
¿Puede el F-35 evadir los modernos radares VHF en Rusia y China? Análisis técnico de las capacidades de sigilo frente a sistemas anti-sigilo.
El Lockheed Martin F-35 Lightning II a menudo se promociona como el avión de combate más avanzado de su generación, gracias a su diseño sigiloso y sus sofisticados sistemas electrónicos. Sin embargo, la aparición de radares VHF (de muy alta frecuencia) de nueva generación, desplegados en particular por Rusia y China, está poniendo en duda la capacidad del F-35 para operar sin ser detectado. Estos radares, que operan en longitudes de onda más largas, podían detectar aviones furtivos diseñados principalmente para evadir radares de onda corta. Este artículo examina en detalle las capacidades de detección de los radares VHF modernos y evalúa hasta qué punto comprometen el sigilo del F-35.
Los principios del sigilo del F-35
El F-35 Lightning II es un avión de combate polivalente diseñado en torno a un concepto de sigilo activo y pasivo. Su firma de radar reducida se basa en tres pilares tecnológicos fundamentales: la geometría del fuselaje, los materiales absorbentes y la integración del equipo en la estructura.
Forma aerodinámica
El fuselaje del F-35 está diseñado con ángulos específicos para reflejar las ondas de radar lejos de su fuente. A diferencia de un avión convencional, cuyas superficies curvas reflejan la señal en todas las direcciones, el F-35 utiliza líneas rectas, bordes afilados y paneles inclinados. La alineación de los bordes delantero y trasero de las alas, las aletas verticales y las escotillas contribuye a esta reducción. Las tomas de aire también están curvadas y ocultas para evitar la detección de las turbinas, que son superficies altamente reflectantes.
Materiales absorbentes
La piel exterior del F-35 utiliza un compuesto hecho de materiales absorbentes de radar (RAM). Este recubrimiento disipa parte de la energía de las ondas electromagnéticas en forma de calor en lugar de reflejarla. El grosor, la composición y la distribución de estos materiales están optimizados para radares que funcionan principalmente en las bandas X (8 a 12 GHz) y S (2 a 4 GHz). Esta elección se basa en el hecho de que estas bandas son las más utilizadas por los radares de enfrentamiento y de seguimiento de objetivos.
Integración de sistemas
Los sensores, armas y antenas del F-35 están integrados en el fuselaje, evitando los puntos de reflexión típicos de los aviones convencionales. Los misiles aire-aire y aire-tierra y las bombas guiadas están alojados en compartimentos internos. Incluso el cañón GAU-22/A de 25 mm está escondido detrás de una escotilla. Esta configuración evita los pilones externos, lo que aumentaría significativamente la sección transversal del radar (RCS).
Limitaciones frente a los radares VHF
El sigilo del F-35 es efectivo contra los radares de onda corta. Sin embargo, los radares VHF, que funcionan entre 30 y 300 MHz (longitudes de onda de 1 a 10 metros), plantean un desafío. A estas frecuencias, el tamaño de la aeronave está cerca de la longitud de onda, lo que provoca fenómenos de resonancia. Esto aumenta la probabilidad de detección, ya que los materiales de RAM y las formas de sigilo son menos efectivos contra estas ondas más largas.
Por lo tanto, aunque el F-35 sigue siendo difícil de apuntar con precisión, su sigilo puede verse comprometido en entornos con radares VHF, lo que requiere tácticas y perfiles de misión adaptados.
Las capacidades de los radares VHF rusos
Desde la década de 1990, Rusia ha invertido en sistemas de radar capaces de detectar aviones furtivos diseñados para evadir los radares convencionales. Se ha prestado especial atención a los sistemas que operan en la banda VHF (muy alta frecuencia), cuyas características físicas reducen la eficacia de las técnicas modernas de sigilo. Estos radares utilizan longitudes de onda de entre 1 y 10 metros (30 a 300 MHz), muy superiores a las de los radares de banda X, lo que cambia el comportamiento de las ondas cuando golpean superficies furtivas.
Sistema de radar Nebo-M
El Nebo-M (55Zh6M) es un complejo de radar multibanda desarrollado por NNIIRT, diseñado para operar simultáneamente en las bandas VHF, UHF y L. Es un sistema modular capaz de procesar y fusionar datos de múltiples sensores. El radar VHF transportado por el Nebo-M, designado RLM-M, puede detectar objetivos a más de 300 kilómetros, incluso si tienen una sección transversal de radar (RCS) de menos de 0,01 m², como es el caso del F-35 en una aproximación frontal.
Este sistema está diseñado para detectar, rastrear y transmitir coordenadas a sistemas de misiles tierra-aire como el S-400. El Nebo-M está montado en un chasis móvil y puede desplegarse en cuestión de horas, lo que mejora la flexibilidad de la red de detección.
Radar Rezonans-NE
El Rezonans-NE es otro radar ruso de largo alcance dedicado a la detección de objetivos de baja firma de radar. De tamaño fijo y grande, utiliza matrices de antenas VHF de antenas en fase pasivas. Se dice que es capaz de detectar un F-35 o B-2 Spirit a más de 400 km y rastrear simultáneamente más de 500 objetivos. Su modo biestático también le permite detectar aeronaves que vuelan a altitudes muy altas.
Capacidad de detección y papel en el sistema de defensa
Aunque estos radares no tienen la resolución suficiente para guiar los misiles con precisión, desempeñan un papel estratégico como sensores de alerta temprana. Se utilizan para detectar incursiones furtivas, transmitir coordenadas aproximadas a radares de onda corta (banda X o banda C) y luego permitir un enfrentamiento preciso por parte de los sistemas de misiles. Por lo tanto, el enfoque ruso se basa en una superposición de sensores complementarios, con el radar VHF como primer eslabón de una cadena de detección integrada.
Este modelo desafía la libertad de acción de aviones furtivos como el F-35 en entornos disputados.
Avances chinos en radar VHF
Ante el desarrollo de aviones furtivos occidentales como el F-35, China ha puesto en marcha una agresiva política tecnológica destinada a reforzar sus capacidades de detección por radar. Pekín se está centrando en particular en los sistemas VHF de alto rendimiento diseñados para detectar objetivos con una firma de radar reducida en bandas convencionales. El enfoque chino se basa en la integración sistémica de estos sensores dentro de una red de radares terrestres, aéreos y espaciales para garantizar una cobertura permanente.
El radar JY-27A
El JY-27A es un radar VHF AESA (Active Electronically Scanned Array) desarrollado por China Electronics Technology Group Corporation (CETC). A diferencia de los radares VHF convencionales con antenas giratorias, el JY-27A utiliza una antena de barrido electrónico que permite tiempos de respuesta muy rápidos y una mejor resistencia a las interferencias. Gracias a su phased array activo, puede detectar objetivos aéreos a distancias de más de 500 kilómetros, incluidos aquellos con un RCS de menos de 0,01 m², como el F-35 en una aproximación frontal.
Su estructura de panel modular le confiere una gran flexibilidad de despliegue, especialmente en zonas sensibles cercanas al estrecho de Taiwán. El JY-27A está diseñado para operar en una red con otros radares en diferentes bandas (L, S y X), lo que garantiza la fusión de datos multibanda y aumenta la probabilidad de detección.
El sistema SIAR
El SIAR (Radar Sintético de Impulso y Apertura) es un sistema experimental que aún está poco documentado, pero cuyas primeras instalaciones han sido avistadas en islas militarizadas como Fiery Cross Reef y Subi Reef en el Mar de China Meridional. Se basa en el uso de pulsos sintéticos sobre una base VHF extendida, con un objetivo claro: hacer ineficaz el sigilo a media altitud en zonas sometidas a vigilancia constante.
Este sistema está diseñado para llenar los puntos ciegos de radar dejados por las instalaciones convencionales, con un enfoque en la detección inicial de largo alcance. Una vez que se ha detectado el objetivo, se utilizan otros medios (radares de banda X, satélites, drones) para llevar a cabo una identificación precisa y realizar la interceptación.
Un enfoque en red
A diferencia de una arquitectura de radar aislada, la doctrina china se basa en la integración de múltiples niveles, incluyendo radares VHF en un sistema más grande. La información recopilada se fusiona a través de centros de comando automatizados, conectados por fibra óptica y transmisiones satelitales.
Esta red incluye:
radares terrestres de todas las bandas;
radares aerotransportados (como el KJ-500).
radares aerotransportados (como el KJ-500).
Sensores orbitales.
Esto permite superar las limitaciones de resolución de los radares VHF mediante redundancia funcional. En la práctica, un F-35 que entra en el espacio aéreo chino tiene estadísticamente más probabilidades de ser detectado que en un entorno aislado.
Por lo tanto, China está construyendo un ecosistema de detección capaz de desafiar la ventaja operativa de los aviones furtivos en la guerra de alta intensidad.
Los límites del sigilo frente a los radares VHF
El F-35 Lightning II, al igual que otros aviones furtivos, está diseñado para reducir su sección transversal de radar (RCS) mediante la manipulación de la geometría, los materiales y la integración de equipos. Estas técnicas son efectivas contra radares de alta frecuencia (bandas X, S o Ku), que son ampliamente utilizados en los sistemas de defensa occidentales. Sin embargo, tienen limitaciones significativas frente a los radares VHF debido a la naturaleza misma de las ondas electromagnéticas en este rango de frecuencia.
El F-35 Lightning II, al igual que otros aviones furtivos, está diseñado para reducir su sección transversal de radar (RCS) mediante la manipulación de la geometría, los materiales y la integración de equipos. Estas técnicas son efectivas contra radares de alta frecuencia (bandas X, S o Ku), que son ampliamente utilizados en los sistemas de defensa occidentales. Sin embargo, tienen limitaciones significativas frente a los radares VHF debido a la naturaleza misma de las ondas electromagnéticas en este rango de frecuencia.
Efecto de las longitudes de onda largas
Las ondas VHF, entre 30 MHz y 300 MHz (longitudes de onda entre 1 y 10 metros), interactúan de manera diferente con las estructuras aeronáuticas. A estas frecuencias, las técnicas de sigilo basadas en bordes en ángulo y recubrimientos de RAM se vuelven menos efectivas. Esto se debe a que la longitud de onda se vuelve comparable a ciertas dimensiones del fuselaje de la aeronave (alas, cola, escotillas), causando fenómenos de resonancia electromagnética. Esto genera una mayor reflexión del radar, incluso para objetos cuya forma ha sido diseñada para minimizar esta respuesta.
Resolución limitada, posibilidad de detección
Aunque los radares VHF tienen poca resolución angular y precisión de ubicación en comparación con los radares de banda X, todavía son capaces de detectar la presencia de un objetivo sigiloso. Su baja precisión no les impide proporcionar una ubicación aproximada suficiente para alertar a una red de defensa. El simple hecho de detectar un F-35 en un volumen determinado de espacio aéreo permite enfocar otros sensores más precisos en él o preparar una respuesta defensiva.
Rol en arquitecturas multicapa
Los radares VHF no están diseñados para guiar misiles con precisión. Sin embargo, desempeñan un papel estratégico en las arquitecturas de defensa de múltiples capas. En Rusia y China, estos radares están conectados a centros de mando que utilizan la detección inicial para activar otros radares de media o alta frecuencia (bandas L, S, X) y asignar recursos de fuego (misiles tierra-aire, interceptores).
Esta capacidad de desencadenar una reacción en cadena basada en una detección aproximada hace que la detección de VHF sea un elemento clave de alerta temprana. Los aviones furtivos no desaparecen, simplemente se vuelven más difíciles de enfrentar. Sin embargo, esta ventaja se reduce en gran medida en un entorno denso y coordinado digitalmente, lo que obliga al F-35 a adaptar sus perfiles de misión e integrar contramedidas específicas.
Por lo tanto, incluso sin una ubicación precisa, el sigilo del F-35 pierde su relevancia operativa cuando el teatro está equipado con radares VHF interconectados respaldados por medios de confirmación más precisos.
Implicaciones para las operaciones del F-35
La creciente presencia de radares VHF en los sistemas militares rusos y chinos está cambiando profundamente las condiciones de uso del F-35 en áreas disputadas. Aunque este avión de combate conserva una baja firma de radar en la mayoría de las bandas de frecuencia, ya no puede depender exclusivamente del sigilo pasivo para garantizar su supervivencia. Este desarrollo requiere adaptaciones tácticas, técnicas y doctrinales, particularmente en escenarios de guerra aérea de alta intensidad.
Planificación de la misión
En los teatros de operaciones donde los radares VHF están operativos, la planificación de rutas se convierte en una operación delicada. Es necesario evitar los conos de detección anticipados, que requieren rutas más largas, altitudes más bajas o volar a través de corredores aéreos menos monitoreados. Cada cambio aumenta el consumo de combustible, limita el tiempo en el área de operaciones y complica la sincronización con otras plataformas. Además, debido a que las instalaciones de radar son móviles u ocultas, la inteligencia en tiempo real se vuelve crucial.
Uso de la guerra electrónica
Para compensar la detección pasiva, el F-35 incorpora sistemas avanzados de guerra electrónica, como el AN/ASQ-239, capaces de detectar emisiones de radar, clasificarlas y generar contramedidas. Sin embargo, los radares VHF, debido a su potencia y ancho de haz, son más difíciles de engañar o interferir que los radares de onda corta. Por lo tanto, las contramedidas deben desplegarse de manera selectiva, a veces con la ayuda de un avión especializado en guerra electrónica (como el EA-18G Growler).
Coordinación multiplataforma
En un entorno saturado de sensores, el F-35 no puede funcionar de forma aislada. Debe integrarse en una red de interoperabilidad que comprenda drones ISR (inteligencia, vigilancia, reconocimiento), aviones de guerra electrónica y plataformas de comando aerotransportadas (AWACS). Las arquitecturas tácticas de compartición de datos, como Link 16 o MADL (Multifunction Advanced Data Link), se están volviendo imprescindibles para adaptar las maniobras a las amenazas de radar en tiempo real.
Reducción de la libertad de acción
Todas estas limitaciones conducen a una reducción de la libertad de acción en zonas con alta densidad de radar. El F-35 sigue siendo difícil de atacar, pero sus características de sigilo ya no garantizan la impunidad. Los pilotos deben operar con una maniobrabilidad reducida, a veces en subordinación táctica a los sistemas tierra-aire enemigos. Esta realidad está obligando a las fuerzas aéreas a replantearse sus conceptos de enfrentamiento, favoreciendo los ataques coordinados y los efectos de saturación en lugar de las entradas aisladas y discretas.
La integración de los radares VHF en las redes inteligentes está transformando el contexto en el que se utiliza el F-35, lo que hace que un enfoque multidominio sea esencial para mantener la iniciativa aérea.
El desarrollo y despliegue de modernos radares VHF por parte de Rusia y China está poniendo en duda la eficacia de las capacidades de sigilo del F-35.
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