Las palabras que el presidente chino, Xi Jinping, pronunció en la reciente reunión del Consejo Militar Central sobre el Ejército fueron tomadas por los expertos occidentales como una muestra de que Pekín no está seguro de la lealtad de los militares. No obstante, la realidad es otra.
En la reunión, el mandatario subrayó que el Ejército chino debería volverse poderoso y absolutamente dedicado al Partido Comunista. Asimismo, señaló que ya ha habido cambios profundos, pero para elevar el nivel de preparación para el combate es necesario aumentar el papel de los comités del partido dentro del Ejército. Esto garantizará la paz y la estabilidad del partido y del país.
En Occidente, algunos especialistas tomaron el discurso como una evidencia de que la alta dirección china no está completamente segura de la lealtad del personal militar.
Así, The Guardian recordó en un artículo que la reunión de la Comisión Electoral Central se convocó inmediatamente después de que Xi Jinping y otros miembros del Comité Permanente del Politburó discutieran la situación en un balneario en la costa del mar Amarillo.
La convocatoria de la reunión indica, de acuerdo con el medio británico, que los líderes chinos están preocupados por el estado de ánimo en las Fuerzas Armadas. Además, hay rumores de que la élite política y, especialmente, la intelectual del país critican a Xi Jinping por la forma en la que se ha desenvuelto en la creciente guerra comercial con Estados Unidos.
Otro motivo de especulación en la prensa occidental fue el hecho de que el presidente de la República Popular China atacara nuevamente la corrupción en el discurso y exigiera una campaña para erradicarla.
¿Realmente es tan grave la situación en China?
El investigador del Instituto del Lejano Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, Vasili Kashin, recuerda que en la actualidad el Ejército chino ya no cuenta con el imperio comercial de años anteriores.
El Ejército chino tenía un gran imperio comercial en los años ochenta. A las unidades militares se les permitió crear sus propias compañías para compensar la escasez de fondos del Estado para la Defensa. Esto condujo a un aumento de la corrupción. Y a finales de la década de 1990, el presidente Jiang Zemin tomó la decisión de liquidar estos negocios. Es decir, las compañías que pertenecían al Ejército se convirtieron en empresas estatales o fueron liquidadas", recuerda el sinólogo ruso.
Según informes de la prensa china, ahora el Ejército está liquidando toda la infraestructura que todavía se encuentra en su poder: instituciones educativas, jardines de niño, hoteles para oficiales, etc. Se cree que esto también tiene una influencia disruptiva en las Fuerzas Armadas. Estos objetos deben ser puestos a disposición de la contratación externa.
Las palabras de Xi Jinping sobre el papel del Partido Comunista, "significan algo completamente diferente a lo que parece desde el extranjero", explica Kashin a Nezavisimaya Gazeta.
"El punto es que el partido no tiene control sobre el Ejército. La autoridad para controlar el Ejército la tiene solo un órgano dentro del partido: el Consejo Militar Central del Partido Comunista, que consiste de un solo líder político, el propio Xi Jinping".
Al mismo tiempo, las Fuerzas Armadas tienen su propia estructura vertical de poder, que incluye sus propios tribunales, su propio servicio de seguridad y su propia fiscalía. Para el Partido Comunista es imposible entrar allí. En el sistema chino, si eres un miembro del Politburó, pero no perteneces al Consejo Militar Central, no eres nadie para el Ejército, apunta Kashin.
"Y cuando se trata de la necesidad de fortalecer el papel del partido, esto se traduce como el fortalecimiento de la disciplina y el control político sobre las Fuerzas Armadas por parte de los principales líderes", concluye el experto ruso.
Por su parte, Adam Ni, de la Universidad Nacional de Australia, confirmó a Nezavisimaya Gazeta, que Xi Jinping está fomentando la disciplina: se ha establecido control sobre cómo los soldados usan los teléfonos móviles. Todas las cuentas de los militares en las redes sociales deben estar registradas por una autoridad correspondiente.
Así, The Guardian recordó en un artículo que la reunión de la Comisión Electoral Central se convocó inmediatamente después de que Xi Jinping y otros miembros del Comité Permanente del Politburó discutieran la situación en un balneario en la costa del mar Amarillo.
La convocatoria de la reunión indica, de acuerdo con el medio británico, que los líderes chinos están preocupados por el estado de ánimo en las Fuerzas Armadas. Además, hay rumores de que la élite política y, especialmente, la intelectual del país critican a Xi Jinping por la forma en la que se ha desenvuelto en la creciente guerra comercial con Estados Unidos.
Otro motivo de especulación en la prensa occidental fue el hecho de que el presidente de la República Popular China atacara nuevamente la corrupción en el discurso y exigiera una campaña para erradicarla.
¿Realmente es tan grave la situación en China?
El investigador del Instituto del Lejano Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, Vasili Kashin, recuerda que en la actualidad el Ejército chino ya no cuenta con el imperio comercial de años anteriores.
El Ejército chino tenía un gran imperio comercial en los años ochenta. A las unidades militares se les permitió crear sus propias compañías para compensar la escasez de fondos del Estado para la Defensa. Esto condujo a un aumento de la corrupción. Y a finales de la década de 1990, el presidente Jiang Zemin tomó la decisión de liquidar estos negocios. Es decir, las compañías que pertenecían al Ejército se convirtieron en empresas estatales o fueron liquidadas", recuerda el sinólogo ruso.
Según informes de la prensa china, ahora el Ejército está liquidando toda la infraestructura que todavía se encuentra en su poder: instituciones educativas, jardines de niño, hoteles para oficiales, etc. Se cree que esto también tiene una influencia disruptiva en las Fuerzas Armadas. Estos objetos deben ser puestos a disposición de la contratación externa.
Las palabras de Xi Jinping sobre el papel del Partido Comunista, "significan algo completamente diferente a lo que parece desde el extranjero", explica Kashin a Nezavisimaya Gazeta.
"El punto es que el partido no tiene control sobre el Ejército. La autoridad para controlar el Ejército la tiene solo un órgano dentro del partido: el Consejo Militar Central del Partido Comunista, que consiste de un solo líder político, el propio Xi Jinping".
Al mismo tiempo, las Fuerzas Armadas tienen su propia estructura vertical de poder, que incluye sus propios tribunales, su propio servicio de seguridad y su propia fiscalía. Para el Partido Comunista es imposible entrar allí. En el sistema chino, si eres un miembro del Politburó, pero no perteneces al Consejo Militar Central, no eres nadie para el Ejército, apunta Kashin.
"Y cuando se trata de la necesidad de fortalecer el papel del partido, esto se traduce como el fortalecimiento de la disciplina y el control político sobre las Fuerzas Armadas por parte de los principales líderes", concluye el experto ruso.
Por su parte, Adam Ni, de la Universidad Nacional de Australia, confirmó a Nezavisimaya Gazeta, que Xi Jinping está fomentando la disciplina: se ha establecido control sobre cómo los soldados usan los teléfonos móviles. Todas las cuentas de los militares en las redes sociales deben estar registradas por una autoridad correspondiente.
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