Dos de los principales indicadores de la bolsa de Nueva York están en trayectoria plenamente bajista.
El Nasdaq se encuentra desde hace rato en tal situación, su pérdida acumulada ya casi es de 30 por ciento; por su parte el índice S&P500 acaba de entrar en dicho territorio con un descenso de 20 por ciento. El Dow Jones se mantiene en zona de corrección, pero de seguir la trayectoria general del mercado, podría ser cuestión de tiempo para que también se convierta en un mercado bajista.
Para efectos prácticos, estamos en una crisis más en la bolsa de Nueva York, muchos dirían que lo que sucede hoy es algo usual en retrospectiva, parte del ciclo.
En parte tendrían razón, sólo hay que identificar qué tipo de crisis vemos hoy en el mercado bursátil más influyente del mundo.
Aquí algunas diferencias y similitudes con lo que hemos observado en otras ocasiones.
1. La bolsa se anticipa a los hechos
Lo que en este momento Wall Street hace es descontar una eventual desaceleración económica propiciada por el aumento de las tasas de interés; pero va más allá, también añade la posibilidad de una recesión. Esta última es relativamente baja todavía, pero no imposible pese a que lo ha negado insistentemente la misma Fed en voz de su presidente Jerome Powell. Eso explica los niveles de volatilidad que ha tomado el mercado especialmente las dos semanas recientes.
2. Unos sectores son más castigados que otros
Es clásico en este tipo de crisis porque varios de los sectores económicos están más expuestos que otros. Eso explica que el Dow Jones reporte un descenso acumulado menor, todavía.
3. Volatilidad extrema
Los mercados se vuelven muy sensibles y toman niveles de volatilidad inusitada, un día suben y al otro bajan en forma considerable, o pueden hacer lo mismo de un día para otro.
4. Atada a crisis globales
Como a partir de finales de 1999, es decir en este siglo, la caída de la bolsa de Nueva York está atada en gran medida al contexto global. Este Siglo 21 será el de las crisis mundiales.
5. El rol crucial de los bancos centrales
Nuevamente, como a partir de prácticamente la segunda década de este siglo, los bancos centrales juegan un papel estelar, ya sea para bien o para mal.LEE: Miércoles negro para Wall Street: Tiene su peor caída desde 2020
Diferencias
1. Es un mercado bajista sin plazo
En esta ocasión, todavía no hay un factor que nos diga cuánto va a durar este mercado a la baja, y eso se debe a lo siguiente.
2. Crisis multifactorial
A diferencia de otras crisis y épocas, la crisis actual es alimentada por diversos factores: pandemia, China, guerra, cadenas de producción y suministro, criptomonedas, energéticos, y lo que se acumule. Por lo tanto. la crisis puede ser más extensa todavía, o puede concluir en cualquier momento.
3. Pocas acciones defensivas
Todos los sectores económicos han sido castigados, como en otras ocasiones. Sin embargo, ante el hecho de que la crisis es multifactorial, las acciones defensivas se han reducido considerablemente.
4. Confianza en bancos centrales, a la baja
Luego de que la Fed se equivocó en el diagnóstico de la inflación señalando que era “transitoria”, echándole la culpa después al mercado por malinterpretar dicha palabra, lo cierto es que el banco central estadounidense perdió puntos en el nivel de confianza. Todavía no es una crisis en ese sentido, pero en momentos cruciales como los que vivimos, la confianza es esencial.
5. Una desaceleración y eventual recesión, propiciada por los bancos centrales
A diferencia de otras ocasiones, esta vez la medicina aplicada por parte de los bancos centrales podría llevar a la economía del planeta a una desaceleración y eventualmente a una recesión. Es decir, ahora los organismos monetarios curarían al “enfermo” de una cosa, pero lo enfermarían de otra. Se cumpliría la expectativa que manejan desde hace algunos años varias casas de análisis, en el sentido de que las inyecciones masivas de dinero tienen sus limitaciones y consecuencias.
Iniciamos una semana más con Wall Street en pleno descenso, por el momento no sabemos hasta dónde puede llegar el Bear Market, y ya empieza a preocupar. Una crisis nunca es bienvenida, pero en estos momentos, sería un problema adicional para la economía global, que poco lo necesita.
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