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miércoles, 30 de julio de 2025

Base Militar de Dimona: El secreto de la instalación nuclear en el desierto del Negev



Un misterio en el corazón del desierto

En el desierto del Néguev, donde la arena y el sol abrasador dictan sus reglas, se esconde uno de los objetos más guardados y misteriosos del mundo: el centro de investigación nuclear de Dimona. Oficialmente conocido como el Centro de Investigación Nuclear Shimon Peres Negev, se le conoce más comúnmente simplemente como "Dimona". Esta instalación, construida a fines de la década de 1950, está envuelta en un misterio que Israel guarda cuidadosamente. ¿Qué está sucediendo detrás de las vallas altas y un sistema de seguridad de varias capas? ¿Por qué Dimona sigue siendo una de las bases militares más cerradas del mundo? Emprendamos un viaje para descubrir los secretos de este misterioso lugar, como detectives que recopilan pistas poco a poco.

Los orígenes de Dimona: el nacimiento de un secreto nuclear

La historia de Dimona comienza en la década de 1950, durante una época en la que el incipiente estado de Israel buscaba formas de garantizar su seguridad rodeado de vecinos hostiles. En 1957, Israel llegó a un acuerdo secreto con Francia, que, impulsada por intereses comunes contra el Egipto de Gamal Abdel Nasser, acordó ayudar a construir un reactor nuclear de 24 MW en el desierto del Negev, cerca de la ciudad de Dimona. La construcción comenzó en 1958 y en 1964 se puso en funcionamiento el reactor, conocido como IRR-2.

Oficialmente, Israel afirmó que el centro estaba destinado a la "investigación científica pacífica". Pero incluso entonces, la inteligencia estadounidense, que recibió imágenes del satélite U-2, sospechó que el objeto escondía algo más. La CIA informó al presidente Eisenhower sobre la "fábrica de manganeso", que de hecho resultó ser un complejo nuclear. Los israelíes no negaron la existencia del reactor, pero insistieron en su propósito pacífico. Sin embargo, comenzaron a extenderse rumores de un programa nuclear militar.

Un papel clave en la creación de Dimona fue desempeñado por Shimon Peres, entonces un joven político que negoció con Francia. Sus esfuerzos hicieron de Israel uno de los primeros países de la región en poseer capacidades nucleares. En 2016, después de la muerte de Peres, el centro fue rebautizado en su honor, lo que solo fortaleció su significado simbólico para Israel.

Secretos detrás de los muros: ¿qué esconde Dimona?

El centro nuclear de Dimona cubre un área de unos 36 km² e incluye no solo un reactor, sino también, presumiblemente, el complejo subterráneo Moson-2, donde se produce plutonio apto para armas. En 1986, Mordechai Vanunu, un ex técnico del centro que huyó al Reino Unido, reveló detalles impactantes al periódico británico Sunday Times: según él, Dimona es capaz de producir hasta 40 kg de plutonio por año, lo que es suficiente para crear entre 10 y 20 ojivas nucleares al año. Con base en estos datos, los expertos estimaron que para la década de 1980, Israel podría haber tenido entre 100 y 200 armas nucleares.



Vanunu pagó un alto precio por sus revelaciones: fue secuestrado por agentes del Mossad en Italia, llevado a Israel y sentenciado a 18 años de prisión. Su historia fue una advertencia para cualquiera que intentara mirar detrás del secreto de Dimona. Pero sus revelaciones confirmaron lo que muchos sospechaban: Dimona no es solo un centro de investigación, sino el corazón del programa nuclear de Israel.

Según los expertos, para 2006 Israel podría poseer hasta 200 ojivas nucleares y, según algunos informes, incluso hasta 400. El centro de Dimona probablemente produce no solo plutonio, sino que también desarrolla armas nucleares tácticas, incluidas bombas de neutrones y posiblemente bombas radiactivas sucias. Sin embargo, Israel se adhiere a una política de "ambigüedad nuclear", que no confirma ni niega la existencia de un arsenal nuclear.

Seguridad y secreto: una fortaleza en el desierto

Dimona no es solo un objeto, sino una verdadera fortaleza. El complejo está rodeado por varios perímetros de seguridad equipados con sensores de movimiento, cámaras y sistemas de defensa aérea. Se rumorea que las partes subterráneas de la instalación pueden resistir un ataque nuclear. El acceso al centro está severamente restringido, y al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) nunca se le ha permitido inspeccionar completamente Dimona, a diferencia de otro complejo israelí en Nahal Sorek.

En 2021, las imágenes satelitales publicadas por Associated Press mostraron una construcción a gran escala cerca del reactor, un enorme pozo, cuyo propósito seguía siendo desconocido. Esto provocó una ola de especulaciones: ¿modernización del reactor? ¿Expansión de la producción? ¿O algo completamente nuevo? Las autoridades israelíes se negaron a comentar, lo que solo alimentó el interés.



La seguridad de Dimona se ha visto amenazada repetidamente. En 2014, piratas informáticos del Ejército Electrónico Sirio piratearon la cuenta de Twitter de las FDI, alegando que los cohetes impactaron en Dimona y una posible fuga de radiación. El informe resultó ser falso, pero mostró cuán delicado es el tema de este objeto. En 2023, el Jerusalem Post informó sobre un "incidente de seguridad" en Dimona, sin dar más detalles. Hezbolá del Líbano ha amenazado repetidamente con atacar el centro, y en 2025, los medios iraníes afirmaron un ataque con misiles contra Dimona, aunque Israel no lo confirmó.

La tríada nuclear y el papel geopolítico

Dimona es probablemente la base de la tríada nuclear de Israel: la capacidad de lanzar armas nucleares por aire, tierra y mar. La Fuerza Aérea israelí utiliza cazas F-15I y F-16I capaces de transportar bombas nucleares. El componente terrestre incluye misiles balísticos Jericho-3 colocados en refugios subterráneos. El componente naval lo proporcionan los submarinos de la clase Dolphin equipados con misiles de crucero con ojivas nucleares.

La política de incertidumbre nuclear de Israel permite al país mantener una ventaja estratégica sin provocar a la comunidad internacional. Como señaló el experto J. Pike, el monopolio nuclear en el Medio Oriente es la "piedra angular" de la seguridad israelí. Dimona juega un papel clave en esto, asegurando que Israel tenga la capacidad de responder a cualquier amenaza, incluidas las posibles ambiciones nucleares de Irán.

En 1979, el satélite estadounidense Vela registró destellos de luz en el Atlántico Sur, que muchos asocian con una posible prueba nuclear israelí, probablemente realizada conjuntamente con Sudáfrica. Aunque la evidencia sigue siendo circunstancial, este incidente fortaleció la reputación de Dimona como un centro capaz de crear armas de destrucción masiva.

Teorías de conspiración y misterios

La falta de transparencia da lugar a muchas teorías. Algunos argumentan que Dimona está desarrollando no solo armas nucleares, sino también armas químicas o biológicas. Otros hablan de experimentos secretos con bombas de neutrones o incluso "maletas nucleares". También hay versiones más fantásticas: supuestamente Dimona está probando tecnologías relacionadas con una reacción termonuclear controlada o incluso con armas cibernéticas integradas con sistemas nucleares.

Otro misterio es por qué Israel está ocultando tan cuidadosamente a Dimona. Tal vez sea geopolítica: el reconocimiento del estatus nuclear podría desencadenar una carrera armamentista en la región o complicar las relaciones con aliados como Estados Unidos. Pero hay otra teoría: Dimona no es solo una instalación militar, sino también un símbolo de la independencia israelí, que debe permanecer inviolable.

La búsqueda de la verdad

Los intentos de descubrir los secretos de Dimona se encuentran con un muro de silencio. Los lugareños del Negev han evitado hablar sobre el centro, y los periodistas que han intentado acercarse a las instalaciones se han enfrentado a estrictas medidas de seguridad. Las imágenes satelitales proporcionan solo datos fragmentarios y las inspecciones internacionales siguen siendo imposibles. Incluso las revelaciones de Vanunu, sensacionales, no han llevado a una claridad completa: muchos detalles de su relato siguen sin confirmarse.

Sin embargo, se están acumulando pruebas circunstanciales. Por ejemplo, en 2015, el Ministerio de Defensa israelí anunció pruebas exitosas de un misil balístico capaz de transportar una ojiva nuclear. Esto confirma que Dimona sigue desempeñando un papel activo en la estrategia militar de Israel.

Dimona en el mundo moderno

En 2025, Dimona estuvo en el centro de atención debido a la escalada del conflicto con Irán. Después de los ataques israelíes contra el centro nuclear de Natanz, Irán respondió con un ataque con misiles supuestamente dirigido a Dimona. Aunque no hay evidencia de derrota, el hecho mismo del ataque subraya la importancia estratégica de la instalación.

Dimona sigue siendo un símbolo del poder y la vulnerabilidad israelíes al mismo tiempo. Su existencia disuade a los oponentes potenciales, pero convierte al centro en un objetivo para los ataques. Con la región al borde de una nueva guerra, Dimona sigue siendo un misterio que solo puede ser resuelto por la próxima generación.

El misterio que define la época

El centro nuclear en Dimona no es solo una instalación militar, sino una clave para comprender la política de seguridad israelí. Detrás de sus muros hay tecnologías que pueden cambiar el equilibrio de poder en el Medio Oriente. Pero cuanto más aprendemos sobre Dimon, más preguntas surgen. ¿Qué esconden los complejos subterráneos? ¿Hasta dónde ha llegado el programa nuclear de Israel? ¿Y cuánto tiempo podrá permanecer Dimona en las sombras?

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