Más transparencia, facilidad de uso y menor costo son algunas de las razones que esbozan los bancos centrales para promocionar sus planes de monedas digitales. Sin embargo, economistas advierten de riesgos ocultos. ¿Cuáles son?
El economista Daniel Lacalle explica por qué deberíamos preocuparnos por una moneda digital del banco central y pone a la privacidad como el primer factor de riesgo a considerar: "El banco central controlaría casi todas las transacciones en una moneda y tendría toda la información de cómo se mantienen los depósitos y ahorros. (...) Un banco central que controla todas las transacciones y cómo se guardan los ahorros también puede actuar contra esos ahorros 'disolviéndolos' con política monetaria".Lacalle sostiene que la moneda digital eliminaría a los bancos como intermediarios en el mecanismo de transmisión de la política monetaria que hasta ahora son "esenciales para contener la inflación y el control gubernamental excesivo de la creación de dinero".
Agrega que "la creación de dinero nunca es neutral y beneficia de manera desproporcionada a los primeros receptores del nuevo dinero creado, los gobiernos, mientras perjudica masivamente a los últimos receptores, ahorradores y salarios reales".
"Cuando los neokeynesianos hablan de 'innovación' en la banca central y la moneda digital, de lo que están hablando es simplemente la impresión de dinero al estilo argentino para promover el control gubernamental de la economía", opina.
El economista advierte que una moneda digital podría abrir el riesgo de eliminar todos los controles sobre el gasto público, "ya que los políticos serían los primeros receptores de todo el dinero recién creado y podrían hacerlo sin control presupuestario".
"Una moneda digital solo puede ser una buena idea si los bancos centrales no tuvieran poder en el aumento de la oferta monetaria, si tuvieran reglas claras e irrompibles en cuanto a su política, y las medidas discrecionales fueran imposibles", concluye.
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