La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajarova, ha advertido este domingo de que la aviación civil corre riesgo por las acciones peligrosas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobre el mar Negro y ha criticado el aumento de los vuelos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de la frontera rusa.
“Las acciones de la Fuerza Aérea de EE.UU. crearon una amenaza para la aviación civil. Y si ahora se ha evitado una catástrofe en el espacio aéreo sobre las aguas abiertas del mar Negro, esto no significa que EE.UU. y la OTAN puedan seguir arriesgando impunemente la vida de las personas”, ha aseverado Zajarova mediante un mensaje en su canal de Telegram.
Además, Zajarova ha dicho que la intensificación de las actividades aéreas de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia, incluidas sobre el mar Negro, podrían generar “incidentes peligrosos” con respecto a los aviones civiles.
¿A qué se refiere la advertencia de Zajarova?
El pronunciamiento de la diplomática rusa se ha producido a raíz de que un avión de vigilancia estadounidense CL 600 Artemis descendiera el viernes de 11 000 a 9 200 metros sobre el mar Negro, cerca de la zona de responsabilidad de los servicios de tráfico aéreo rusos, y perturbara las rutas de dos aviones civiles.
El Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia anunció el mismo viernes que los cazas rusos Su-30SM y Su-27 fueron utilizados para interceptar un avión de reconocimiento RC-135 de la Fuerza Aérea de EE.UU. y un avión de reconocimiento CL-600 Artemis de las fuerzas terrestres estadounidenses sobre el mar Negro.
Al mismo tiempo, la tripulación de dos aviones de pasajeros que volaban en la zona recibieron la orden de los controladores aéreos de cambiar su altitud cuando otro avión se cruzaba en su camino. Las medidas adoptadas por los controladores de tráfico rusos garantizaron la seguridad de las operaciones de vuelo sobre las aguas abiertas del mar Negro.
Rusia intercepta de tiempo en tiempo aviones de reconocimiento cerca de sus fronteras, mientras EE.UU. y sus aliados en la OTAN han reforzado su presencia militar en Europa del Este, cerca de las fronteras rusas; una expansión que Moscú ve como amenaza.
Eso mientras que, la Alianza Atlántica ha intensificado recientemente sus actividades en forma de simulacros y despliegue de buques de guerra en la región estratégica, un movimiento que podría provocar una respuesta de Rusia a lo largo de sus fronteras comunes con Ucrania.
Rusia considera la expansión militar de la OTAN cerca de sus fronteras como una amenaza directa a su seguridad nacional y, por tanto, enfatiza que se reserva el derecho a dar una respuesta contundente a cualquier agresión o violación que se produzca contra su soberanía.
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