Desde 1996, Francia ya no dispone de la triada nuclear (vectores terrestres, aéreos y marítimos) y el Reino Unido nunca la tuvo. Sólo Estados Unidos, Rusia y China cuentan hoy con la panoplia nuclear completa. En un nuevo documento, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos confirma que la voluntad estadounidense es proceder al desarme nuclear de sus aliados. En el futuro, los “aliados” de Washington ya no tendrían su propio armamento nuclear y sólo podrían utilizar el de Estados Unidos.
El general Joseph Dunford, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, participó el 13 de junio en la entrega de diplomas a los graduados de la Universidad de la Defensa Nacional, ocasión que aprovechó para declarar que «toca a los oficiales generales dirigir el cambio en un mundo inseguro». |
Los ministros de Defensa de los países miembros de la OTAN fueron convocados a Bruselas, el 26 y el 27 de junio, para aprobar las nuevas medidas de «disuasión» contra Rusia, acusada sin pruebas de haber violado el Tratado INF.
En definitiva esos ministros acabarán alineándose detrás de Estados Unidos, país que –después de retirarse definitivamente de ese tratado el 2 de agosto de 2018– ahora prepara el despliegue en Europa de misiles estadounidenses de alcance intermedio (entre 500 y 5 500 kilómetros), similares a los misiles de los años 1980 –Pershing II– que habían sido eliminados, junto a los SS-20 soviéticos precisamente por el Tratado INF firmado en 1987 por los presidentes de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbatchev, y de Estados Unidos, Ronald Reagan.
Las principales potencias europeas, cada vez más dividas en el seno de la Unión Europea, se reagrupan en la OTAN –bajo las órdenes de Estados Unidos– para apoyar sus intereses estratégicos comunes. Esa misma Unión Europea, que cuenta entre sus 27 miembros 21 países que son también miembros de la OTAN, ha rechazado en la ONU la proposición rusa de mantener el Tratado INF. Sobre ese tema de gran importancia, los gobiernos y los grandes medios de difusión mantienen deliberadamente a la opinión pública europea en la mayor ignorancia. Razón por la cual los europeos no perciben el creciente peligro en que se encuentran: la posibilidad cada vez mayor de que se llegue un día a recurrir al uso de armamento nuclear.
Eso es lo que confirma el más reciente documento estratégico de las fuerzas armadas de Estados Unidos, Nuclear Operations (dado a conocer el 11 de junio), redactado bajo la dirección del jefe del Estado Mayor Conjunto. Bajo la premisa de que «las fuerzas nucleares proporcionan a Estados Unidos la capacidad de perseguir sus propios objetivos nacionales», ese documento subraya que dichas fuerzas deben ser «diversificadas, flexibles y adaptables» a una «amplia gama de adversarios, de amenazas y de contextos». Aunque Rusia advierte que incluso el uso de una sola arma nuclear de baja potencia iniciaría una reacción en cadena que podría conducir a un conflicto nuclear a gran escala, la doctrina estadounidense está orientándose sobre la base de un peligroso concepto de «flexibilidad».
El mencionado documento estratégico afirma que:
«las fuerzas nucleares estadounidenses proporcionan los medios de aplicar la fuerza a una amplia gama de objetivos con tiempos y medios escogidos por las agencias de inteligencia, que evalúan la vulnerabilidad [de esos objetivos] a un ataque nuclear, previendo también los efectos de la lluvia radioactiva.»
Según subraya ese documento, el uso de armas nucleares
«puede crear las condiciones de resultados decisivos, en particular la utilización de un arma nuclear cambiará fundamentalmente el marco de una batalla creando las condiciones que permiten a los comandantes ganar en el conflicto».
Las armas nucleares permiten además a Estados Unidos «tranquilizar a sus aliados y socios», quienes, confiando en ese armamento, «renuncian a la posesión de sus propias armas nucleares, contribuyendo a los objetivos estadounidenses de no proliferación».
El documento indica sin embargo que «Estados Unidos y algunos de sus aliados seleccionados en el seno de la OTAN conservarán aviones con doble capacidad que puedan transportar armas nucleares o convencionales». Reconoce así que 4 países miembros de la Unión Europea oficialmente no nucleares –Italia, Alemania, Bélgica y los Países Bajos– así como Turquía, están violando el Tratado de No Proliferación, no sólo al acoger en su territorio armas nucleares estadounidenses (las bombas B-61, que a partir de 2020 serán sustituidas por las B61-12, más mortíferas) sino además preparándose para utilizarlas en un posible ataque nuclear bajo las órdenes del Pentágono.
Sobre todo eso mantienen el mayor silencio los gobiernos, los parlamentos, las televisiones y los diarios, además del silencio cómplice de la aplastante mayoría de los políticos y periodistas, quienes en cambio nos repiten cada día lo importante que es la «seguridad» para nosotros, los italianos y los demás europeos miembros de la Unión Europea. Una «seguridad» que Estados Unidos nos garantiza desplegando en Europa más armamento nuclear.
Manlio Dinucci
Fuente
Il Manifesto (Italia)
En definitiva esos ministros acabarán alineándose detrás de Estados Unidos, país que –después de retirarse definitivamente de ese tratado el 2 de agosto de 2018– ahora prepara el despliegue en Europa de misiles estadounidenses de alcance intermedio (entre 500 y 5 500 kilómetros), similares a los misiles de los años 1980 –Pershing II– que habían sido eliminados, junto a los SS-20 soviéticos precisamente por el Tratado INF firmado en 1987 por los presidentes de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbatchev, y de Estados Unidos, Ronald Reagan.
Las principales potencias europeas, cada vez más dividas en el seno de la Unión Europea, se reagrupan en la OTAN –bajo las órdenes de Estados Unidos– para apoyar sus intereses estratégicos comunes. Esa misma Unión Europea, que cuenta entre sus 27 miembros 21 países que son también miembros de la OTAN, ha rechazado en la ONU la proposición rusa de mantener el Tratado INF. Sobre ese tema de gran importancia, los gobiernos y los grandes medios de difusión mantienen deliberadamente a la opinión pública europea en la mayor ignorancia. Razón por la cual los europeos no perciben el creciente peligro en que se encuentran: la posibilidad cada vez mayor de que se llegue un día a recurrir al uso de armamento nuclear.
Eso es lo que confirma el más reciente documento estratégico de las fuerzas armadas de Estados Unidos, Nuclear Operations (dado a conocer el 11 de junio), redactado bajo la dirección del jefe del Estado Mayor Conjunto. Bajo la premisa de que «las fuerzas nucleares proporcionan a Estados Unidos la capacidad de perseguir sus propios objetivos nacionales», ese documento subraya que dichas fuerzas deben ser «diversificadas, flexibles y adaptables» a una «amplia gama de adversarios, de amenazas y de contextos». Aunque Rusia advierte que incluso el uso de una sola arma nuclear de baja potencia iniciaría una reacción en cadena que podría conducir a un conflicto nuclear a gran escala, la doctrina estadounidense está orientándose sobre la base de un peligroso concepto de «flexibilidad».
El mencionado documento estratégico afirma que:
«las fuerzas nucleares estadounidenses proporcionan los medios de aplicar la fuerza a una amplia gama de objetivos con tiempos y medios escogidos por las agencias de inteligencia, que evalúan la vulnerabilidad [de esos objetivos] a un ataque nuclear, previendo también los efectos de la lluvia radioactiva.»
Según subraya ese documento, el uso de armas nucleares
«puede crear las condiciones de resultados decisivos, en particular la utilización de un arma nuclear cambiará fundamentalmente el marco de una batalla creando las condiciones que permiten a los comandantes ganar en el conflicto».
Las armas nucleares permiten además a Estados Unidos «tranquilizar a sus aliados y socios», quienes, confiando en ese armamento, «renuncian a la posesión de sus propias armas nucleares, contribuyendo a los objetivos estadounidenses de no proliferación».
El documento indica sin embargo que «Estados Unidos y algunos de sus aliados seleccionados en el seno de la OTAN conservarán aviones con doble capacidad que puedan transportar armas nucleares o convencionales». Reconoce así que 4 países miembros de la Unión Europea oficialmente no nucleares –Italia, Alemania, Bélgica y los Países Bajos– así como Turquía, están violando el Tratado de No Proliferación, no sólo al acoger en su territorio armas nucleares estadounidenses (las bombas B-61, que a partir de 2020 serán sustituidas por las B61-12, más mortíferas) sino además preparándose para utilizarlas en un posible ataque nuclear bajo las órdenes del Pentágono.
Sobre todo eso mantienen el mayor silencio los gobiernos, los parlamentos, las televisiones y los diarios, además del silencio cómplice de la aplastante mayoría de los políticos y periodistas, quienes en cambio nos repiten cada día lo importante que es la «seguridad» para nosotros, los italianos y los demás europeos miembros de la Unión Europea. Una «seguridad» que Estados Unidos nos garantiza desplegando en Europa más armamento nuclear.
Manlio Dinucci
Fuente
Il Manifesto (Italia)
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