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lunes, 9 de julio de 2018

EEUU en shock: Con Obrador México se convertirá en una nación fuerte y soberana

Trump furibundo

Después del triunfo aplastante de López Obrador en las pasadas elecciones presidenciales de México ¿qué podemos esperar para el país?

Este país despegará económicamente y anulará los tratados de Bucareli.


Podemos esperar muchas y pocas cosas a la vez, pero algo que sin duda ayudará a que el programa de gobierno de Obrador se lleve a cabo es el hecho de que su partido, Morena, prácticamente ha logrado la mayoría en la cámara de diputados, así como en la de senadores; eso se convertirá en una gran ventaja para AMLO pero también podría convertirse en un gran problema para el país.

Me explico:

 Al obtener Morena la mayoría absoluta en la cámara de diputados y de senadores, Obrador gobernará prácticamente sin oposición, es decir, podrá hacer y deshacer a su antojo; claro, siempre y cuando sus diputados y senadores se lo permitan, cosa que muy probablemente sucederá.

Estando así las cosas, si Obrador realmente gobierna para el pueblo sin duda su trabajo le resultará mucho más fácil y podrá implementar los cambios y reformas necesarias para el buen funcionamiento del país; de tal manera que su gobierno puede resultar verdaderamente en un parteaguas dentro de la historia de México, teniendo el país, por primera vez en su historia moderna, un gobierno patriota y eficaz a la vez; pero si por el otro lado, AMLO resulta un mal gobernante, no tendrá prácticamente oposición que se oponga a sus malas decisiones y entonces puede llevar a México a un verdadero caos.

Pero lo que yo creo es que Obrador realmente trabajará para el pueblo y llevará a México a una era de prosperidad que jamás ha visto, pues su gobierno se caracterizará por su profesionalismo y su buena administración, tomando las decisiones correctas para que esta nación se aleje de la mediocridad y el subdesarrollo, de tal forma que explote sus verdaderas capacidades; capacidades hoy dormidas gracias a tratados secretos que han hecho los anteriores gobiernos con la élite internacional; tratados como el llamado tratado de Bucareli, acuerdo que impide un desarrollo adecuado del país, limitando el tipo de investigación científica y tecnológica que puede generar México, limitando de esa manera su desarrollo científico e industrial.

Muchos no sabrán que son los tratados de Bucareli, pero esos tratados exigen que México no fabrique motores de combustión interna de alto caballaje, así como automotores, aeronaves de gran tamaño y, sobre todo, que no desarrolle sus fuerzas armadas y la tecnología nuclear, entre muchas otras cosas.

De esta manera, si Obrador decide trabajar realmente para el pueblo esos tratados se anularán y México desarrollará su ciencia y su tecnología sin restricciones, accediendo con ello a la gran industria y a la tecnología de vanguardia.

Pero para saber de lo que hablo a continuación les contare que son los tratados de Bucareli.

Los Tratados de Bucareli (parte 1)

¿Te has preguntado alguna vez porque México está tan atrasado en tecnología y ciencia, pero sobre todo en tecnología? Hoy te lo cuento.

A pesar de tener (y haber tenido) recursos naturales extensos; recursos como Petróleo, gas, minerales, bosques, etcétera; y a pesar de todas las ventajas que ofrece el territorio mexicano, este país se encuentra en el subdesarrollo total.

Podemos pensar que el subdesarrollo, que ya es endémico, es consecuencia de la corrupción (que siempre ha existido en la sociedad mexicana), o por la manera de pensar del mexicano, de hacerlo todo al "hay se va"; o porque somos poco inteligentes, o porque no nos gusta estudiar ni trabajar, etcétera; podemos pensar que hay miles de razones, pero la realidad es que no es por eso, al menos no es la principal razón; la verdadera razón, básicamente, es porque hemos sido engañados, hemos sido impedidos para lograr esas metas de alcanzar un desarrollo social, científico y tecnológico adecuados.  Nos han prohibido desarrollar nuestro ingenio, desarrollar nuestras ideas, tener una industria propia y poderosa. Nos han condenado a ser un país mediocre y maquilador.

La inteligencia la tenemos, como cualquier otro ser humano, pero no le conviene a las potencias extranjeras (principalmente EEUU) que México desarrolle esa inteligencia, que se desarrolle como una potencia económica y militar.

Nuestros “gobernantes” nos han vendido al mejor postor y nos han condenado a la pobreza e ignorancia. No nos dejaron tener ideas propias, solo nos permiten tener las que ellos quieren que nosotros pensemos. Nos lavaron el cerebro por medio de la cajita idiotizante (la televisión), y ahora por medio del Internet y sus redes “sociales” triviales, así como con revistas intranscendentes que solo hablan de chismes o de dibujos insulsos, y nosotros que tenemos pereza por usar nuestro cerebro nos dejamos engañar tan fácilmente.

Las guerras con Estados Unidos siempre las hemos perdido (o al menos eso es lo que nos quieren hacer creer), pero la realidad es que no las perdimos, nos vendieron, que es diferente.

El general Santa Anna tuvo la oportunidad clara, en varias ocasiones, de ganar la guerra, pero el muy imbécil no quiso destruir al enemigo, no por compasión, no; él lo hizo por dinero y por compromisos secretos contraídos con la masonería internacional y demás sociedades secretas (él era masón, como la mayoría de los expresidentes mexicanos, incluido el actual).

Prácticamente estaba ganada la guerra en la ciudad de México, pero él, Santa Anna, no quiso rematar al ejército invasor por supuestamente tener envidia de no ser él el que los derrotara finalmente, si no otro general subalterno; general que era el que estaba al frente luchando en ese momento contra las fuerzas yankees.

El ejército gringo ya se había dispersado, presa del miedo, pero él solo se dedicó a observar desde la colina la batalla y, posteriormente, se retiró, junto con su ejército, dejando al otro general mexicano luchar solo al lado de un pequeño grupo de hombres. Al paso del tiempo a este pequeño grupo se le acabaron las municiones y no tuvo otro remedio que rendirse. Pero se le acabaron las municiones porque Santa Anna deliberadamente no le envió más suministros ni pertrechos sabiendo lo que pasaría posteriormente, es decir, la derrota de los mexicanos.

Así como esta historia hubo muchas otras similares. Oportunidades en donde se pudo ganar la guerra, pero por traidores, como Santa Anna, no se logró.

Y desde entonces nos han condenado al servilismo, a ser el patio trasero de los gringos y demás potencias occidentales, pero quizá con obrador será diferente.

Los tratados de Bucareli

Hay unos tratados, llamados "los tratados de Bucareli", que han sido las tenazas que desde 1923 han limitado el desarrollo de México y los mexicanos. Por medio de dichos tratados (y también de otros, más algunos otros no conocidos), se les ha prohibido a los mexicanos desarrollar la ciencia y la técnica, principalmente en el ramo militar. Esa es la razón de por qué México nunca ha desarrollado una industria militar poderosa, ni aeronáutica, ni espacial, ni atómica, ni ninguna tecnología especializada propia. Desde el gobierno se han impuesto trabas burocráticas para impedir el buen desarrollo industrial nacional, sólo se ha fomentado ferozmente la maquila, hasta lo gritan a los cuatro vientos, pavoneándose, jactándose de que México ha conseguido inversión extranjera en la industria maquiladora, que no es lo mismo que la industria nacional; en realidad esta es industria extranjera que viene a fabricar a México aprovechando sus muy bajos salarios y sus grandes recursos naturales, así como su excelente ubicación geográfica.

Y todavía nos preguntamos por qué México no produce nada; no produce autos, aviones, barcos o material bélico autóctono.

Pero nunca se promueve el desarrollo de la ciencia o la tecnología local, así como tampoco el despegue de alguna industria nacional dedicada a cuestiones tecnológicas.

A la ciencia en México nos la han hecho ver como algo sin utilidad, como algo que no nos beneficiará en nada.

En vez de proteger a la industria nacional (como hacen todas las grandes potencias), abren indiscriminadamente el mercado interno a la competencia extranjera, sin darles ningún apoyo o ventaja a los empresarios locales. De esta manera estrangulan el desarrollo nacional en favor de las grandes corporaciones transnacionales.

Nunca han creado una agencia estatal, industria o institución que realmente desarrolle las cuestiones científicas y tecnológicas que necesita el país. Podrían haber creado la agencia espacial mexicana, el instituto de investigaciones nucleares o una industria militar poderosa, pero no, nunca lo han hecho. Es decir, nunca han creado verdaderos centros de investigación y desarrollo científico y tecnológico.

Estas eventuales instituciones científicas deberían ser de carácter estatal, es decir, del gobierno, porque de otra forma no se podría hacer, ya que estas cuestiones necesitan de grandes inversiones económicas y solo el Estado las puede realizar y, además, son cuestiones de seguridad y soberanía nacional. Esto es exactamente lo que hacen las grandes potencias mundiales porque es el camino hacia el desarrollo de una nación.

Aunque México ha invertido un poco en ciencia básica (CINVESTAD, UNAM, POLITÉCNICO, etcétera), no es suficiente, falta mucho por hacer. Esta investigación básica que se hace en las instituciones antes mencionadas no se cristaliza en cosas físicas, en cosas útiles, palpables; es decir, no se transfiere el conocimiento creado en la universidad a la industria nacional; falta ese vínculo, el vínculo entre ciencia y tecnología con la industria.

Hay países que, desde hace unas dos décadas atrás a la fecha, han entendido esto, países como: China, India, Brasil, Irán, etcétera; y ahora es cuando comienzan a cosechar los frutos de esas inversiones. Lo que México no ha hecho, y si lo hiciera en este momento pasarían algunos años para que finalmente ese conocimiento se traduzca en beneficios para toda la población del país, pero es mejor empezar ahora que nunca.

El caso de Irán es muy especial; los EEUU no quieren que desarrolle su industria por que se convertiría en una amenaza para sus intereses en el Medio Oriente, además de que es un aliado declarado de Rusia y China. Por eso es por lo que tratan de coartar su desarrollo atómico, espacial y tecnológico a toda costa, y es por eso por lo que lo atacan económicamente mediante sanciones económicas y comerciales para así evitar su pleno desarrollo industrial y científico; no olvidemos que Trump acaba de anunciar sanciones económicas contra Irán como “jamás se han visto”. Pues eso es exactamente lo que han hecho con México durante décadas, claro que más disimuladamente.

Los Tratados de Bucareli:

Tratados firmados entre México y Estados Unidos por Álvaro Obregón. Considerado por muchos estudiosos como un acto de traición. El tratado es el acuerdo en el que México cede algunos de sus derechos para compensar los supuestos daños causados a los Estados Unidos durante la Revolución. Una de sus cláusulas prohíbe a México inventar, construir fábricas o producir prácticamente cualquier cosa durante 80 años.

El Tratado de Bucareli, firmado por Álvaro Obregón, el 13 de agosto de 1923, condujo al país a vivir en el atraso, a no desarrollar la economía nacional en base a sus recursos energéticos. A México se le prohibió producir motores de combustión interna. En pocas palabras, los mexicanos no crearían una industria nacional al no poder producir maquinaria pesada.

Adicionalmente, se le impuso frenar el reparto agrario. Esto es, se impidió consumar la  reforma agraria. Así, se evitó la creación de un nuevo sistema agroalimentario y  que se integrara a la producción industrial.  A toda costa se buscó impedir que el programa revolucionario se tradujera  en un avance rápido de la economía.

El mecanismo para impedir la capitalización del país por los productos petroleros y su reinversión en el desarrollo, consistió en que se obligó al país a pagar la “deuda” con los magros impuestos pagados por las empresas petroleras norteamericanas. 

El Tratado de Bucareli fue nuevamente revisado y se le adicionaron nuevas cláusulas durante el gobierno de Adolfo López Mateos al iniciarse la Guerra Fría, modificaciones impuestas por los Estados Unidos. De esta manera se le obliga a México a no desarrollar una plataforma de energía para el abasto futuro de su economía nacional, sustentado en el desarrollo de la energía nuclear.

El discurso oficial adoptó la tesis de la desnuclearización de América Latina, que si bien sirvió de freno a la carrera armamentista dio oportunidad al gobierno norteamericano de impedir que los latinoamericanos contaran con una fuente permanente de generación de energía eléctrica. El programa núcleo eléctrico de Brasil en el Amazonas busca romper la hegemonía de las potencias y ampliar su plataforma industrial. En cambio, Inglaterra y Francia, lograron desarrollar de manera sostenida una plataforma núcleo eléctrica para alimentar su economía y la expansión a  mercados foráneos.

De manera paralela a la revisión del Tratado de Bucareli los acuerdos del fin de la Guerra Cristera también fueron replanteados. El gobierno de López Mateos amplio su capacidad negociadora con el Vaticano para que invirtiera y se alocara en la petroquímica, concretamente en la fabricación de fibras sintéticas, como lo hizo  el capital de la banca jesuíta. Por su parte, en el terreno político, que lograran el primer Cardenal de Guadalajara, Garibi y Rivera. Por su parte, al PAN se le encargó atender al lobby del Vaticano para garantizar sus intereses financieros, industriales e inmobiliarios y ventilarlos institucionalmente en el Congreso mediante una buena cuota de diputados del partido. El PAN compartió curules con el PPS de Lombardo Toledano, en un acto de buena fe y de equilibrio político.

Del revisado tratado de Bucareli se pasó a la adopción del TLC impulsado por Carlos Salinas de Gortari. Agotado, pronto, el TLC por las deficiencias del proyecto norteamericano se ha venido sustituyendo en la practica por el ASPAN. Este adoptado por Fox, ha perdido vigencia política y ahora se busca actualizar y definir compromisos con la firma del Nuevo Tratado de Bucareli, por Felipe Calderón Hinojosa y yorch Bush.

El Nuevo Tratado de Bucareli confirma a México como un país maquilero. La noticia será que ahora, supuestamente exportaremos gasolinas, cuando en realidad los inversionistas, ellos, lo harán. En el terreno petrolero, las actividades de la petroquímica primaria y secundaria quedan reservadas también al capital extranjero.

La explotación de productos primarios, petróleo y gas, se permite en cuanto dan oportunidad a la atención del gasto público, atención a los pobres para evitar el descontento social y los recursos destinados a la seguridad pública, en el combate al narcotráfico. Como ha venido sucediendo hasta ahora, los excedentes petroleros se destinan a la reserva, o sea, al pago de la deuda. Esto significa que los mentados ingresos petroleros son una falacia. Nunca retornarán. Están congelados para garantizar el pago por adelantado de la deuda y su amortización futura.

La maquila, en territorio nacional, de gasolinas, gas y electricidad, productos petroquímicos primarios y secundarios, permitirá abastecer la demanda norteamericana y evitar los problemas de contaminación y de gastos en infraestructura. En contrapartida, el impulso a la infraestructura para atraer capitales, así como la nueva Ley Federal del Trabajo, permitirá a las empresas maquiladoras tener un marco jurídico protector del capital que impida a los trabajadores asociarse y presionar por alzas salariales.

El Nuevo Tratado de Bucareli en materia de seguridad confirma al Plan México, también llamado Plan Mérida. Se mantiene el perímetro de seguridad norteamericano, definido por el Comando Norte de los Estados Unidos. Las fuerzas armadas, de inteligencia y policíacas mexicanas, serán certificadas, como se hace hoy, por los organismos correspondientes norteamericanos.   

El Nuevo Tratado de Bucareli, en materia de la Sociedad y Economía del Conocimiento, se declara área reservada para el capital y las corporaciones norteamericanas. Los cuadros calificados mexicanos que aún pueden desarrollar conocimientos y tecnologías para desarrollar y aprovechar las fuentes de energía nacional no han logrado reproducir una nueva generación de cuadros, pues han sido desplazados por las políticas de dominio de las áreas estratégicas de la economía y el conocimiento que tiene el capital y las corporaciones privadas.

Se crea una nueva división del trabajo; nosotros trabajamos, ellos piensan. Esto es, la formación de los cuadros de toma de decisión se forman allá, acá solo se formará mano de obra semi calificada y salarios de esclavo.

Obregón al firmar el Tratado de Bucareli por obtener el reconocimiento a su gobierno y mantenerse en el poder condujo en lo inmediato al país a la guerra cristera; posteriormente a su ejecución; y finalmente, a la liquidación de la facción Obregonista-Callista. En el largo plazo los efectos destructores del Tratado de Bucareli fueron incuantificables, impidieron el desarrollo industrial del país.

Como sucedió con Obregón, de firmarse el Nuevo Tratado de Bucareli por Calderón, en lo inmediato traerá serias consecuencias sociales y políticas. Peor aún, en este Nuevo Tratado participa un extranjero, Juan Camilo Mouriño, quien funge como secretario de Gobernación y representa  intereses de la corona española franquista que se quiere apoderar nuevamente de México como colonia. Los mexicanos no pueden aceptar bajo ningún concepto que se nos prohíba desarrollar  inteligencia, ciencia y  tecnología para  avanzar en la sociedad y economía del conocimiento, pues de aceptarlo significaría el fin de México.

Sin embargo, con la presidencia de Obrador esta situación puede cambiar radicalmente y su gobierno desconocer los tratados de Bucareli; tratados firmados mediante la presión y el chantaje contra el gobierno entonces en funciones, cosa que los hace a todas luces ilegales.

De esta manera, México puede despegar su desarrollo industrial, científico y tecnológico como nunca antes ha visto este país; país devastado por décadas por la corrupción y los gobiernos entreguistas, pero con el arribo de Obrador a la presidencia esta situación se revertirá y México conocerá una era de prosperidad de la cual nunca ha sido testigo.

1 comentario:


  1. :) :) Yayyyyyy El Sr. Carney también me ayudó a hackear mi ex whatsapp. Siempre sospeché que mi ex era infiel. el estaba durmiendo con mi amigo Descubrí todas sus conversaciones de Facebook y WhatsApp con la ayuda de Carney también. Me puse en contacto con Carney para obtener ayuda a través de su WhatsApp +1 410-553-5852 .. carney es el mejor hacker con el que he trabajado.

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