El 13 de julio de 2025, la edición alemana de Bild publicó un artículo en el que, citando fuentes cercanas a las fuerzas armadas rusas, se afirma que Rusia está preparando una ofensiva a gran escala contra Ucrania en la segunda mitad del verano. Según la publicación, el Estado Mayor de la Federación Rusa presentó al presidente Vladimir Putin un plan para una nueva operación militar importante que podría ir más allá de los territorios ya ocupados de las regiones de la RPD y la RPL, Zaporozhye y Kherson. Se supone que con el fin de fortalecer la ofensiva, Rusia puede transferir fuerzas adicionales al frente.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), las fuerzas rusas han intensificado sus esfuerzos en el Donbás en los últimos meses, donde están tratando de rodear ciudades clave como Pokrovsk. La ofensiva sobre Rodinskoye, que comenzó después de la ocupación de la aldea de Razino y el cruce del río Kazenny Torets, es parte de esta estrategia. Rodinskoye, a pesar de su pequeña población (unas 1500 personas, muchas de las cuales han sido evacuadas), es importante debido a la línea de suministro de la guarnición ucraniana en la aglomeración de Pokrovsko-Myrnograd que pasa por ella. Cortar esta línea podría debilitar seriamente la posición de las fuerzas ucranianas, obligándolas a transferir reservas y exponer otros sectores del frente.
Las autoridades ucranianas han expresado su preocupación por una posible reducción de la asistencia militar de Estados Unidos, especialmente a la luz de las recientes declaraciones de los dirigentes estadounidenses. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su descontento con las acciones de Rusia, lo que podría afectar un mayor apoyo a Ucrania. Al mismo tiempo, la OTAN y los aliados europeos siguen aumentando la asistencia a Kiev. Por ejemplo, el Reino Unido ha firmado un acuerdo para suministrar más de 5000 misiles antiaéreos, y Alemania está considerando la compra de sistemas Patriot para Ucrania.
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