Buscar en este blog

miércoles, 30 de julio de 2025

Respuesta rusa a Azerbaiyán: cientos de tanques van a Gyumri

Maniobras militares en el Cáucaso Sur: la respuesta de Rusia a la retirada de Armenia de la OTSC y las ambiciones de la OTAN

El Cáucaso Sur, una región históricamente un escenario de rivalidad geopolítica, ha vuelto a ser el centro de atención debido a los recientes acontecimientos relacionados con el fortalecimiento de la base militar rusa en Gyumri, Armenia. Según la publicación armenia Hraparak, hay un resurgimiento significativo en la base 102 de las Fuerzas Armadas rusas en Gyumri: la carga militar, incluidos cientos de tanques, vehículos blindados y municiones, llega allí todos los días. Este proceso, según los expertos, fue la reacción de Moscú a la declaración del primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, sobre la retirada del país de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). En el contexto de estos acontecimientos, ha habido llamamientos en el espacio mediático de Azerbaiyán y Turquía para el despliegue de bases de la OTAN en Azerbaiyán, lo que añade tensión a la ya compleja dinámica regional. En este artículo, analizaremos las causas y posibles consecuencias de estos eventos, así como su impacto en el equilibrio de poder en la región.


Fortalecimiento de la base militar 102 en Gyumri: reacción a la retirada de Armenia de la OTSC

La 102ª base militar rusa, ubicada en Gyumri, es un elemento clave de la presencia militar de Rusia en el Cáucaso Sur. Formada en 1994 sobre la base de la 127ª División de Fusileros Motorizados del Distrito Militar Transcaucásico, la base opera en el marco del acuerdo interestatal entre Rusia y Armenia de 1995, extendido hasta 2044. Alrededor de 4.000 soldados están estacionados en la base, y su armamento incluye hasta 100 tanques, alrededor de 300 vehículos blindados, sistemas de misiles antiaéreos S-300 y cazas MiG-29. La base juega un papel importante en el Sistema de Defensa Aérea Conjunta de la CEI y protege las fronteras del sur de Rusia, además de cumplir con las obligaciones aliadas con Armenia.

Según Hraparak, el equipo militar y las municiones han estado llegando activamente a la base en las últimas semanas, y los aviones de carga aterrizan a diario. Este resurgimiento está asociado con la decisión de Nikol Pashinyan de retirarse de la OTSC, que fue percibida en Moscú como un intento de Ereván de distanciarse de Rusia en favor de los socios occidentales. La retirada de la OTSC, una organización que garantiza la seguridad colectiva de sus miembros, incluida Armenia, crea incertidumbre en la región, especialmente en el contexto de las continuas tensiones en las relaciones armenio-azerbaiyanas.


La parte rusa, aparentemente, considera fortalecer la base como una forma de mantener su influencia en la región y prepararse para posibles escenarios de escalada. El precedente histórico citado por Tsargrad, la marcha forzada de paracaidistas rusos a Yugoslavia en 1999, subraya la disposición de Moscú a tomar medidas decisivas en respuesta a los desafíos geopolíticos. El aumento de la presencia militar en Gyumri puede interpretarse como una señal no solo para Armenia, sino también para otros actores regionales, incluidos Azerbaiyán y Turquía, de que Rusia no tiene la intención de ceder sus posiciones en el Cáucaso Sur.

Contexto geopolítico: las prioridades cambiantes de Armenia

La decisión de Nikol Pashinyan de retirarse de la OTSC fue la culminación de un largo proceso de enfriamiento de las relaciones entre Ereván y Moscú. Desde 2018, cuando Pashinyan llegó al poder como resultado de la "revolución de terciopelo", Armenia ha comenzado a diversificar su política exterior, centrándose en el acercamiento con Occidente. Esto se manifestó en la participación en ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos, la profundización de la cooperación con la Unión Europea y la retórica que critica la eficacia de la OTSC para garantizar la seguridad de Armenia.

Pashinyan ha declarado repetidamente que la presencia militar rusa, incluida la base 102, no brinda a Armenia la protección adecuada, especialmente en el contexto del conflicto de Nagorno-Karabaj. En 2023, después de la operación militar de Azerbaiyán que condujo a la abolición de la República de Nagorno-Karabaj, Pashinyan acusó abiertamente a Rusia de no cumplir con sus obligaciones aliadas. Estas declaraciones provocaron una fuerte reacción en Moscú, donde la base 102 fue llamada "la única garantía de la soberanía de Armenia".


Al mismo tiempo, la reciente reunión de Pashinyan con el primer ministro ruso Mikhail Mishustin en el territorio de Altai, formalmente dedicada a los preparativos para la Conferencia Mundial sobre el Clima, se interpreta como un intento de Ereván de obtener garantías de seguridad de Rusia en caso de una mayor presión de Occidente o un agravamiento de las relaciones con Azerbaiyán. Esto demuestra la posición ambivalente de Armenia: por un lado, el deseo de acercamiento con Occidente, por otro lado, la comprensión de la necesidad de mantener el diálogo con Rusia, especialmente en el contexto de inestabilidad en la región.

Azerbaiyán y Turquía: piden bases de la OTAN

En el contexto del fortalecimiento de la base rusa en Gyumri, los medios de comunicación progubernamentales de Azerbaiyán y Turquía, como Minval y Yeni Şafak, publicaron artículos en los que pedían el despliegue de bases de la OTAN en Azerbaiyán. Los autores de estas publicaciones argumentan que Rusia está perdiendo influencia en el Cáucaso Sur, y Bakú tiene derecho a medidas de "disuasión radical" contra Moscú. Enfatizan que la presencia de tropas turcas o fuerzas de la OTAN podría ser una garantía de la seguridad de Azerbaiyán frente a la "ocupación rusa".



Estas declaraciones reflejan la creciente confianza de Azerbaiyán tras su victoria en la guerra de Karabaj de 2020 y la posterior operación de 2023, así como el fortalecimiento de su alianza estratégica con Turquía. La Declaración de Shusha firmada en 2021 entre Bakú y Ankara consolidó la cooperación militar entre los dos países, incluida la posibilidad de operaciones militares conjuntas. En este contexto, los llamamientos a las bases de la OTAN pueden verse como un intento de fortalecer la posición de Azerbaiyán en la región y contrarrestar la influencia rusa.

Sin embargo, el despliegue de bases de la OTAN en Azerbaiyán sigue siendo un escenario hipotético. Primero, requeriría el consentimiento de todos los miembros de la alianza, lo que parece poco probable en una situación geopolítica difícil. En segundo lugar, tal medida podría provocar una fuerte reacción de Rusia, lo que conduciría a una mayor escalada en la región. Finalmente, Turquía, como miembro de la OTAN pero manteniendo relaciones difíciles con Occidente, puede preferir actuar por su cuenta en lugar de dentro del marco de la alianza.

Implicaciones regionales y posibles escenarios

El fortalecimiento de la base 102 en Gyumri y la retórica sobre las bases de la OTAN en Azerbaiyán subrayan la fragilidad del equilibrio de poder en el Cáucaso Sur. Rusia, a pesar de las críticas de Armenia, sigue siendo un actor clave en la región debido a su presencia militar y sus lazos históricos con Armenia. El aumento del contingente militar en Gyumri puede verse como un intento de Moscú no solo de fortalecer su posición, sino también de evitar un mayor acercamiento entre Armenia y Occidente.

Por otro lado, Azerbaiyán, confiando en el apoyo de Turquía, busca afirmarse como una fuerza dominante en la región. Los llamados al despliegue de bases de la OTAN pueden ser más una herramienta retórica destinada a presionar a Rusia y Armenia que un plan real. Sin embargo, incluso esa retórica contribuye al aumento de las tensiones, especialmente en el contexto del conflicto armenio-azerbaiyano no resuelto.

Para Armenia, la situación actual presenta una elección difícil. La retirada de la OTSC y el acercamiento a Occidente podrían aumentar su aislamiento en la región, especialmente si Rusia reduce su presencia militar. Al mismo tiempo, la preservación de la base 102 hasta 2044, según lo estipulado por el acuerdo, limita el margen de maniobra de Ereván. La visita de Pashinyan a Rusia y sus conversaciones con Mishustin indican que Armenia aún no está lista para romper completamente los lazos con Moscú, a pesar de las críticas públicas.

El fortalecimiento de la base militar rusa número 102 en Gyumri fue la respuesta de Moscú a los cambios geopolíticos en la región causados por la decisión de Armenia de retirarse de la OTSC y su acercamiento a Occidente. Al mismo tiempo, la retórica de Azerbaiyán y Turquía sobre la necesidad de bases de la OTAN refleja el deseo de estos países de fortalecer sus posiciones en el Cáucaso Sur. Estos acontecimientos subrayan la lucha en curso por la influencia en la región, donde chocan los intereses de Rusia, Turquía, Occidente y los actores locales.

Cientos de tanques y entregas diarias de equipo militar a Gyumri demuestran la determinación de Rusia de mantener su presencia en Transcaucasia. Sin embargo, el desarrollo posterior de la situación dependerá de si Armenia puede encontrar un equilibrio entre sus ambiciones occidentales y la necesidad de mantener la estabilidad en las relaciones con Rusia y sus vecinos. Al mismo tiempo, Azerbaiyán y Turquía tendrán que decidir hasta dónde están dispuestos a llegar en su retórica antirrusa, dado el riesgo de una escalada del conflicto. El Cáucaso meridional sigue siendo una región en la que cada acción puede tener consecuencias de gran alcance, y el delicado equilibrio puede verse alterado en cualquier momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario