Recientemente el Ministerio de Defensa de Rusia publicó un vídeo con ensayos de un misil que formará parte del sistema de defensa antimisiles que protege a Moscú. Esto es lo que se sabe actualmente sobre sus características y el potente escudo estratégico en que esta arma estará integrada.
Si bien el comandante adjunto de la Defensa Antiaérea y Defensa Antimisiles de la Fuerza Aeroespacial de Rusia, el general mayor Andréi Prijodko, no reveló el nombre del misil, el columnista Andréi Kots escribe en su artículo para Sputnik que podría tratarse del misil de corto alcance PRS-1M. Este sustituirá los anticuados misiles PRS-1 (53T6) que se utilizan en los sistemas antimisiles balísticos A-135.
"Es prácticamente un producto nuevo. Aunque el PRS-1M tiene el mismo peso y la dimensión que un 53T6, su motor y equipamiento electrónico de abordo serán totalmente diferentes de los que fueron instalados en su predecesor. Se pudo aumentar su velocidad, la altura máxima a la que el PRS-1M es capaz de interceptar otros proyectiles y la eficacia con que este destruye los blancos solitarios y los grupos de misiles", aseveró el miembro del Consejo Ciudadano ante el Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Korótchenko, citado por el periodista.
Por ahora los militares rusos mantienen en secreto toda la información relacionada con este misil. No obstante, distintas fuentes abiertas indican que esta arma rusa es capaz de acelerarse hasta cuatro kilómetros por segundo, lo que equivale a unos 14.400 kilómetros por hora.
Anteriormente también se publicó información de que el PRS-1M pudiese interceptar misiles balísticos intercontinentales a una distancia de más de 100 kilómetros y a una altitud de cinco a 50 kilómetros. El peso, la longitud y el diámetro del misil modernizado equivalen a las de su antecesor 53T6 y alcanzan las 9,5 toneladas, 12 metros y 1,5 metros, respectivamente.
"Sin embargo, hasta la fecha no se sabe absolutamente nada de su ojiva. Según el vídeo de la Defensa rusa, el prototipo del PRS-1M destruyó el blanco con una ojiva que portaba una carga altamente explosiva. Al mismo tiempo, el misil 53T6 tiene una ojiva con potencia de 10 kilotoneladas", recalca Kots.
"Sin embargo, hasta la fecha no se sabe absolutamente nada de su ojiva. Según el vídeo de la Defensa rusa, el prototipo del PRS-1M destruyó el blanco con una ojiva que portaba una carga altamente explosiva. Al mismo tiempo, el misil 53T6 tiene una ojiva con potencia de 10 kilotoneladas", recalca Kots.
El escudo que protege la capital
En la actualidad, la defensa aeroespacial rusa, en particular la de Moscú, está asegurada por el sistema A-135, creado en los años 80. Su predecesor, el sistema A-35M, entró en servicio en 1977, en plena Guerra Fría. En aquel entonces, la URSS empezó a desarrollar un sistema totalmente innovador. Esta nueva arma entró en servicio en 1995 bajo la denominación A-135 Amur. Hasta la fecha, este sistema ha sido modernizado en repetidas ocasiones.
El analista militar Mijaíl Jodariónok indicó anteriormente que la actual defensa antimisil de Rusia incluye varias etapas.
En primera instancia, los satélites del sistema espacial unido de detección registran los lanzamientos de misiles balísticos enemigos. Casi de repente, los potentes radares Voronezh y Darial empiezan a rastrear la trayectoria de los mismos.
Una vez que se ha pasado el Rubicón, el Gobierno y los militares rusos deben tomar la decisión acerca del ataque de respuesta. En ese momento entra en juego el A-135. Los 'ojos' del sistema —el radar Don-2N— detectan la ojiva del misil balístico cuando todavía está en el espacio, a una distancia de unos 3.700 kilómetros.
El radar transfiere la información acerca del proyectil enemigo al 'cerebro' del sistema, el centro de mando y cálculos 5K80. Las potentes computadoras Elbrus analizan dichos datos y envían señales a los complejos de lanzamiento, ubicados en diferentes partes de la región de Moscú.
El entrevistado recalcó que el A-135 es capaz de distinguir entre ojivas reales y blancos falsos, con los que están equipados todos los misiles intercontinentales balísticos.
Los blancos falsos pesan menos, de manera que se deceleran por la fricción del aire al reentrar en la atmósfera. Entretanto, las cabezas nucleares reales los adelantan. Es entonces cuando los sistemas de defensa antimisiles rusos abren fuego.
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