El país latinoamericano continúa milagrosamente el crecimiento económico, pero los intentos de reducir el déficit presupuestario durante tres años bajo la presión externa han empeorado en gran medida otros indicadores.
Nada que ver con Turquía
El Banco Central de Argentina (BCRA) aumentó la tasa de interés al 60% tras la escalada del valor del dólar que en cambios privados supera los 38 pesos.
El anuncio del Banco Central viene tras el discurso televisivo del presidente Mauricio Macri, quien pidió al FMI que este acelerara la asignación del siguiente tramo de la ayuda financiera después de que el Consejo Ejecutivo del FMI aprobara una línea de crédito por un valor de 50.000 millones de dólares.
La tasa clave del 60% es actualmente la más alta del mundo, según el Banco de Pagos Internacionales (BPI). En segundo lugar, está Turquía (17,75%), luego viene México (7,75%).
Últimamente, Turquía ha sido el país que más ha llamado la atención. La razón principal del declive de la lira está en la escalada de las tensiones en las relaciones con Estados Unidos.
No obstante, Argentina no es un país conflictivo e intenta mantener buenas relaciones con todos, señaló al diario ruso Expert Online Ekaterina Tumánova, directora del departamento analítico de la empresa FinIst.
La experta compara a Argentina con un empleado en una corporación grande que es muy amable con todo el mundo. ¿Qué será de él cuando pase un tiempo? Todos comenzarán a aprovecharse de él. Algo parecido está pasando con Argentina. EEUU anunció un aumento de los aranceles sobre el acero y el aluminio. Argentina declaró que acepta todas las condiciones de los estadounidenses y estos introdujeron cuotas.
¿Han pedido ayuda?
Argentina ahora está esperando otro tramo del FMI, que pueda detener la caída del peso, opina Tumánova. Sin embargo, como muestra la historia, ningún país que haya cumplido plenamente con las instrucciones del FMI ha salido de la crisis. Todas las medidas solo posponen los problemas, que, de hecho, van creciendo como una bola de nieve y se vuelven más pesados.
Robert Aloyan, analista de la consultoría Ashford, señala que la crisis de las Malvinas (1982) y luego el colapso de los mercados en 2001 llevaron a que la economía del país se desestabilizara y el enfoque exportador se convirtiera en una vulnerabilidad ante las empresas internacionales. Desde 2001, la crisis condujo a una reducción drástica de la libertad de acción del Gobierno.
Al mismo tiempo, el "buitre global" del FMI comenzó a darle dinero a Argentina a unas tasas de interés altas y exigir que se realizaran una reformas que dejaran entrar aún más capital extranjero. Como resultado, en 2014 el país volvió a perder alrededor del 50% del poder adquisitivo de su moneda, y el nuevo Gobierno de Argentina sigue en la misma crisis que la economía del país.
Según el experto, los intentos de salir de la deuda, incluyendo la ayuda de Rusia y China, continúan, pero el aumento de la tasa clave al 60% lleva a una nueva crisis en la economía en las próximas semanas. Al mismo tiempo, Robert Aloyan observa que Argentina representa una de las mayores economías de América Latina, lo que en este caso es un inconveniente, puesto que su colapso dará lugar a un 'efecto dominó' en otros países del continente con posiciones tampoco estables.
Argentina ahora está esperando otro tramo del FMI, que pueda detener la caída del peso, opina Tumánova. Sin embargo, como muestra la historia, ningún país que haya cumplido plenamente con las instrucciones del FMI ha salido de la crisis. Todas las medidas solo posponen los problemas, que, de hecho, van creciendo como una bola de nieve y se vuelven más pesados.
Robert Aloyan, analista de la consultoría Ashford, señala que la crisis de las Malvinas (1982) y luego el colapso de los mercados en 2001 llevaron a que la economía del país se desestabilizara y el enfoque exportador se convirtiera en una vulnerabilidad ante las empresas internacionales. Desde 2001, la crisis condujo a una reducción drástica de la libertad de acción del Gobierno.
Al mismo tiempo, el "buitre global" del FMI comenzó a darle dinero a Argentina a unas tasas de interés altas y exigir que se realizaran una reformas que dejaran entrar aún más capital extranjero. Como resultado, en 2014 el país volvió a perder alrededor del 50% del poder adquisitivo de su moneda, y el nuevo Gobierno de Argentina sigue en la misma crisis que la economía del país.
Según el experto, los intentos de salir de la deuda, incluyendo la ayuda de Rusia y China, continúan, pero el aumento de la tasa clave al 60% lleva a una nueva crisis en la economía en las próximas semanas. Al mismo tiempo, Robert Aloyan observa que Argentina representa una de las mayores economías de América Latina, lo que en este caso es un inconveniente, puesto que su colapso dará lugar a un 'efecto dominó' en otros países del continente con posiciones tampoco estables.
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