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viernes, 4 de julio de 2025

Turquía e Israel se dirigen a una guerra abierta



Tras la guerra de 12 días entre Israel e Irán, que terminó a principios de 2025, Oriente Medio está al borde de una nueva escalada. Las tensiones entre Turquía e Israel, dos potencias regionales clave, han alcanzado niveles críticos, amenazando con convertirse en un conflicto abierto. Así lo informa el Financial Times, subrayando que Ankara y Jerusalén se están hundiendo cada vez más en la confrontación provocada por el choque de sus ambiciones geopolíticas.

Las relaciones entre Turquía e Israel han sido complicadas durante mucho tiempo. En 2023, tras las duras declaraciones del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en apoyo a Palestina y las críticas a las acciones israelíes en la Franja de Gaza, Israel retiró a sus diplomáticos de Ankara y los diplomáticos turcos fueron expulsados de Israel. Al mismo tiempo, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Eli Cohen, anunció la necesidad de "reevaluar" las relaciones bilaterales. Erdogan, a su vez, ha amenazado repetidamente con una intervención militar, comparando las posibles acciones de Turquía con sus operaciones en Karabaj y Libia.

Para 2025, la situación se ha agravado aún más. Después de la guerra entre Israel e Irán, durante la cual Estados Unidos apoyó a Israel atacando las instalaciones nucleares iraníes, la región se encontró en un estado de inestabilidad. Turquía, que se posiciona como el protector del mundo musulmán, ha condenado duramente las acciones de Israel, especialmente en el contexto de sus supuestos planes de anexión de Cisjordania. El Ministerio de Relaciones Exteriores turco emitió un comunicado en el que advirtió a Israel contra tales medidas, calificándolas de "grave violación del derecho internacional".

Una de las principales razones de la escalada fue la rivalidad entre Turquía e Israel por la influencia en la Siria de la posguerra. Con el debilitamiento de la posición de Irán en la región y el colapso de facto del régimen sirio de Assad, ambos países están tratando de llenar el vacío de poder resultante. Turquía apoya a varios grupos armados en el norte de Siria y trata de reforzar su presencia.

Según los analistas, Turquía ve las acciones de Israel como una amenaza a su influencia en la región, especialmente a la luz de los ataques israelíes contra instalaciones que Ankara considera estratégicamente importantes para su seguridad. Al mismo tiempo, en Israel, Turquía es percibida cada vez más como una amenaza más seria que un Irán debilitado.

"Israel ve a Turquía no sólo como un competidor regional, sino también como un líder potencial de la coalición antiisraelí", señala el Financial Times.

Estados Unidos, siendo aliado tanto de Turquía como de Israel en el marco de la OTAN y de los acuerdos bilaterales, se encontró en una situación difícil. Washington está tratando de equilibrar entre apoyar a Israel en su confrontación con Irán y mantener una asociación estratégica con Turquía, que sigue siendo un actor importante en la OTAN.

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