Como a principios de la agresión saudí iniciada en marzo de 2015, cuando la coalición entre Arabia Saudí y Estados Unidos intensificó histéricamente sus ataques aéreos contra barrios residenciales y objetivos civiles en la capital, Saná, ahora el reino saudí también ha aumentado, sin atisbo de sensatez, la escalada, según un artículo publicado el lunes por la cadena libanesa Al-Mayadeen en que aborda la reciente escalada de la coalición saudí.
Actualmente, Arabia Saudí ha adoptado el método del régimen israelí, según el cual, anuncia previamente los objetivos y, con advertencias y denuncias, alega que estos se utilizan con “fines militares” o que “almacenan armas militares”. Su escalada culminó en un crimen horrible contra una familia pobre en Al-Mahwit, que causó la muerte y heridas a 10 personas de una familia, lo que convirtió a la coalición en objeto del sarcasmo de muchos activistas en las redes sociales, quienes publicaron imágenes de niños como supuestos almacenes de armas saudíes y estadounidenses.
A la luz de la reciente escalada, hay quienes sugieren fuertemente la hipótesis de que el régimen saudí ha recurrido recientemente a la contratación de expertos militares israelíes para administrar sus salas de operaciones en la guerra contra el territorio y la población de Yemen. Lo que impulsa esta hipótesis es que el régimen saudí ha enviado recientemente, de una manera sin precedentes en 7 años, “mensajes de advertencia” y difundido “propaganda engañosa” para atacar barrios residenciales y objetos civiles en la capital, Saná, igual a lo que hace el régimen israelí en sus agresiones contra El Líbano y la Franja de Gaza.
Independientemente de las hipótesis, Saná anunció previamente que tenía información que confirmaba la asociación directa del régimen israelí en la agresión contra Yemen. Asimismo, los israelíes indicaron con franqueza de que su interés radica en la victoria de la coalición saudí, y que su fracaso significa su derrota, y hablaron sobre intereses y temores comunes con los agresores a Yemen.
En cualquier caso, la reciente escalada expresa el estado de frustración, confusión y desesperación que ha alcanzado la coalición agresora, impulsada por su fracaso sobre el terreno en Marib y otros frentes, y de sus opciones militares y no militares para presionar a Saná a que se siente a la mesa de negociaciones bajo los techos políticos propuestos por Estados Unidos y Arabia Saudí, pero sin tomar la iniciativa de levantar el asedio, detener la agresión y retirar las fuerzas extranjeras.
Sin embargo, esta loca escalada saudí en ciudades y barrios residenciales no pasará sin una respuesta sísmica, como han prometido las Fuerzas Armadas de Yemen, y tampoco la coalición saudí logrará arrastrar a Saná a la mesa de negociaciones bajo sus techos políticos, como él imagina.
“Cuanto más aumenta sus crímenes y agresiones, la respuesta será más severa y dolorosa, y cuanto más cometa asesinato y destrucción, mayor será la factura de compensación”, advierte el artículo.
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