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jueves, 1 de septiembre de 2016

¿POR QUÉ ISRAEL ESTÁ EN ALIANZA CON JABHAT AL-NUSRA?



El pasado mes, Jabhat al-Nusra (también conocido como el Frente al-Nusra), el brazo de al-Qaeda en Siria, anunció que estaba cortando lazos con al-Qaeda y se renombraba a sí misma como Jabhat al-Fatah al-Sham (El frente por la conquista de Siria).

En un video, el líder del grupo, Abu Mohamed al-Jolani, explicó que la asociación del grupo con al-Qaeda permitió que potencias extranjeras interviniesen en el conflicto sirio por calificarles como grupo terrorista islámico.

The Guardian citó a Al-Jolani diciendo que el cambio de nombre tiene la intención de “quitar la excusa usada por la comunidad internacional –encabezada por Rusia- para bombardear y desplazar a los musulmanes en el levante: Están apuntando contra el frente al-Nusra, por estar asociado con al-Qaeda”.

Después explicó que la nueva política era un intento para quitar al grupo de la lista de terroristas internacionales y permitirle ser percibido como una alternativa más aceptable y “moderada” que su principal competidor, el ISIS.

Al-Nusra comparte ciertos objetivos comunes con el ISIS en buscar el derrocamiento del gobierno legítimo y secular del presidente sirio, Bashar Al-Assad, y reemplazarlo con uno salafista/wahabista. También ha expresado odio por los EEUU y otros gobiernos occidentales aunque esté siendo apoyado por los EEUU y la OTAN. Escribiendo para National Interest en noviembre de 2015, el analista geopolítico, Daniel DePetris, explicó:

“Como sus competidores yihadistas del ISIS, al-Nusra está compuesta de individuos altamente motivados y comandantes a los que nada les gustaría más que golpear en los EEUU o en objetivos en Europa. Jabhat al-Nusra comparte la misma interpretación minoritaria salafí-yihadista del islam que el ISIS, desprecia a todos los grupos religiosos fuera de la comunidad sunní mayoritaria de Siria, y se ha dedicado al mismo tipo de atrocidades que ha hecho Abu Bakr al-Baghdadi del ISIS, el terrorista internacional vivo más buscado”.

Aunque ha enfocado sus ataques más directamente contra las fuerzas del gobierno sirio y sus centros físicos y simbólicos de poder, mantiene una crueldad similar al ISIS. En su Informe Mundial de 2016, Human Rights Watch mencionó que ambos grupos “fueron responsables de violaciones sistemáticas y extensas, incluyendo el ataque a civiles, secuestros, y ejecuciones” en Siria. Tanto ISIS como Al-Nusra imponen reglas estrictas y discriminatorias sobre mujeres y chicas, y han reclutado activamente a niños-soldado, según el informe.

¿Pantalla de humo o estrategia?

En su reciente cambio de marca, al-Nusra también parece estar evaluando los cálculos políticos de la guerra impuesta contra Siria y admitiendo las recientes ganancias por las fuerzas del gobierno sirio y sus aliados (Irán, Hezbollah, y Rusia). Con el presidente Assad fortaleciendo su posición y las fuerzas rebeldes en desorden, al-Jolani puede que esté haciendo una oferta para unificar a la posición proyectando una imagen menos terrorista al mundo exterior.

El líder del frente al-Nusra, al-Jolani, anunció en un video mensaje publicado el jueves 28 de julio de 2016 que el grupo militante está cambiando el nombre, y afirma que no tendrá más lazos con al-Qaeda.

Sin embargo, todavía no está claro lo que significa realmente esta aparente ruptura con al-Qaeda. En el anuncio del nuevo nombre del grupo, al-Jolani estuvo acompañado por un asociado de alto nivel de Ayman al-Zawahiri, el actual líder de al-Qaeda, creando la impresión de que los cambios son más tácticos que estratégicos. Ayman al-Zawahiri, jefe de al-Qaeda, pronunció una declaración en un video que fue visto en internet.

Smadar Perry, un periodista israelí conocido por tener estrechos vínculos con las fuentes de inteligencia israelíes, incluso insinuó que el Mossad Israelí incitó que al-Nusra fuese por este nuevo camino. En una pieza de opinión publicada por YNet el lunes, Perry escribió:

“Puede ser que esta separación sea solo una pantalla de humo, y que al-Julani se mantendrá en contacto con al-Qaeda en secreto. Puede ser también que Jabhat al-Nusra haya recibido un análisis de inteligencia desde cierta organización que le dijo que se prepare para el día después de que Assad abandone el poder”.

La Casa Blanca tiene dificultades para comprar este reemplazo. Están en un periodo de prueba con EEUU, dijo un portavoz oficial, sin descartar totalmente la posibilidad de que combatientes locales se unan a la coalición anti-ISIS encabezada por los americanos.

Si hacen un espectáculo de fuerza en el cambio, y la disociación de Jabhat al-Nusra conduce a un futuro debilitamiento de al-Qaeda en Afganistán, y si Israel proporciona su supuesta inteligencia sobre al-Julani –Hezbollah y Assad juran que ése es un agente del Mossad- al-Nusra puede convertirse en otra pieza del puzzle que es la nueva Siria.

En la versión original en hebreo del mismo análisis, Perry mencionó la probabilidad de que Siria sea dividida en “tres o cuatro cantones”. Esto ha sido siempre el objetivo para Tel Aviv, que ve a Siria como uno de los pocos estados árabes restantes, que pueden amenazar sus intereses y seguridad.

Soldados israelíes aseguran un área donde un mortero fue disparado durante choques entre rebeldes sirios y las fuerzas gubernamentales del presidente Bashar Al-Assad en la provincia de Quneitra y que golpeó en una comunidad en los altos del Golán ocupados por Israel. Por primera vez en la guerra civil siria, terroristas conectados con Al-Qaeda están posicionados en la puerta de Israel.

En la visión totalmente torcida de Israel, la paz en su frontera norte estaría garantizada si Siria puede ser dividida en facciones en guerra. Es una aproximación defendida desde el comienzo de la guerra civil en 2011 por Daniel Pipes, un ultraderechista, pro-israelí, y neo-con, que sirve como presidente del Middle East Forum, un laboratorio de pensamiento sionista. Argumentando que “la continuidad del conflicto sirio ofrece beneficios para occidente”, explicó:

“Ya que los islamistas sunníes combaten a los chiíes, ambos lados están debilitados, y sus rivalidad letal merma sus capacidades para molestar al mundo exterior. Para las minorías inquietas e inspiradoras (sunníes en Irán, Kurdos y Chiíes en Turquía), la lucha continuada en Siria también podría debilitar a los gobiernos islámicos”.

Más adelante mencionó:

“Nada en las constituciones de los estados occidentales les obliga a participar en cada conflicto exterior; quedarse fuera de este se probará que es un movimiento inteligente. Además del beneficio moral de no ser responsable por los horrores aún por venir, estar lejos permite a occidente que finalmente ayude a sus únicos verdaderos amigos en Siria, los liberales del país”.

En un correo electrónico de 2012 publicado por WikiLeaks, Hillary Clinton ofreció una variante enfocada en Irán de esta aproximación:

“El mejor modo de ayudar a Israel para hacer frente a la creciente capacidad nuclear de Irán es ayudar a que la gente de Siria derroque al régimen de Bashar Assad”.

La alianza al-Nusra-Israel

Por último, a Israel no le importa mucho lo que ocurra en Siria siempre que pueda mantener un protectorado títere junto a su frontera en los altos del Golán. Israel empezó ocupando y administrando la región en la guerra de los seis días de 1967, y oficialmente se anexionó los altos del Golán en 1981. Israel continúa rechazando la devolución del territorio a Siria a pesar del casi universal consenso sobre que la ocupación es ilegal bajo derecho internacional. Es más, el descubrimiento allí de posibles depósitos de gas, ha coincidido con un incremento en la expansión de los asentamientos israelíes en años recientes.

Examinando la alianza al-Nusra-Israel en la región, está claro que las conexiones entre las dos partes han sido sumamente estrechas. Israel mantiene un campamento fronterizo para las familias de los combatientes sirios. Algunos periodistas han documentado que comandos de las Fuerzas de Defensa Israelí entraron en el territorio sirio para encontrarse con rebeldes sirios.

Otros han fotografiado encuentros entre personal militar israelí y comandantes de al-Nusra en el cruce de Quneitra, la línea de alto el fuego que separa el territorio controlado por los sirios y el territorio ocupado por Israel en los altos del Golán.

Personal de la ONU también documentó a vehículos rebeldes sirios recogiendo suministros desde el lado israelí:

“La publicación trimestral de la UNDOF [United Nations Disengagement Observer Force] informa que las retiradas revelan un patrón en curso de la coordinación con esos grupos armados [al-Nusra]”.

Según el informe de diciembre de 2014, la UNDOF observó a dos soldados israelíes “abriendo la cerca y permitiendo que dos individuos pasaran desde el lado sirio al lado israelí” el 27 de octubre. A diferencia de muchos combatientes vistos cruzar al lado israelí, esos individuos no estaban heridos y el propósito de su visita queda como un misterio.

La UNDOF “observó esporádicamente a miembros armados de la oposición interactuando” con militares israelíes al otro lado de la línea de alto el fuego, expone el informe.

El siguiente informe de la UNDOF, publicado en marzo, menciona que las fuerzas de la ONU fueron testigos de soldados israelíes entregando ayuda material a grupos armados de la oposición siria. Estas eran presumiblemente suministros y equipamiento diseñado o bien para ayudar a los rebeldes en su lucha contra las fuerzas gubernamentales sirias, o bien para mejorar las comunicaciones entre las fuerzas rebeldes e Israel.

La estrategia israelí del “divide y vencerás”

El apoyo israelí para los grupos terroristas radicales es una estrategia a largo plazo que es explotada en múltiples teatros. Su propósito final es debilitar a un fuerte enemigo.

En términos de Hezbolá, Israel no había anticipado que el grupo militante libanés crecería hasta convertirse en un enemigo mucho más poderoso y peligroso que el PLO había sido nunca en el Líbano.

Soldados israelíes caminan cerca de la frontera con Siria, cerca del sitio de los ataques aéreos israelíes de abril de 2015, en los altos del Golán controlados por Israel.

La estrategia funcionó mejor en relación con Hamás porque nunca ha sido capaz de dominar a Fatah. Los dos han mantenido una recelosa y agotadora batalla de voluntades durante décadas, con ninguno siendo capaz de expulsar al otro. Esto ha creado una ruptura que ha debilitado sustancialmente a los palestinos y su causa. Aún más, Hamás ha preparado su mira sobre Israel también y se ha convertido en un enemigo incluso más militante de lo que Fatah nunca fue.

Así, la estrategia israelí de forjar una alianza con al-Nusra y fortalecerla para poder realizar una formidable lucha contra Assad, es parte y parcela de un objetivo a largo plazo para dividir Siria. Israel espera erróneamente que estos grupos extremistas y salvajes dominarán la región del Golán y mantendrán ahí la estabilidad y seguridad. Sin embargo, Israel ignora lo que casi siempre ocurre con estos gólems: Una vez que son creados, hacen su propia vida. El creador pierde el control de su creación, que causa estragos e incluso se vuelve contra él.

Justo como ocurrió a Rabbi Judah Loew de Praga y al doctor Frankenstein de Mary Shelley, así ocurrió con la alianza de los EEUU con los muyahidines afganos, y las alianzas israelíes con sus propios delegados árabes.

La alianza de Israel con al-Nusra también marca el total cinismo de su aproximación. Mientras el resto del mundo designa a los grupos terroristas, y los combate para prevenir ataques terroristas en suelo occidental, Israel mira únicamente por su propio provecho. Hay un viejo proverbio que dice: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”, pero en el manual de estrategias de Israel, el proverbio dice: “El enemigo de mi amigo puede ser sin duda mi amigo”. Esto suena especialmente cierto cuando los líderes israelíes advierten al mundo sobre la amenaza de la jihad global mientras que también se acomodan con estos salvajes yihadistas en su propio rincón del mundo. La hipocresía no podría ser más profunda, haciendo de Israel uno de los más grandes estados patrocinadores del terror.

Los países europeos y los EEUU parece que ignoran deliberadamente el abrazo táctico de Israel al movimiento yihadista. La administración Obama incluso está preparando la firma de un inmenso acuerdo de gasto militar con Israel que supondrá ayuda de EEUU por valor de 3.000 millones de dólares al año. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, demandó 5.000 millones de dólares por año en un acuerdo de 10 años de vigencia, y la suma final probablemente se establezca en algún punto intermedio.

Solamente Israel se sale con la suya en tal nivel de disonancia cognitiva en su alianza con los EEUU. Cualquier otro aliado que dependiera tan profundamente de Washington para su seguridad y existencia no osaría peligrar esa relación por la forja de una alianza con un enemigo de los EEUU. Pero no Israel, que forja su propio camino sin importar los intereses de los otros, incluso de sus mejores amigos. ¡Tal es la verdadera naturaleza de la entidad sionista!

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