En represalia a los crímenes cometidos por Arabia Saudí y sus aliados contra el pueblo yemení, las fuerzas del Ejército de Yemen, respaldadas por el movimiento popular Ansarolá, en el marco de la operación “Ecuación de disuasión 6”, atacaron el domingo varios objetivos militares en el sur y el este del territorio saudí, en concreto con 14 drones y ocho misiles.
La operación ha tenido gran eco en las redes sociales: los activistas saudíes publicaron vídeos del ataque, enfatizando que vieron con sus propios ojos “una guerra real”.
Además de describir la operación como “atemorizante”, indicaron que los sistemas de defensa antimisiles Patriot, de fabricación estadounidense, en lugar de interceptar los proyectiles yemeníes apuntaron a algunas regiones dentro del propio reino árabe.
Al mismo tiempo, las fuentes saudíes informaron de que los aviones dejaron de volar desde varios aeropuertos de la monarquía árabe después del ataque de Yemen, cuyos drones, según el Ministerio saudí de Energía, habían impactado uno de los depósitos de almacenamiento de petróleo de la compañía estatal Aramco, situada en la ciudad portuaria de Ras Tanura (este de Arabia Saudí).
A su vez, el portavoz del Ejército yemení, el teniente general Yahya Sari, precisó el mismo domingo que la operación se llevó a cabo “en el marco del derecho natural y legítimo” de Yemen, en respuesta a los actos hostiles de la llamada coalición agresora saudí.
El pasado viernes, el presidente del Comité Supremo Revolucionario, Muhamad Ali al-Houthi, reiteró que las fuerzas yemeníes continuarán atacando a Arabia Saudí, mientras Riad y sus aliados apunten contra Yemen y mantengan el asedio.
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