El nutricionista estadounidense Michael Greger alerta sobre un hipotético virus que podría acabar con la vida de la mitad de la población mundial y que podría originarse a causa de la cría intensiva de pollos, según lo explica en su nuevo libro 'Cómo sobrevivir a una pandemia', informó este sábado International Business Times.
El experto argumenta que las gallinas viven en espacios muy reducidos y no pueden mover las alas, al tiempo que están expuestas a niveles de amoníaco de sus propias heces, lo que —asegura— es el ambiente perfecto para que el nuevo virus se propague.
"Cuantos más animales se apiñan, más giros puede dar el virus en la rueda de la ruleta, mientras se apuesta por el gran premio pandémico que puede estar oculto en el revestimiento de los pulmones de las gallinas", explica.
El experto argumenta que las gallinas viven en espacios muy reducidos y no pueden mover las alas, al tiempo que están expuestas a niveles de amoníaco de sus propias heces, lo que —asegura— es el ambiente perfecto para que el nuevo virus se propague.
"Cuantos más animales se apiñan, más giros puede dar el virus en la rueda de la ruleta, mientras se apuesta por el gran premio pandémico que puede estar oculto en el revestimiento de los pulmones de las gallinas", explica.
Un "desastre" más grave que el covid-19
El experto considera que esta hipotética enfermedad representaría para la humanidad un riesgo aún mayor que el covid-19, que ya se ha cobrado la vida de más de 365.000 personas en todo el mundo. "Con pandemias que propagan de forma explosiva un virus de humano a humano, el problema nunca es si [puede ocurrir], sino cuándo", se lee en su libro.
El nutricionista, que también es un activista vegano, cree que nuestra dependencia de la carne nos hace "extremadamente vulnerables" ante nuevas pandemias, por lo que recomienda llevar una dieta basada en vegetales.
Además, sostiene que criar aves de corral en grupos más pequeños permitiría que éstas pudieran moverse con más facilidad y vivir en espacios más higiénicos, lo que reduciría las posibilidades de un brote mortal. No obstante, Greger asegura que esto podría no bastar para prevenir un "desastre", ya que seguiría existiendo un vínculo viral entre humanos y aves. "Mientras haya aves de corral habrá pandemias", concluye.
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