No es nada sorprendente que el canciller ruso Serguéi Lavrov haya programado una visita oficial a China después de las conversaciones de alto nivel entre el país asiático y Estados Unidos. Esto no se debe a que las relaciones ruso-chinas se centren exclusivamente en la nación norteamericana, sino que Pekín deseaba informar a Moscú sobre los resultados de sus primeras reuniones con la Administración Biden, apuntó Akopov en su artículo para la versión rusa de Sputnik.
Sin embargo, cuando Lavrov llegó a la ciudad china de Guilin el pasado 22 de marzo, las relaciones con EEUU se habían convertido en un tema clave para Rusia y China.
EEUU y China mantuvieron los días 18 y 19 de marzo en Anchorage, estado de Alaska, unas conversaciones bilaterales en las que participaron el secretario de Estado, Antony Blinken, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, y el director de la oficina del comité central de Asuntos Exteriores, Yang Jiechi.
Durante el inicio de la reunión, los funcionarios de ambos países intercambiaron duras palabras. China acusó a Estados Unidos de incitar a los países a "atacar a China", mientras que el país norteamericano dijo que China había "llegado con la intención de ser grandilocuente y de centrarse en la teatralidad pública".
La delegación de EEUU denunció las supuestas violaciones de derechos humanos cometidas por China en Xinjiang contra la etnia uigur y en Hong Kong. Como era de esperarse, la intromisión estadounidense en los asuntos internos de Pekín no quedó sin respuesta, subrayó Akopov.
"En presencia de los representantes chinos, Estados Unidos no tiene derecho a declarar que quiere hablar con China desde una posición de fuerza. E incluso hace 20 o 30 años, EEUU no tenía derecho a decir esto, porque es imposible tratar con el pueblo chino y resolver cosas así. Si Estados Unidos quiere interactuar adecuadamente con China, sigamos los protocolos necesarios y hagamos lo correcto", afirmó Yang en la ocasión.
Además, el diplomático chino acusó a los estadounidenses de abusar de los postulados de seguridad nacional y obstaculizar las relaciones comerciales normales e incitar a algunos países a atacar a China mediante el uso de la fuerza o la hegemonía financiera.
Cuando Yang todavía ocupaba el cargo de ministro de Exteriores de China, la Administración Obama-Biden intentó construir una alianza entre ambos países, destinada a preservar un sistema internacional liderado por Estados Unidos, pero con la participación creciente de China como socio menor, recordó Akopov. En aquella ocasión, si bien los estadounidenses fueron muy persistentes, China rechazó lo que el politólogo calificó como una "trampa astuta". En las recientes negociaciones, el secretario Blinken recordó aquellos años.
"Recuerdo bien cuando el presidente Biden era vicepresidente y estábamos de visita en China. Y el vicepresidente Biden en ese momento dijo que nunca es una buena idea apostar contra Estados Unidos y eso es cierto hoy", afirmó el secretario de Estado.
Akopov consideró que la política de "no te atrevas a ir en contra del orden mundial que construimos, pues te va a ir mal" siempre ha sido una de las favoritas de la diplomacia estadounidense. La diferencia ahora es que ya no funciona.
"Y el hecho de que los propios líderes estadounidenses no se den cuenta de que ya no les tienen miedo y continúen usando este 'último argumento' sólo confirma su lectura inadecuada de la nueva alineación de fuerzas en el mundo", explicó el politólogo.
Akopov considera que es justamente esta posición geopolítica poco apropiada de EEUU que se está convirtiendo en la principal cualidad de la diplomacia estadounidense, exacerbando los ya crecientes problemas del país en el escenario mundial.
El politólogo apunta que con su presión simultánea sobre Moscú y Pekín, Washington no solo fortalece la cooperación ruso-china, sino que deja al resto del mundo ver su juego tan inepto. La conclusión es sencilla: EEUU no solo falló (esto sucedió en 2014 con su intento de aislar a Rusia), sino que está confundido y se comporta de manera estúpida, puso de relieve el experto.
Los chinos entienden esto muy bien, por lo que están endureciendo su retórica y posición hacia EEUU, subrayó Akopov. Pese a su enfoque en China y algunos temores, comprenden cada vez más la importancia de fortalecer la cooperación entre los dos países.
"Ya no basta con estar 'hombro a hombro', como se caracterizaron nuestras relaciones con Pekín, es hora de contraatacar cada vez más activamente", consideró el politólogo ruso.
Lavrov, por su parte, enfatizó recientemente que es necesario fortalecer la independencia de ambos países, "incluso oponiéndose a la política estadounidense de limitar las oportunidades de desarrollo de Rusia y China".
"[Los estadounidenses] están impulsando su agenda ideologizada, destinada a mantener su dominio frenando el desarrollo de otros países. Esta política va en contra de la tendencia objetiva y, como era costumbre decir, está 'en el lado equivocado de la historia'. El proceso histórico cobrará su precio", afirmó el jefe de la diplomacia rusa.
Para Akopov, Rusia y China están preparadas para dar nuevos pasos hacia la construcción de un mundo nuevo, porque entienden que "el viento de la historia sopla en sus velas".
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