Estos acuerdos se alcanzaron luego que el presidente electo, Andrés Manuel López obrador, se reuniera con el embajador ruso y empresarios de aquel país para tratar asuntos de interés común, así como para hacer oficial la invitación a Vladimir Putin a la toma de posesión de la presidencia de AMLO.
El gobierno moscovita recientemente le había ofrecido al presidente de México (presidente aun en funciones), es decir, a Enrique Peña Nieto, la firma de contratos millonarios para inversión conjunta en los ramos industriales antes mencionados. Rusia había ofrecido la fabricación conjunta de aeronaves y helicópteros, específicamente del avión caza y entrenador avanzado, el Yak-130. Asimismo, le había ofrecido la fabricación conjunta del novedoso caza de cuarta generación plus, es decir, del MIG-35. También había ofrecido una inversión millonaria en el sector automotriz azteca, así como en su programa aeroespacial, específicamente, en la Agencia Espacial Mexicana.
Estos acuerdos que recientemente se han firmado solo son el preludio de una fuerte relación ruso-mexicana en los próximos años, así como de una coinversión en los sectores productivos de ambas naciones, así como una colaboración más estrecha en el ramo automotriz, aeroespacial y científico, así como una cooperación militar más amplia.
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