Berlín comenzó a cooperar con la empresa Transas en el 2005. Durante el Gobierno del canciller Gerhard Schroeder, alrededor de 100 buques fueron equipados con nuevos sistemas de navegación rusos. Más tarde, Alemania decidió instalar los dispositivos de navegación Navi Sailor 4100 de la empresa en los submarinos más modernos U35 (en servicio desde el 2015) y U36 (desde el 2016).
Transas se fundó en San Petersburgo en 1990 y opera tanto en el sector civil como en el militar. Bild am Sonntag señala que en el 2018 la empresa fue adquirida por la compañía finlandesa Wartsila, pero la división que se ocupa de las cuestiones militares se mantuvo en Rusia.
"Debido a los estrechos vínculos con el aparato de seguridad ruso, esta parte de Transas, según los expertos en seguridad, está en el foco de los servicios de inteligencia occidentales", escribe el periódico.
De acuerdo con Bild, en el 2020, la Oficina Alemana para la Protección de la Constitución advirtió que los sistemas de navegación marítima supuestamente abrirían "vectores de ataque para el espionaje y sabotaje por parte de Estados extranjeros". En caso de un ciberataque, los datos de navegación podrían ser intervenidos y manipulados, "en el peor de los casos, hasta la pérdida total de funcionalidad" del barco, continúa el medio alemán.
En respuesta a una consulta sobre si los dispositivos Transas podrían representar una amenaza para los submarinos del país, el Ministerio de Defensa alemán aseguró que "el Gobierno está haciendo grandes esfuerzos para garantizar la seguridad informática/cibernética y criptográfica en el área de negocios del Ministerio de Defensa".
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