“Aviones turcos han atacado el cuartel general de las fuerzas kurdas en los alrededores de (la ciudad de) Al-Malikiya, en la provincia de Hasaka, en el noreste de Siria”, ha informado este lunes la cadena libanesa Al-Mayadeen, citando a uno de sus corresponsales.
El medio libanés ha señalado que, por el momento, se desconoce si la operación ha causado daños personales o materiales. Sin embargo, otros reportes indican que el ataque turco ha dejado al menos dos puentes destruidos en la zona.
El diario turco Daily Sabah ha informado que la artillería turca ha disparado contra posiciones de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), una milicia que forma parte integral de las FDS, considerada aliada de EE.UU. y afiliada siria del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo), grupo kurdo que está en la lista negra de Turquía.
La ofensiva pone en práctica el anuncio del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien el sábado había asegurado que Ankara lanzaría de manera “inminente” una nueva operación militar contra las milicias kurdas en el norte de Siria.
El domingo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la retirada de las tropas estadounidenses del norte de Siria; una decisión que ha sido interpretada como luz verde a Turquía para atacar a sus opositores kurdos, aliados de Washington.
EE.UU. ha dejado claro que no apoyará la intervención de Turquía en el norte de Siria, no se implicará en esa operación ni mantendrá sus fuerzas en el área. Las FDS, por su parte, han tachado de “puñalada por la espalda” la retirada de los soldados norteamericanos y han subrayado que no dudarán “ni por un momento en defender” a su pueblo de las tropas turcas.
Turquía ha lanzado dos operativos en el norte de Siria desde 2016, a pesar del férreo rechazo de Damasco. La última ofensiva, iniciada a principios de 2018, le permitió a Ankara y a los insurgentes que tiene por aliados apoderarse de Afrin, una ciudad en el norte de la provincia septentrional siria de Alepo.
El Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, denuncia la presencia extranjera y cualquier plan para Siria sin la autorización de Damasco, e insiste en que el éxito de toda vía política para la paz depende directamente de la salida del país de las fuerzas foráneas no invitadas, es decir, las estadounidenses y las turcas.
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