El embajador del régimen israelí ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Gilad Erdan, en una carta enviada el domingo al Consejo de Seguridad expresó su preocupación por la capacidad militar del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Al respecto, hizo hincapié en que Hezbolá patrulla “de forma rutina” la frontera de El Líbano y los territorios palestinos ocupados. En este sentido, señaló que el movimiento libanés tiene la capacidad de recopilar informaciones sobre las actividades del ejército israelí.
Varios funcionarios de Israel han admitido la vulnerabilidad del ejército israelí y por tanto, han pedido al régimen de Tel Aviv que no escale las tensiones con el movimiento para evitar una nueva guerra.
Al respecto, el comandante del mando del frente interno de las fuerzas del régimen israelí, el general de división Uri Gordin, subrayó el 15 de marzo que, de estallar un conflicto con Hezbolá, unos 2000 cohetes y misiles serán disparados, diariamente, contra los territorios palestinos ocupados.
El general de división israelí Yitzhak Brick, a su vez, remarcó en una entrevista concedida al canal 7 de la televisión israelí, que los misiles de Hezbolá pueden alcanzar cualquier punto de los territorios ocupados, indicando que ante esa “terrible” situación, Israel no tendrá la suerte de salvarse de un futuro conflicto con el movimiento libanés.
En mayo de 2019, el líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, alertó a Israel de las consecuencias de iniciar una guerra contra El Líbano, pues de hacerlo, las fuerzas israelíes serían completamente destruidas.
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