Rusia ha logrado un material con capacidad para esconder armamento de guerra pesado, como tanques, en la nieve; lo que aumentaría su poderío en el Ártico.
El grupo industrial ruso Ruselectronics ha desarrollado un nuevo material para engañar a los radares y esconder los equipos militares en el paisaje ártico, informó el domingo la agencia rusa Sputnik.
El nuevo material hecho de filamentos ferromagnéticos nanoestructurados es duradero, resistente a las acciones climáticas y a las bajas temperaturas, de modo que reduce de tres a cuatro veces el rango de detección de la maquinaria por parte del enemigo, según define el mismo consorcio.
Asimismo, detalla que el material tiene un coeficiente de reflexión de un 0,5 %, lo que permite una absorción de radiación electromagnética de los radares en un 99,5 %, dejando prácticamente a los equipos rusos fuera del ojo del enemigo.
“La propiedad de este material está determinada por su composición. Lo que simula, sea ya nieve acumulada o hierba, depende de las necesidades específicas”, declaró a Sputnik Víktor Murajovsky, editor jefe de la revista rusa Arsenal Otechestva (Arsenal de la Patria).
Con esa declaración, queda claro que el nuevo producto nano no solo puede actuar en la nieve sino también en otros escenarios.
De acuerdo con Ruselectronics, ya se ha fabricado un lote de pruebas y ahora el novedoso material está listo para ser fabricado a gran escala.
Estos nuevos logros en el ámbito defensivo se revelan, en medio de los esfuerzos de Rusia y Estados Unidos por dominar las extensas zonas polares.
El Ártico es una zona de suma importancia por sus grandes reservas de gas y petróleo, además de revestir gran importancia para Moscú y el Occidente, en especial, tras el deterioro de las relaciones de Rusia con Estados Unidos en los últimos años.
Con el aumento de las tensiones entre las partes, la zona ártica también se ha convertido en un nuevo escenario de rivalidad entre los mencionados países que buscan controlarla.
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