Ucrania tenía un "plan B" para ponerlo en marcha el pasado 8 de marzo que suponía la captura de Donbass por fuerza usando una enorme agrupación militar, afirmó a RT el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
El ministro precisó que los descubrimientos hechos por las fuerzas rusas en las posiciones del Ejército ucraniano ya durante la operación militar especial lanzada el 24 de febrero, "confirma que Rusia apenas tuvo tiempo para empezar la operación".
"Porque para el 8 de marzo tenían previsto el llamado Plan B. Y un enorme grupo de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que estaba desplegado por entonces, a mediados de febrero, en la línea de contacto con Donbass, planeaba simplemente tomar estos territorios por fuerza", dijo.
Según el ministro, la realización de ese plan habría sido una flagrante violación de los Acuerdos de Minsk de 2015 y de la pertinente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Pero no tengo ninguna duda de que, si este plan hubiera tenido éxito, todo Occidente se habría tragado estas violaciones. Al igual que se tragó el desacato total de los acuerdos anteriores durante los ocho años previos", indicó Lavrov.
El ministro precisó que los descubrimientos hechos por las fuerzas rusas en las posiciones del Ejército ucraniano ya durante la operación militar especial lanzada el 24 de febrero, "confirma que Rusia apenas tuvo tiempo para empezar la operación".
"Porque para el 8 de marzo tenían previsto el llamado Plan B. Y un enorme grupo de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que estaba desplegado por entonces, a mediados de febrero, en la línea de contacto con Donbass, planeaba simplemente tomar estos territorios por fuerza", dijo.
Según el ministro, la realización de ese plan habría sido una flagrante violación de los Acuerdos de Minsk de 2015 y de la pertinente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Pero no tengo ninguna duda de que, si este plan hubiera tenido éxito, todo Occidente se habría tragado estas violaciones. Al igual que se tragó el desacato total de los acuerdos anteriores durante los ocho años previos", indicó Lavrov.
Biolaboratorios: "no consiguieron destruirlo todo"
Otro hallazgo hecho en el curso de la operación militar rusa, es la verdadera índole de los experimentos realizados en biolaboratorios desplegados en varias repúblicas postsoviéticas con la financiación de Estados Unidos, sobre los que Washington asegura que sirven para detectar y estudiar patógenos potencialmente peligrosos para la humanidad.
"Desde el principio sospechamos que los experimentos que se llevaban a cabo en estos laboratorios no eran del todo pacíficos y tan inocentes por naturaleza", señaló el canciller ruso.
En Mariúpol, ciudad liberada durante la operación rusa, "había laboratorios que los estadounidenses abandonaron precipitadamente, intentaron destruir documentos, muestras, pero no consiguieron destruirlo todo".
"Y las muestras disponibles de patógenos que han quedado allí, y los documentos disponibles muestran claramente la orientación militar de los experimentos que se llevaron a cabo. De estos documentos se desprende que hay decenas de tales laboratorios en Ucrania", subrayó Lavrov.
Moscú lleva años abogando por actualizar la Convención sobre Armas Biológicas, un tratado internacional de 1972 que prohíbe la investigación, el almacenamiento y el uso de este tipo de armas y que tanto Rusia como EE.UU. firmaron. Pero dicho acuerdo tiene un gran defecto al carecer de un mecanismo de verificación para garantizar el cumplimiento de las obligaciones de las partes.
En ese sentido, Lavrov recordó que Estados Unidos lleva más de dos décadas, desde 2001, obstaculizando la propuesta de establecer un mecanismo de este tipo. "Ahora nos queda claro por qué adoptaron esta posición: creaban laboratorios biológicos militares en todo el mundo durante todos estos años", agregó.
"El paso hacia una escalada inaceptable"
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, que va por su cuarto mes, las autoridades de Kiev han estado recibiendo ayuda masiva de armas letales por parte de países occidentales y sus aliados para contrarrestar los planes de Moscú de "desmilitarizar" y "desnazificar" el país vecino.
Occidente, no obstante, ha estado posponiendo el aceptar las exigencias de Kiev de proporcionar algunas armas sofisticadas.
Concretamente, se trata del sistema polivalente estadounidense M270, que se puede utilizar como lanzacohetes múltiple y lanzador de misiles tácticos.
El alcance general de dicho sistema se extiende de 30 a 80 kilómetros, mientras los proyectiles más avanzados pueden llegar a más de 160 kilómetros. Washington de momento se contiene por temor a que el arma pueda usarse para realizar ataques contra el territorio de Rusia, lo que podría ser visto desde Moscú como una confrontación directa.
Al respecto, Lavrov advirtió a los países occidentales que suministrar armas a Ucrania capaces de golpear el territorio ruso sería un paso hacia una "escalada inaceptable".
"Occidente ha instado a derrotar a Rusia en el campo de batalla, y para ello, la guerra debe continuar, se debe bombear con armas a los nacionalistas ucranianos, incluidas armas que puedan alcanzar la Federación de Rusia. Hemos advertido a Occidente de la manera más seria que ya están, de hecho, llevando una guerra subsidiaria contra Rusia usando las manos, los cuerpos y los cerebros de los neonazis ucranianos, pero este sería el paso más serio hacia una escalada inaceptable. Espero que las mentes sensatas en Occidente, de las que aún queda un poco, lo entiendan", enfatizó.
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