Las Fuerzas Armadas de EE.UU. preparan su mayor ejercicio militar europeo en los últimos 25 años al querer enviar 20 000 soldados adicionales a esta región.
Unos 9 mil soldados estadounidenses con base en Europa se unirán a este contingente para participar en el ejercicio militar denominado “Defender-Europe 20”, que reunirá a 37 mil tropas aliadas en mayo y junio en 10 países europeos, informó el Departamento de Defensa (el Pentágono) a través de un comunicado emitido el martes.
En la nota, suscrita por el general Christopher Cavoli, comandante de las fuerzas terrestres en Europa, se detalló que el objetivo es “demostrar la capacidad del Ejército estadounidense para desplegar rápidamente una fuerza significativa para apoyar a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y responder a cualquier crisis”.
El Pentágono prevé enviar los primeros contingentes de tropas y equipos, incluidos tanques, artillería y vehículos de transporte en el mes de febrero para preparar la instalación de 13 000 piezas de equipamientos en las bases militares estadounidenses esparcidas por toda Europa.
Después de años de reducción militar de EE.UU. en Europa desde el final de la Guerra Fría, este despliegue excepcional refleja la agitación estratégica causada por la anexión de Crimea por parte de la Federación Rusa en 2014, que “cambió todo”, conforme señaló el general estadunidense en el texto.
Este anuncio se suma al propósito de intenciones del secretario de Defensa, Mark Esper, quien declaró el sábado que el Pentágono desviaría su atención del Oriente Medio hacia la lucha contra lo que calificó como “poderes revisionistas” de Rusia y China.
Durante su discurso, ofrecido en un acto celebrado en California, el jefe del Pentágono aseguró que se apegaba a las prioridades de defensa nacional establecidas por su predecesor, James Mattis, y acusó a Moscú y Pekín de buscar el “poder de veto” sobre las decisiones económicas y de seguridad de los países más pequeños.
La venidera masiva movilización de los efectivos y equipamientos estadounidenses en Europa para intervenir en las maniobras militares de la Alianza Atlántica a puertas del flanco occidental de las fronteras rusas refleja el nuevo impulso que la Administración del presidente Donald Trump ha dado a la política estadounidense de “rivalidad estratégica” con China y Rusia, dos países que Washington considera cada vez más una amenaza.
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