Probablemente los esfuerzos del Senado de EEUU dirigidos a obstaculizar la construcción del gasoducto Nord Stream 2 hayan llegado tarde, considera el investigador Jonathan Stern del Instituto de Oxford para Estudios Energéticos.
En el futuro el Senado de EEUU tendrá que votar sobre el proyecto de ley que prevé introducir sanciones a embarcaciones, empresas y ejecutivos involucrados en la implementación del grandioso proyecto gasístico de Rusia. No obstante, la construcción del gasoducto ya ha sido casi completada y se espera que termine a finales de 2019.
Stern recordó que los actuales esfuerzos titubeantes de EEUU dirigidos a detener el avance del proyecto evocan las acciones similares e infructuosas que Washington emprendió durante la presidencia de Ronald Reagan —a comienzos de los años 80 del siglo pasado — para obstaculizar las exportaciones de gas a Europa por parte de la URSS.
"En aquel entonces la URSS resistió y las restricciones de EEUU resultaron ineficaces. Creo que hoy en día podemos esperar el mismo resultado. Parece que las sanciones del Senado hayan llegado demasiado tarde como para que tengan cierto sentido, puesto que la mayor parte de las tuberías ya están instaladas", señaló Stern aunque agregó que las sanciones retroactivas podrían "causar una tormenta" en el otro lado del Atlántico.
La construcción del gasoducto Nord Stream 2 dividió a los países de la UE en dos bandos. Mientras algunas naciones se manifestaron a favor de la implementación de este proyecto, otros Estados, como Polonia, empezaron a preocuparse por el aumento de la influencia de la empresa rusa Gazprom en la región.
Además, el proyecto aumentó la tensión entre Rusia y EEUU después de que el presidente Donald Trump advirtiera que el Nord Stream 2 incrementaría la desvinculación gasística de Europa de su vecino euroasiático. Tras un boom de la producción, EEUU se convirtió en el tercer mayor exportador de gas natural licuado en el mundo.
Sin embargo, Laurent Segal, exbanquero y socio de la empresa Megawatt-X, recordó que los suministros de gas natural licuado de EEUU recientemente se redujeron en Asia debido al aumento de exportaciones cataríes y australianas. Por ello, Alemania es un tipo de recompensa que la industria gasística de EEUU busca arrebatarle a Rusia.
"Si el Nord Stream 2 avanza los exportadores de EEUU pueden dar un beso de despedida a centenas de cargas de GNL programadas para enviarse a Alemania en los siguientes años", concluyó.
El proyecto del gasoducto Nord Stream 2 prevé el tendido de dos tuberías por el fondo del mar Báltico para conectar a Rusia con Alemania. Este gasoducto, que tendrá capacidad para transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales fue concebido para diversificar los suministros de gas ruso y elevar la seguridad energética.
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