Miembros del Congreso de EE.UU. están manteniendo ‘conversaciones privadas’ sobre si el presidente Donald Trump debe ser depuesto de su cargo.
El periodista Evan Osnos, en un adelanto de un artículo que publicará el próximo lunes la revista The New Yorker, advierte de que los miembros del Congreso estadounidense están manteniendo conversaciones para destituir al presidente, que desde su campaña electoral y su nombramiento en enero no ha dejado de provocar polémica y descontento en distintos sectores que han llegado a desear su cese.
El columnista cita al senador Mark Warner, el demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia de EE.UU., quien "dijo en privado a sus amigos que apostaba dos a uno a que Trump no completaría su mandato".
Los primeros cien días del republicano al frente de la Casa Blanca han estado marcados por numerosos escándalos y contratiempos. El índice de aprobación de Trump, además, es de un 40 %, el más bajo registrado en la historia por un presidente recién elegido.
Entre octubre y marzo, la Oficina de Ética Gubernamental recibió más de 39.000 consultas públicas y quejas, un aumento del 5000 % con respecto al mismo período al inicio de la anterior Administración, de Barack Obama. "Nadie ocupa la Casa Blanca sin críticas, pero Trump está asediado por dudas de un orden diferente”, destaca Warner.
La Constitución de EE.UU. ofrece dos posibles vías para deponer de su cargo a un presidente, indica el periodista. La primera es a través de una acusación por el Congreso apelando a la Vigesimoquinta Enmienda de la Carta Magna, que permite que un presidente sea destituido si es considerado mentalmente imposibilitado, un dictamen que puede ser aprobado por el vicepresidente y una mayoría del Gabinete o por un cuerpo separado, tal como un panel de expertos médicos nombrado por el Congreso.
Nadie ocupa la Casa Blanca sin críticas, pero Trump está asediado por dudas de un orden diferente”, destaca el senador Mark Warner, el demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia de EE.UU.
En esta línea, Osnos apunta que desde la toma de posesión de Trump "varios miembros del Congreso han mostrado preocupación por su salud mental como una razón para cambiar la ley".
En abril, el demócrata Jamie Raskin presentó junto con otros 20 congresistas un proyecto de ley para ampliar la autoridad del personal médico para evaluar la aptitud mental de los presidentes.
El analista también recuerda que más de 53.000 profesionales de la salud mental han firmado una petición en la que aseguran que Trump "manifiesta una grave enfermedad mental que le hace psicológicamente incapaz de desempeñar completamente sus funciones de presidente".
Asimismo, Osnos también afirma que Trump podría provocar una "crisis constitucional" que le cueste su cargo si decide no cooperar con las investigaciones del Congreso sobre sus supuestos vínculos con Rusia, algo que algunos miembros de la Cámara han expresado que esperan que suceda.
FUENTE: http://www.hispantv.com/noticias/ee-uu-/340648/congreso-conversaciones-secreto-revocar-trump
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