El Ministerio de Defensa de Rusia anuncia que, en 2020, empezará a probar sus novedosos y avanzados sistemas de misiles antiaéreos S-500.
“El próximo año está previsto comenzar las pruebas preliminares del sistema de misiles antiaéreos S-500”, ha afirmados este sábado el viceministro de Defensa ruso, Alexéi Krivoruchko, en una entrevista con el diario local Krasnaya Zvezda. Además, ha dejado claro que las Fuerzas Armadas de Rusia recibirán el primer sistema de esta serie en el año 2025.
El S-500 es un sistema de misiles tierra-aire con un alcance de hasta 600 kilómetros diseñado para interceptar y destruir misiles balísticos intercontinentales, así como misiles de crucero hipersónicos, aviones y helicópteros.
El ministro ruso también ha informado de los planes de su país para aumentar la velocidad máxima de los misiles hipersónicos rusos Kinzhal y Tsircon desde las 9 Mach actuales hasta diez Mach (10 veces la velocidad del sonido). Además desarrollará las capacidades de los sistemas láser Peresvet para aviones.
Según medios rusos, este nuevo misil antiaéreo ruso, si lo comparamos con el ruso S-400 y el estadounidense Patriot PAC 3, cuenta con características muy superiores, pues es capaz de destruir simultáneamente hasta diez blancos balísticos que se muevan a una velocidad de hasta siete kilómetros por segundo.
Rusia puso en servicio el viernes sus misiles hipersónicos Avangard, uno de sus últimos avances armamentos: cuenta con alcance intercontinental y puede volar en la atmósfera a 20 veces la velocidad del sonido, según confirma el presidente ruso, Vladimir Putin.
“Es un arma del futuro, capaz de penetrar los sistemas de defensa misilísticos existentes y en desarrollo”, precisó Putin.
Los avances rusos en defensa, como la puesta en servicio del sistema intercontinental Avangard, el despliegue de nuevas armas basadas en láser, Peresvet, entre otros, son, según oficiales del Ejército ruso, una respuesta a la expansión y avance de la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) y el despliegue de armas estadounidenses en los países bálticos, cerca de las fronteras de Rusia.
Por otra parte, desde la retirada de EE.UU. del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio Washington-Moscú (INF, por sus siglas en inglés) el pasado 2 de febrero, Rusia amenaza a EE.UU. con desarrollar nuevos sistemas para contrarrestar estas nuevas amenazas.
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