El bloqueo de los activos de Caracas, realizado por Washington, es un gesto simbólico justo cuando en Lima comienza una Conferencia Internacional sobre Venezuela, aseguró a Sputnik el director adjunto del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia, Dmitri Razumovski.
El 5 de agosto el presidente de EEUU, Donald Trump endureció las sanciones contra Venezuela, congelando todas las propiedades de su Gobierno que se encuentren en territorio estadounidense, pertenezcan a personas de EEUU o estén bajo su control, incluidos el Banco Central y la petrolera PDVSA.
"Yo lo veo como un gesto simbólico, ya que este 6 de agosto en Lima arranca una Conferencia Internacional sobre la situación en Venezuela que cuenta con participación de más de 50 países, en la que debe intervenir [el asesor de seguridad nacional del presidente de EEUU] John Bolton, EEUU debe mostrar a sus aliados que cuenta con cierta estrategia", dijo el experto.
Para Razumovski, se trata de una medida dura por parte de Washington, pero que no causará daños cardinales a Caracas, pues los activos más importantes del país latinoamericano ya fueron congelados a principios de este año.
"El último paso realizado por Trump está colmado de dramatismo y dureza, pues se trata del nivel más alto de sanciones, aplicado solo contra tres países, Corea del Norte, Siria y Cuba; y ahora esa lista de Estados que tenían congelados sus activos se amplían a costa de Venezuela", indicó, agregando que la medida no podrá empeorar considerablemente la situación.
El especialista en América Latina recordó el ejemplo de Cuba, país que vive bloqueado durante decenas de años, pero que emplea diferentes mecanismos para evitar las sanciones económicas.
"Está claro que la vida de Cuba resulta más complicada, pero el país, pese a todo, tiene la posibilidad de cooperar con otros Estados, entre ellos con Canadá, China, Rusia y con países de la UE", subrayó el experto.
Horas antes la Cancillería de Perú indicó que a la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela asistirían representantes de 59 países.
El ministerio de Exteriores de Rusia se negó, a finales de julio, a participar en ese evento, poniendo en duda el enfoque de la reunión, que se centrará en los 'problemas de democracia' en Venezuela, pero no contará con la participación de los propios venezolanos "representados por el Gobierno de Nicolás Maduro y otras fuerzas políticas".
Por su parte, Víctor Jéifets, profesor de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Petersburgo, considera que la reunión, pese a la gran cantidad de participantes, no tendrá una repercusión real en la situación en Venezuela.
"La mayoría de los países del Grupo de Lima no tiene oportunidades reales de influir en la situación dentro de Venezuela, solo pueden repetir las decisiones que ya fueron rechazadas reiteradamente por el Gobierno venezolano y los países que continúan apoyando a Maduro, por eso no espero nada serio que pueda cambiar la situación", dijo el catedrático.
Según Jéifets, lo único que se puede lograr durante la conferencia es aprobar nuevas sanciones o cerrar las fronteras con el país latinoamericano, pero eso carece de sentido en este momento, cuando las autoridades mantienen negociaciones con la oposición.
El experto considera que, desde ese punto de vista, las nuevas restricciones contra Caracas "resultan difíciles de comprender", ya que las mismas, desde luego, "no favorecerán ese diálogo".
La conferencia de Lima durará un día y se realizará en las instalaciones del hotel Westin de la capital peruana.
El evento se lleva a cabo en momentos en que el Gobierno de Maduro y la oposición participan de un diálogo mediado por Noruega para poner fin a la crisis política que se agudizó en enero, cuando el legislador Juan Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" y logró el apoyo de decenas de países.
El Gobierno venezolano afirma que EEUU es el causante de la crisis con la imposición de sanciones económicas y con intentos de golpe de Estado.
El ministerio de Exteriores de Rusia se negó, a finales de julio, a participar en ese evento, poniendo en duda el enfoque de la reunión, que se centrará en los 'problemas de democracia' en Venezuela, pero no contará con la participación de los propios venezolanos "representados por el Gobierno de Nicolás Maduro y otras fuerzas políticas".
Por su parte, Víctor Jéifets, profesor de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Petersburgo, considera que la reunión, pese a la gran cantidad de participantes, no tendrá una repercusión real en la situación en Venezuela.
"La mayoría de los países del Grupo de Lima no tiene oportunidades reales de influir en la situación dentro de Venezuela, solo pueden repetir las decisiones que ya fueron rechazadas reiteradamente por el Gobierno venezolano y los países que continúan apoyando a Maduro, por eso no espero nada serio que pueda cambiar la situación", dijo el catedrático.
Según Jéifets, lo único que se puede lograr durante la conferencia es aprobar nuevas sanciones o cerrar las fronteras con el país latinoamericano, pero eso carece de sentido en este momento, cuando las autoridades mantienen negociaciones con la oposición.
El experto considera que, desde ese punto de vista, las nuevas restricciones contra Caracas "resultan difíciles de comprender", ya que las mismas, desde luego, "no favorecerán ese diálogo".
La conferencia de Lima durará un día y se realizará en las instalaciones del hotel Westin de la capital peruana.
El evento se lleva a cabo en momentos en que el Gobierno de Maduro y la oposición participan de un diálogo mediado por Noruega para poner fin a la crisis política que se agudizó en enero, cuando el legislador Juan Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" y logró el apoyo de decenas de países.
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