EE.UU. trasladaría sus fuerzas y equipos de sus bases de Ain al-Asad y Al-Hari a Jordania y Kuwait, en el marco de una retirada de sus tropas de Irak.
A pesar de su insistencia en permanecer en Irak, país que considera relevante para su influencia en la región, ya no es un secreto que los ataques de los grupos de la Resistencia a los intereses de los estadounidenses en suelo iraquí han obligado a EE.UU. a buscar una “salida digna” de Irak con las menores pérdidas humanas y las mayores ganancias políticas, sobre todo, al darse cuenta de que no hay solución a la andanada de ofensivas recientes, tanto cuantitativa como cualitativamente, explica un informe publicado este miércoles por el periódico libanés Al-Akhbar.
Por eso, los norteamericanos están seguros de que no hay forma de mantener su influencia en Mesopotamia (Irak), excepto llegar a un acuerdo coordinado de “retirada” con los iraquíes, que salve la imagen de Washington y permita mantener en su lugar las líneas de conflicto con Irán y sus aliados, aunque en otras formas, indica el diario.
Fuentes de la delegación negociadora de seguridad iraquí, encabezada por el asesor de seguridad nacional Qasem al-Arayi, revelaron que a la luz del continuo cuestionamiento de las intenciones de Estados Unidos por parte de la Resistencia iraquí y una serie de fuerzas políticas, el Gobierno del primer ministro, Mustafa Al-Kazemi, ha ratificado a todos los interesados que lo que se acordó en su reciente visita a Washington es una “retirada completa” de las tropas de Estados Unidos de Irak.
Una fuente que acompañaba a Al-Arayi explicó, en una entrevista con Al-Akhbar, que después de la retirada, solo los entrenadores y asesores que solicitó Irak, se quedarán en el territorio iraquí.
Según la fuente, el acuerdo incluye la retirada de todos los 2500 soldados actualmente en Irak, incluidos las fuerzas desplegadas en el aeropuerto de Bagdad (capital iraquí), y el desmantelamiento de las dos bases de Ain al-Asad ubicada al oeste de Bagdad y Al-Harir, al norte de Erbil (norte).
Según la información, los estadounidenses quieren trasladar la base de Ain al-Asad a Jordania, porque la ven como una mejor ubicación para la base para la seguridad de Israel, especialmente en el campo de la interceptación de misiles, mientras que la base de Al-Harir será trasladado a Kuwait.
Washington busca presentar el acuerdo recientemente anunciado como un “logro” al transformar la misión de sus fuerzas en Irak en una “asesoría-entrenamiento” a pedido de Bagdad, lo que significa participar en la configuración del futuro de este país, después de una serie de decepciones que ha recibido Estados Unidos, ya sea en Afganistán o incluso en el propio Irak tras su huida en 2011, o también en Siria, explica el diario.
De acuerdo con el informe, quizás, la evidencia más clara de la intención de EE.UU. de seguir interfiriendo en el país árabe son las declaraciones de su embajador en Bagdad, Matthew Tueller, quien arremetió contra la Resistencia iraquí y aseveró que las facciones que atacan los intereses de Washington en Irak son las mismas que están detrás del asesinato de activistas iraquíes, líderes de las protestas.
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