EEUU está listo, quiere y es capaz de arbitrar en la disputa fronteriza entre China y la India, escribió el presidente, Donald Trump, en su cuenta en Twitter. Distintos expertos destacaron a Sputnik que Washington es una fuerza que sobra en la disputa territorial entre ambos países.
En un tuit, Trump se refirió a la antigua disputa entre China y la India por una parte del territorio montañoso situado en el norte de la región de Cachemira. La tensión entre ambos países asiáticos volvió a escalar después de que unos 250 soldados chinos e indios se enfrentasen en la noche del 25 de mayo en la zona de Pangong Tso.
La India es un país lo suficientemente fuerte como para recurrir a la ayuda de intermediarios en su disputa con China. Los indios creen que pueden por sí mismos ponerse de acuerdo con sus colegas chinos para resolver sus problemas bilaterales, destacó a la agencia rusa Alexéi Kupriyanov, experto del Instituto Nacional de Investigación para Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia.
"Es probable que esta propuesta haya sido un truco barato de Trump para demostrar su interés en Asia del Sur y Asia Central. Estados Unidos obviamente no quiere involucrarse en esta situación, gastar recursos adicionales para aumentar su presencia en Asia del Sur", destacó.
Estas tácticas son típicas del estilo de Trump, según el experto. Fueron probadas, en particular, cuando a finales de mayo del 2018 EEUU cambió el nombre del Comando del Pacífico al del Indo-Pacífico. De esta manera, Washington buscó resaltar su interés en el océano Índico.
Sin embargo, es poco probable que detrás de la propuesta de Trump se oculte alguna intriga o un plan astuto, señaló a su vez, Long Xingchun, director ejecutivo del Instituto Chengdu para Asuntos Mundiales.
"Es más bien un intento de aferrarse a un problema actual, demostrar el liderazgo de Estados Unidos y de sí mismo, y simplemente recordar la existencia del país norteamericano. De hecho, los presidentes anteriores (…) solo se limitaron a llamar a ambas partes a regular pacíficamente su disputa", comparó el experto.
La disputa fronteriza entre la India y China es un problema bilateral y ambos países tienen enfoques diferentes sobre su solución. No obstante, tanto Pekín como Nueva Delhi se oponen claramente a cualquier tipo de mediación realizada por parte de terceros países.
"Es más bien un intento de aferrarse a un problema actual, demostrar el liderazgo de Estados Unidos y de sí mismo, y simplemente recordar la existencia del país norteamericano. De hecho, los presidentes anteriores (…) solo se limitaron a llamar a ambas partes a regular pacíficamente su disputa", comparó el experto.
La disputa fronteriza entre la India y China es un problema bilateral y ambos países tienen enfoques diferentes sobre su solución. No obstante, tanto Pekín como Nueva Delhi se oponen claramente a cualquier tipo de mediación realizada por parte de terceros países.
"Estados Unidos simplemente no tiene ni derecho ni oportunidad para actuar como intermediario. Este problema fronterizo es muy complejo, afecta un área de 125.000 kilómetros cuadrados, su resolución puede durar décadas", destacó el politólogo chino.
Es probable que Washington iguale erróneamente los problemas existentes entre China y la India con los de Israel y Palestina, creyendo que puede influir sobre su disputa fronteriza. Long Xingchun recordó que Pekín siempre ha intentado resolver todas sus discrepancias a través de negociaciones bilaterales, ya sea el problema del mar Meridional de China, la disputa territorial con Japón o con la India.
De una manera igual, la India le no permite a EEUU meterse en sus relaciones con China y rechaza cualquiera mediación en su disputa territorial con Pakistán, aseguró el experto. Por ello Nueva Delhi rechazó rotundamente en enero de 2020 la propuesta de Trump de arbitrar sus discrepancias en el estado de Cachemira.
Por su parte, Kupriyanov enfatizó que la reciente escalada de tensiones en la frontera entre la India y China fue considerablemente exagerada por los medios de comunicación indios.
"Mientras tanto, el Gobierno indio no hizo ningunas declaraciones bélicas al respecto. Por el contrario, subrayó que las partes mantienen contactos, que no hay ninguna escalada actualmente y no la habrá en el futuro. Hasta ahora, todo está sucediendo solo a nivel mediático y no está directamente relacionado ni con el partido gobernante ni con el primer ministro Narendra Modi".
Modi se reunió el 26 de mayo con el asesor de seguridad nacional Ajit Doval, jefe del Estado Mayor del Ejército indio, el teniente general Bipin Rawat, y otros comandantes de las Fuerzas Armadas del país. Varios medios informaron que durante este encuentro los altos cargos del país analizaron las posibles respuestas militares a la escalada de la tensión en la frontera con China.
Kupriyanov puso en tela de juicio estos informes dado que ahora el Ejército de la India vive una situación difícil y no está en condiciones para involucrarse de manera activa.
Antes de estos sucesos, Bipin Rawat declaró que la India podría reformar seriamente su Ejército, disminuir los gastos asignados para la compra de equipos y armas extranjeras y pasar a invertir mayores recursos en el desarrollo de su complejo industrial militar. Entre otras declaraciones, el jefe del Estado Mayor del Ejército indio aconsejó que la Armada india sopesase bien si necesita un tercer portaviones o sería mejor que pasase a utilizar submarinos que son más baratos de construir.
"Es muy posible que los temas abordados en la reunión con Narendra Modi hayan estado relacionados con esto, porque ahora el Ejército indio está muy preocupado por reformas que impliquen cambios significativos en los flujos de efectivo invertidos en las Fuerzas Armadas de la India", concluyó.
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