Científicos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en Massachusetts (EE.UU.) aseguran haber detectado un aumento inesperado de velocidad, así como un cambio de trayectoria, en el primer asteroide interestelar Oumuamua —que significa 'primer mensajero' en hawaiano y que fue descubierto en octubre de 2017— durante su paso por el sistema solar, por lo que creen que podría tratarse de "una sonda de luz de origen artificial", según indican en un artículo publicado este jueves.
"Considerando un origen artificial, una posibilidad es que el Oumuamua sea una sonda luminosa que flota en el espacio interestelar como un escombro a partir de un avanzado equipamiento tecnológico", plantea el estudio, que no descarta que se trate de "una sonda totalmente operacional enviada de manera intencionada a la Tierra […] por una civilización alienígena". En la misma línea, el físico Avi Loeb Loeb sostiene que el Oumuamua podría estar en misión de reconocimiento para explorar nuestro Sistema Solar, de la misma forma en que los seres humanos han creado el Breakthrough Starshot, un proyecto que pretende desarrollar una flota de micronaves espaciales para viajar al sistema estelar más cercano al Sol, Alfa Centauri.
Los científicos estadounidenses han descartado que la aceleración del objeto se deba a que estamos ante un cometa en proceso de desgasificación, pues su recorrido se mantuvo plano, lo que podría deberse a su hipotético diseño. Asimismo, concluyen que la supuesta sonda extraterrestre podría viajar a través del universo sin otra ayuda que la luz de las estrellas.
El equipo de Breakthrough Listen, un ambicioso proyecto científico para la búsqueda de vida extraterrestre en otras galaxias del que formaba parte Stephen Hawking, buscó el año pasado señales electromagnéticas provenientes de Oumuamua que confirmaran que se trataba de una nave extraterrestre, ya que, en ese caso, "minimizaría la fricción y el daño del gas interestelar". Sin embargo, el asteroide no arrojó resultados positivos sobre esta cuestión.
Según la NASA, el C/2017 U1 tiene un aspecto alargado, como un enorme cigarro de unos 400 metros de longitud, y es de color rojo oscuro. Su forma podría brindar nuevas claves sobre cómo se formaron otros sistemas estelares.
Respecto de su procedencia, las primeras estimaciones indican que avanza a unos 64.000 kilómetros por hora desde una dirección en la que se encuentra la constelación de Lyra, por lo que tardará algunos años en cruzar todo el Sistema Solar antes de abandonarlo para no regresar. Un estudio publicado el pasado marzo en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society sugirió que el Oumuamua probablemente provenga de una estrella binaria, pero no especificó de cuál.
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