su competencia. Y esto, a la larga, representará su quiebra y, por ende, la pérdida de miles de empleos para los estadounidenses.

No olvidemos que la competencia tiene acceso a mercados laborales que ofrecen salarios tan bajos, o aún más, que los que se pagan en México. Así que las empresas norteamericanas no podrán competir si solo producen en EEUU.

Pero, por otro lado, los trabajadores mexicanos sí que se verán beneficiados con este nuevo acuerdo, pues obtendrán un mejor salario, al menos lo obtendrán los obreros empleados por la industria automotriz. Pero también se crearán menos empleos, aunque mejor remunerados.

Lo que pretende Trump es que esta situación se extienda a toda la economía mexicana, es decir, que en general se paguen mejores salarios en México y no solo en la industria automotriz.  Desde un principio esa era la propuesta de Trump: igualar salarios entre los Tres países, es decir, entre EEUU, Canadá y México, para de esta manera eliminar la ventaja que tenía México frente a los otros dos países miembros del TLC, cosa a la que siempre se han opuesto los políticos y empresarios mexicanos.

Aunque por algo se empieza, y la llegada de AMLO a la presidencia de México puede representar un buen comienzo.  Por el momento ha empezado a aceptar pagar mejores salarios a los mexicanos y, por el otro, a revertir la mal llamada reforma energética, así como a practicar una austeridad del estado acorde a la realidad de México y los mexicanos.  Eso es digno de alabar y ojalá continúe por esa misma senda.

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